La decadencia del Oscar

Cursi. Dicho de una cosa que, con apariencia de elegancia

o delicadeza, es pretenciosa y de mal gusto.

Ahora que nuestro país está siendo habitado por extranjeros de todo el mundo, díganme cuántas veces alguno de ellos se detiene a saludarlos y darles los buenos días, cuántas veces se ofrecen a ayudar en algo, cuántos los miran a los ojos por la calle, cuántos ya hablan español y cuántos les dirigen la palabra para otra cosa que no sea pedir ayuda.

La gente no es como en las películas y mucho menos los estadounidenses. Por eso, es irónico que Hollywood pretenda educar al mundo sobre valores. ¡No me dejen mentir! Los personajes de las películas “gringas” siempre son vecinos al pendiente del prójimo, y siempre tienen un buen consejo, un chiste ingenioso y una solución para cada problema. Nada más alejado de la realidad. Estados Unidos y su complejo de árbitro de la moral.

Esto se nota, sobre todo, en las películas “oscareables” –las que más posibilidades tienen de obtener una nominación al Oscar– porque son historias que se caracterizan por tirar sermones. Entendido: no todas las películas muestran a personajes respetables, pero lo que todas hacen es moralizar. Los buenos son buenos y los malos son malos. Con el paso del tiempo, es más difícil encontrar una película ganadora del Oscar que sea moralmente cuestionable. 

Pero hoy, críticos y cierto sector del público se rasgan las vestiduras por el avance de la corrección política en las artes y olvidan que, en lo que toca a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la corrección política siempre ha estado presente, lo que ha cambiado es quiénes pueden beneficiarse de ella. Expertos en cine pueden confirmar que la década de los 70 fue quizá la más atrevida en Hollywood en cuanto a temáticas, pero lo que vino después ha sido puro sentimentalismo y chantaje emocional.

Ganadoras del Oscar como Ordinary People (1980), Terms of Endearment (1983), Rain Man (1988), Dances With Wolves (1990), The English Patient (1996), Shakespeare in Love (1998), A Beautiful Mind (2001), Crash (2005) o The King’s Speech (2010) son películas que envejecieron muy mal y que hemos olvidado gradualmente. No dudo que otras más recientes enfrentarán el mismo destino, como Slumdog Millionaire (2008), The Shape of Water (2017), Green Book (2018) y por supuesto CODA (2021).

La realidad es que la entrega del Oscar siempre ha sido un festín de cursilería y ahora su mayor preocupación es volver a conectar con un público que la ha castigado con bajos ratings: 29.6 millones de espectadores en 2019, 23.6 en 2020 y 9.5 en 2021, una clara tendencia a la baja que solo se rompió en 2022 con la bofetada de Will Smith. Tal situación ha empujado al Oscar a niveles de complacencia a los que no había tenido que rebajarse en mucho tiempo. ¡Ah!, porque de que se rebaja, se rebaja.

Como ejemplo, Titanic, ganadora del Oscar a Mejor película en 1998, que este año celebra su 25 aniversario y reestrenó en salas de cine, remasterizada en 4K y con una versión 3D. Desde que la película de James Cameron fue la gran favorita del público para ganar el Oscar, esta ceremonia no ha vuelto a tener los mismos ratings en televisión. Los que fueron adolescentes por aquellos días aún la consideran una de las mejores películas de todos los tiempos, pero eso es nostalgia de quienes ya rondan los 40 años de edad.

Mucho ha cambiado desde entonces, sobre todo en los hábitos de consumo del público más joven. Ya suena obvio decirlo pero el cine y la televisión no son sus prioridades, que el año pasado se interesaran por el Oscar fue simple morbo. De acuerdo con información de la agencia Nielsen, la audiencia de aquella ceremonia subió de 16.8 a 17.4 millones de espectadores sólo minutos después de la bofetada que sucedió a las 10:27 de la noche, es decir, a casi dos horas y media de iniciada la ceremonia y a punto de finalizar.

¿Qué podemos esperar de la entrega del Oscar de 2023? El vergonzoso incidente protagonizado por Chris Rock y Will Smith se convirtió en un meme y en uno de los momentos más virales de la historia del internet, incluso dio lugar a un NFT que llegó a valer 3.6 millones de dólares. Lamentablemente, eso es lo que la Academia tiene que superar este año y con cada maniobra para salvar el pellejo sólo hacen más obvia su decadencia moral.

Todo parece indicar que este año la ceremonia se convertirá en una secuencia de momentos “memeables” y complacencia absoluta. No será la primera, ni la última vez, que veamos producciones como Top Gun: Maverick nominadas a Mejor película, o cursilerías como The Banshees of Inisherin recibir elogios. La favorita de este año, Todo en todas partes al mismo tiempo, no es ni de lejos tan popular como lo fue Titanic en su momento. La verdadera sorpresa sería que el Oscar encontrara la manera de recuperar la dignidad que alguna vez tuvo.

A la par de todo esto, los directores ignorados por la Academia a través de los años y las películas del cine internacional consideradas como los auténticos clásicos por especialistas en cine, han recuperado su relevancia entre las nuevas generaciones de cinéfilos, gracias a festivales y retrospectivas, publicaciones especializadas y la curaduría de títulos de ciertas plataformas de streaming. La idea de que el Oscar reconoce a lo mejor del cine es falsa, siempre lo hemos sabido, pero en temporada de premios hacemos como que se nos olvida.

BREVES

Por primera vez, la entrega del Oscar podrá verse a través de una plataforma de streaming. Las actividades inician el domingo 12 de marzo desde las 5 de la tarde por HBO Max. Y como ya es costumbre, el canal TNT ofrecerá la opción de ver esta ceremonia en su idioma original.

Los cinco capítulos restantes de la cuarta temporada de You ya están disponibles en Netflix. De acuerdo con declaraciones de su protagonista, esta no será la última temporada.

Por fin llega a salas de cine Manto de gemas desde el 9 de marzo, una de las películas mexicanas más reconocidas durante 2022 en festivales internacionales.