La Iglesia ya convenció a los centennials y va por los gays
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

La Iglesia ya convenció a los centennials y va por los gays
'Lo que sorprende es que incluso Hollywood se cargue con la tarea de evangelizar y utilice sus películas para tratar de convertir al público gay al cristianismo'. The Last of Us. Foto: HBO Max

Hay algo en lo que los representantes de diversas religiones coinciden y es en que la Generación Z (o centennials) es la más alejada de Dios, en la medida que carecen de una identidad o afiliación religiosa y hasta ahora se habían caracterizado por su apatía hacia los temas de la fe. Sin embargo, cansados de la frivolidad de las redes sociales y en la búsqueda de algo más trascendental, cada vez son más los jóvenes que se acercan a religiones como el catolicismo, rebelándose a las ideas políticas en boga o simplemente atraídos por su aspecto teatral.

La estética barroca de las catedrales, el arte en santos e instrumentos, la audacia de los atuendos sacerdotales que se confunden con moda, el aspecto performático del ritual de la misa y el dramatismo de la música. En suma, muchos jóvenes caen rendidos ante el espectáculo de la religión por su simbolismo y porque se identifican con su lenguaje audiovisual, algo que pueden entender pues no es tan lejano de un concierto de pop, aunque algunos descubren el dogma y deciden quedarse ahí.

Artistas como Lady Gaga, Rosalía, Kanye West, Lil Nas X y la eterna Madonna, siguen explotando el poder de las imágenes religiosas porque eso los acerca a un nicho de público ávido de sustancia y significado. Es por ello que los verdaderos devotos, aún cuando están abiertos a recibir a nuevas generaciones de feligreses, se mantienen escépticos pues piensan que la Generación Z se acerca a la religión solo por moda o como una forma de contracultura.

Las pocas encuestas que existen en Estados Unidos sobre las afiliaciones religiosas de la generación Z no son muy esclarecedoras, y aunque evidencian que casi la mitad de los jóvenes no profesan ninguna religión (48%), un número seguía en ascenso hasta 2021, también arrojan datos como que 36% de centennials están afiliados a alguna religión cristiana y que acuden a misa con más frecuencia que los millennials y que la Generación X (Gen Z and Religion in 2021, Ryan P. Burge).

Uno de los sucesos con mayor impacto dentro de la cultura pop del recién iniciado 2023 fue la presentación de Sam Smith y Kim Petras en la entrega de los Grammys, donde montaron un espectáculo con iconografía satánica que aún tiene murmurando a las buenas conciencias. Algunos lo encontraron atrevido aunque lo tomaron con humor, mientras que a los más fervorosos les pareció un acto de blasfemia y lo interpretaron como un ritual de adoración, orquestado por un malévolo cantante no binario y su cómplice trans.

Y es que hay de todo en este renacimiento de la doctrina cristiana dentro del gusto popular, desde la derecha conservadora hasta la izquierda religiosa. Los primeros, como siempre, son los más reaccionarios e intolerantes, apegados a la moral tradicionalista que hoy podemos considerar antiderechos; mientras que los otros son más incluyentes y trabajan por la justicia social, al mismo tiempo que promueven la interreligiosidad. Es decir, que no hay solamente un tipo de centennial religioso, sino de todos los sabores y colores.

Aquí es donde entra la comunidad LGBTQ+, pues hay religiones que hoy la necesitan para aumentar sus filas y recuperar su relevancia. De acuerdo con una encuesta de Gallup de 2022, uno de cada cinco centennials se identifica como miembro de esta comunidad. El propio Papa Francisco ha abierto un diálogo desde el inicio de su papado para tratar de integrarlos a la fe católica, y aunque ha sido muy torpe y casi siempre ofensivo, con el paso de los años ha logrado convencer a los más jóvenes.

Lo que sorprende es que incluso Hollywood se cargue con la tarea de evangelizar y utilice sus películas para tratar de convertir al público gay al cristianismo. Leyeron bien. Tres de las producciones más populares en lo que va del año fueron protagonizadas por personajes gays y estaban cargadas con fuertes mensajes religiosos: The Last of UsKnock at the Cabin y The Whale. Tres historias que presentaron a hombres homosexuales que buscaban replicar los roles y las convenciones de las parejas heterosexuales: casarse, tener hijos y formar una familia.

En el tercer episodio de la exitosa serie The Last of Us, Bill y Frank pretenden vivir como una pareja de los suburbios aunque sea en una casa en el fin del mundo, con boda e intercambio de anillos. En Knock at the Cabin, Eric y Andrew eligen la adopción homoparental para convertirse en los orgullosos papás de la pequeña Wen. Y en The Whale, Charlie estuvo casado con una mujer y tuvo una hija antes de conocer a Alan y salir del clóset. (Queja personal: ¿Por qué todos los personajes gays de las series los tiene que actuar Murray Bartlett?)

Lo que no está nada bien es que todas estas producciones se apegan al odioso tropo que ordena “enterrar a tus gays”, donde estos personajes nunca sobreviven. Y es que de acuerdo con las tres historias, los gays son pecadores y si quieren formar una familia, ser felices y ser aceptados tienen que pagar un precio y ese precio es sacrificarse por la humanidad. Aparentemente, esa es la única opción que tenemos para redimirnos.

¿Quién, en su sano juicio, puede aceptar tres historias en un solo mes que nos repiten la idea de que los gays tienen que morir? Es insano. Lamentablemente, no se aleja demasiado de los recientes dichos del Papa Francisco, cuando explicó que la homosexualidad “no es un delito”, pero rápidamente aclaró que sigue siendo un pecado.

BREVES

Continúa la temporada de premios y no paran los estrenos en cine. Películas como Women Talking (nominada a dos Óscares) y Close (nominada a Mejor película internacional) ya se pueden ver en salas.

La loca historia del mundo, del genial Mel Brooks, regresa a las pantallas convertida en serie. Podrás verla desde el 6 de marzo a través de la plataforma de Star Plus.

Como lo publicamos en su momento, El triángulo de la tristeza no amplió su número de salas y, por el contrario, se fue a una plataforma de streaming. Puede verse desde ya en Prime Video.

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