Cuando la inclusión no basta
Poder Prieto

Afrodescendiente. Activista y defensor de derechos humanos. Con licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la FES Acatlán. Exbecario del gobierno de Estados Unidos en el programa The International Visitor Leadership Program (IVLP).

Twitter:@r_pavon

Cuando la inclusión no basta
'No basta un presidente afro para que la comunidad afrodescendiente deje de ser perseguida y asesinada por la policía blanca, por ejemplo'. Foto: EFE/EPA/ETIENNE LAURENT.

En México, como en buena parte del mundo occidental, hemos comenzado a cosechar los frutos de las luchas que han venido cobrando fuerza desde hace más o menos cinco décadas. Esas luchas derivaron en varias olas de procesos inclusivos que se han visto reflejados principalmente en los espacios de la política formal u oficialista (específicamente en las cuotas para los puestos de elección popular) y, aunque en menor medida, en las producciones de los medios audiovisuales.

Esos espacios de representación que se han ganado gracias a los procesos inclusivos son muy importantes. Sobre todo si nos referimos al imaginario social que se construye a través de ellos; es decir que, si las infancias de los grupos sociales históricamente vulnerados, como las personas afrodescendientes, crecen viendo que una persona afro llega a la presidencia de uno de los países más poderosos del mundo (militar y económicamente hablando), entonces esas infancias tendrán visiones más dignas de lo que pueden lograr tanto en el presente como en el futuro, comenzará a romperse así el imaginario que les relega a las dificultades de las calles y los guetos.

Lo mismo sucede cuando las infancias crecen viendo en las series, películas o animaciones, a personajes de su mismo color de piel y condición social representando historias de dignidad y en roles protagónicos. Cuando eso sucede, se deconstruye la idea instalada de las personas prietas = pobres = miserables = adictas = delincuentes. 

Por eso insisto ¡La inclusión es importante! Pero ¿Es suficiente? Desde mi perspectiva ¡no! Es necesario hacer un alto y replantear la senda que queremos darle a la lucha antirracista en México. Sin dogmas, pero con muchas preguntas respecto de qué queremos y cómo pretendemos lograrlo. Porque no se trata de ocupar los espacios que hoy poseen las personas blancas. No se trata de simplemente irrumpir, disruptivos, en los espacios de la blanquitud. Mucho menos se trata de despojar a “los blancos” del poder o de sus privilegios. No basta pues con deconstruir el imaginario social, es necesaria una transformación radical de las condiciones materiales que nos rodean. 

Se trata de construir nuevas formas de organización social, en las que ningún grupo, ya sea por su color de piel, capacidad económica o poder bélico, se erija sobre los demás. Se trata de construir sistemas sociales que distribuyan equitativamente la riqueza que se produce socialmente y que se concentra en unas pocas manos blancas. Se trata de construir realidades en las que ninguna persona sea perseguida por ser diferente. 

Es justo cuando perseguimos ese horizonte de transformación cuando nos damos cuenta de que la inclusión por cuotas no basta. No basta un presidente afro para que la comunidad afrodescendiente deje de ser perseguida y asesinada por la policía blanca, por ejemplo. Necesitamos trabajar más, sí, quienes históricamente hemos trabajado hasta la muerte para enriquecer al noble, al cacique, al patrón al burgués… necesitamos trabajar más, trabajar duro y cotidianamente, no persiguiendo la falsa promesa de un futuro mejor, sino afianzando la certeza de un presente más digno. 

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