Políticos en TikTok ¿Humor que adormece al ciudadano?

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Políticos en TikTok ¿Humor que adormece al ciudadano?
'La plataforma en México empieza a ser explotada con profesionalismo en lo que respecta a comunicación política, en donde la premisa es, en la generalidad, comunicar cualquier otra cosa que no esté relacionado con la política'. Fotografía: Jakub Porzycki/NurPhoto/Rex/Shutterstock

Mientras en Alemania, Francia o Australia la mayoría de los políticos en TikTok generan contenido, a partir de posicionamientos sobre temas coyunturales o políticas públicas que impactan la convivencia de sus sociedades, en Italia, El Salvador, Estados Unidos o México el material producido está orientado a transmitir humor y generar carcajadas o en alimentar la polarización y diseminar la propaganda.

Las diferencias pueden entenderse por el tipo de cultura política que permea en cada una de las sociedades, así como en la calidad democrática que guarda cada Nación. Pero no es lo único. En ese sentido: ¿son culpables los políticos mexicanos de convertirse en bufones con cargo al erario público? En estricto sentido no, toda vez que una de las varias consideraciones en su estrategia para obtener mayor alcance es darle al usuario lo que exige.

Es decir, TikTok, como otras plataformas digitales de comunicación, pueden ser entendidas como un espejo de la sociedad: los símbolos, normas, valores, creencias, mitos o ideales son particulares y terminan por definir el encuadre tanto de la generación de contenido como de la formas y patrones de consumo.

Si tu país atraviesa por una serie de sucesos políticos y sociales que van debilitando el entramado institucional al grado de poner en entredicho los contrapesos al poder (como puede ser un organismo que obliga a transparentar y rendir cuentas) es altamente probable que la clase política que te representa trascienda en TikTok por los trends de bailes, tropezones y fotografías chuscas que nada tienen que ver con las obligaciones que por ley tienen estos servidores públicos.

Pero la explicación no termina ahí. Otro de los factores que ayuda a comprender por qué, a diferencia de otras redes sociales, TikTok no parece tener mayor tracción respecto a la consolidación de la ciudadanía, tiene origen en el análisis de su propia evolución, desde su creación en 2018 en China. El crecimiento exponencial se dio en 2020 a partir de la necesidad del ser humano de escapar, aunque sea por instantes, del dolor y la muerte que significó la pandemia de Covid-19.

El individuo que se reconoce en la colectividad estaba obligado a aislarse físicamente si quería sobrevivir. El mundo fue durante dos años un caos y en ese contexto los millones de usuarios que de la noche a la mañana se sumaron a la plataforma china crearon un nuevo lenguaje de videos cortos para disociarse de su realidad. Una catarsis necesaria.

Pero, ¿qué pasa una vez que esa crisis sanitaria global llegó a su fin? Parece que el mensaje que recibió el ser humano es la posibilidad de encontrar “realidades alternativas” placenteras en ese tipo de plataformas en vez de afrontar su realidad palpable. El metaverso de Facebook camina en esa dirección.

La preocupación sobre lo adictivo que puede ser evadirse de la realidad no es menor. ¿El poderío de China está reflejado en la construcción de una herramienta que adormece a los jóvenes de occidente? La pregunta es atendible porque en el país que lidera Xi Jingpin la versión de la plataforma mantiene restricciones severas de uso y curaduría de contenido, no así en la versión que exportan hacia el mundo.

Este breve contexto nos permite reflexionar sobre cómo podría estar evolucionando la plataforma. Da la sensación de que, si bien en un primer momento la funcionalidad marcada por los usuarios fue escabullirse de su realidad, con la llegada de otras expresiones sociales como músicos, artistas, académicos, científicos, así como los políticos, es posible advertir un equilibrio, que no se puede saber si será momentáneo o si terminarán por ser expulsados por los propios consumidores de contenido al reclamar la sustancia.

Hoy por hoy, la plataforma en México empieza a ser explotada con profesionalismo en lo que respecta a comunicación política, en donde la premisa es, en la generalidad, comunicar cualquier otra cosa que no esté relacionado con la política. Eso paradójicamente asegura el éxito. La propaganda, hasta el momento, ya sea la diseminada por el gobierno o por la oposición, parece no tener mayor atractivo pues se estanca en el círculo del silencio en donde cuentas falsas se alimentan entre sí.

El reto para ellos, es no traicionarse a sí mismos: en su personalidad y en sus valores. La creación de nuevos personajes políticos como si fueran un nuevo producto en el stand del supermercado es posible, pero no resiste el más mínimo escrutinio público. Los ciudadanos como consumidores pueden fácilmente diferenciar entre lo chistoso, el humor inteligente y lo patético. Debate aparte es si ello contribuye a la sociedad. Mal asesorada está Claudia Sheinbaum a diferencia de Marcelo Ebrard quien si no es presidente bien podría dedicarse a hacer standup según los comentarios que sus propios seguidores publican en sus videos. 

A través del humor, la herramienta está ayudando a los políticos a llegar a grupos poblacionales a los que no tenían acceso por el significado implícito de su propio oficio, más en un México en donde los jóvenes están mayoritariamente desvinculados de la discusión de lo público. Será la campaña rumbo a la sucesión del presidente Andrés Manuel López Obrador, un buen termómetro para ver si los likes se traducen en votos. Hoy considero que esa conversión no será posible. Además no hay que esperar ver en la boleta a aquellos que hoy tienen más seguidores. Esa definición que antecede a la justa electoral es totalmente independiente.

La herramienta de TikTok es funcional en el terreno de la política y sirve para ensanchar los márgenes de maniobra del personaje pero ¿Será que el próximo presidente de México no tiene hoy en día cuenta en la plataforma china?

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