CDMX xenófoba
Con Sentido

Periodista zacatecana que en 2016 fundó Conexión Migrante, un medio nativo digital dedicado a la comunidad migrante mexicana y latina en Estados Unidos. Es JSK fellow y mentora en Metis, un programa para mujeres periodistas emprendedoras. Y antes que nada, mamá de Carlos Miguel.

CDMX xenófoba
La caravana migrante en la CDMX en diciembre de 2021. Foto: Alexa Herrera/La-Lista

Para el gobierno de la Ciudad de México, hay migrantes de dos clases: los que vienen y rentan departamentos en las zonas más chic de la ciudad y se les facilitan acuerdos a través de Airbnb, y quienes llegan sin nada, con la esperanza de encontrar un lugar para descansar, decidir o vivir.

La capital del país alguna vez se consideró ciudad santuario para los migrantes, pero las cosas han cambiado.

La complicada situación que viven cientos de personas todos los días afuera de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) no tiene nombre.

Cientos de personas de las más diversas nacionalidades, incluso con niños en brazos, han tenido que crear un campamento en la plaza Giordano Bruno, porque los albergues de las organizaciones de la sociedad civil están hasta el tope y el gobierno de la ciudad no tiene UN SOLO albergue para migrantes operando.

Esto significa que los espacios privados son las únicas opciones para esta población, pero todos están rebasados por la cantidad de personas que están llegando, ya sea en tránsito o sin un destino claro.

El argumento de las autoridades ha sido que “los migrantes no quieren usar los albergues”, pero entonces ¿por qué están llenos los únicos que operan?

Apenas la semana pasada, personal del Instituto Nacional de Migración se presentó a la zona y entregó “tarjetas humanitarias”, que les permitirá tener un estatus legal, poder moverse de la ciudad y trabajar. Es una tragedia y una tristeza el trato y la situación.

Nómadas digitales, welcome

La historia cambia cuando uno analiza el acuerdo que firmó el año pasado Claudia Sheinbaum como jefa del gobierno de la Ciudad, Airbnb y la Unesco México, quesque para impulsar el “turismo creativo”.

Básicamente lo que pasó fue que las rentas de zonas ya de por sí elevadas se fueron a los cielos porque los nómadas digitales ganan en dólares y pagan renta en pesos. Sin embargo, para cualquier mexicano promedio sería prohibitivo pagar una renta de, bajita la mano, unos 50 mil pesos al mes.

Chequen este dato: entre 2000 y 2020, el número de alojamientos en renta de plataformas digitales pasó de 22 mil 122 a 71 mil 780, lo que significa un crecimiento de 224%.

De acuerdo con esos datos del gobierno capitalino, el aumento se concentró en las alcaldías Cuauhtémoc, Tlalpan y Miguel Hidalgo.

Luego de este fenómeno que expulsa a personas a las periferias, ya se anunció que este año sí se regulará a las plataformas digitales de hospedaje.

La diferencia en el trato es evidente. La inconsciencia, monumental.

No se pierdan el programa Entre Amigos de Conexión Migrante. Por YouTube, Facebook y Twitter, a las 7:00 pm.

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