La clase de madre que quiero ser

Periodista especializada en perspectiva de género, miembro de Frontline Freelance. Es titular de la Unidad de Investigaciones Especiales en Once Noticias Digital y hace consultoría en comunicación y gestión de crisis. Con ellas y por ellas.

Twitter: @anagupin

La clase de madre que quiero ser
Foto: Pixabay

Es ya prácticamente el 10 de mayo y los últimos 30 festejos los había pensado y vivido para festejar a mi mamá, a mis abuelas y a mis tías, que todas en su conjunto han sido fundamentales para mi cuidado y crecimiento, rodeada en una estela de mucho amor y mucha diversión. 

Pero este 10 de mayo es diferente porque la maternidad llega a mi vida de distintas formas: una prima que es prácticamente mi hermana se convertirá en mamá en los próximos meses y eso me ha puesto en modo alerta desde el momento en el que me enteré de que estaba embarazada. 

Explico mi modo alerta: leo todo lo que puedo sobre embarazos, sobre tips de crianza, le comparto tiktoks, podcast y todo lo que puedo y que pienso que le será útil a ella. Estoy muy feliz, pero también preocupada porque ella y su bebé estén bien, felices y sanos. Y en ese tenor también, lo confieso con mucha culpa y arrepentimiento, no he sido la clase de amiga que se involucra en la vida de las únicas tres amigas (que una vez fueron cercanísimas y ya no tanto o de plano nada) en mi círculo que son madres.

Estas tres amigas quedaron embarazadas en nuestros veintes, cuando claramente mis obligaciones, mis recursos y mi entendimiento sobre la maternidad eran muy limitados o nulos, entonces no supe plantear una nueva clase de amistad con ellas, no estuve ahí para ser su red de apoyo y siempre pensé que fueron ellas las que se alejaron.

Incluso una tía mía me compartió que, aunque no se arrepiente, ella puso su vida (laboral y personal) en pausa 15 años por la crianza de sus tres hijos y lo único que lamenta es no haber creado una alternativa para estar presente con sus hijes y seguir siendo ella, no sólo la mamá de mis primes.  

Ahora que yo misma comienzo a planear una futura maternidad con mi pareja y que tengo a mi prima a tres meses de parir, he tomado mucho tiempo para preguntar y escuchar la experiencia de otras mujeres que ya fueron madres y por eso hoy sé que ellas no se alejaron, sino que muchas personas alrededor suyo (o quizá sólo yo) las aisló por no saber vislumbrar otra relación con ellas ni con sus hijes.

Dichos testimonios y otras circunstancias en mi vida me han llevado a pensar en la clase de madre que quiero ser. Hasta ahora, por ejemplo, quiero ser una madre preparada tanto mental como económicamente para un embarazo planeado y lo que eso conlleva: alistar mi cuerpo, sobre todo después de haber tenido cáncer cervicouterino; gastos médicos, atención psicológica, etc.

También deseo ser una amiga, hija y profesional consiente: compartir la crianza de mi hije con mi familia y aquellxs amigxs que quieran involucrarse en el proceso, sin tomarme personal que una persona no vea en su radar la existencia de algún niño, y al mismo tiempo poniendo límites claros sobre que la responsabilidad de mi hije es sólo responsabilidad mía y de mi pareja. Me gustaría que su educación fuera laica en un espacio que le ponga atención a todas las señales de bullying (uno de mis mayores miedos que compartí en una columna anteriormente), y también que le diera herramientas para ser una persona autónoma (sin que piense que nunca pueda pedir ayuda).

Deseo seguir siendo una mujer independiente, viviendo su trabajo sin culpa y sin apagar mi persona para volcarme en el pleno desarrollo de alguien más, porque no quiero poner en su regazo el peso de cargar con la vida e identidad de su madre cuando sea grande.

Y aunque puedan parecer reflexiones ambiguas, le di el proyecto de Elisa Furlong, experta en crianza y directora y Fundadora de Elisa Furlong Parenting. El origen de su proyecto de guía parental es otorgar a ahijes herramientas para que puedan resolver sus propios problemas y alistarlos para enfrentar el mundo con amor y responsabilidad.

Entre sus principales recomendaciones destaco éstas que me parecen las más compatibles con el tipo de madre que quiero ser:

  • Practica ponerte en sus zapatos: Entiende el punto de vista de tus hijxs, lo que para ti puede resultar cualquier incidente, para ellos puede ser una tragedia y es muy importante comenzar a entenderlos desde este punto tan sencillo. 
  • Celebra sus capacidades y habilidades: Alienta su individualidad, observa sus capacidades, ellos necesitan que los aceptes y los mires como son. 
  • Responde con interés y sensibilidad: Cada niñx expresa sus necesidades de forma diferente, por eso es importante que te tomes tú tiempo para conocerle y aprender sobre sus señales y expresiones, pues conociendo estos puntos sabrás que es lo que lo hace sentir amado y seguro.
  • Proporciona límites de acuerdo a su etapa de desarrollo: Lxs niñxs necesitan estructura, saber que hay un adulto que lleva el mando y que dice qué es lo que se tiene y lo que no se tiene que hacer. Mantener rutinas predecibles, límites coherentes de acuerdo a la edad, sin imponerse, realmente ayuda a que aprenda a tolerar la frustración y a manejar sus emociones.
  • Regula y reconoce tus sentimientos: Cuando tus hijxs están en medio de un berrinche, resulta difícil calmarnos, pero podemos pensar que ellos aprenden con el ejemplo, y si nos ven enfurecidos o frustrados, obviamente aprenderán a conducirse de la misma forma. Respira profundamente antes de responder a su comportamiento.
  • Busca apoyo y ayuda adicional sobre la crianza de los hijxs cuando se necesite: No tiene nada de malo sentirse de repente rebasado por las cosas que te ocurren cotidianamente. La crianza de lxs hijxs es un desafío, por lo que todos los padres tienen derecho a buscar apoyo. 

Y a todas las madres, todo. Felicidades y gracias por tanto. 

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