México, así no las trates

Investigador en IMCO, se enfoca en temas de anticorrupción, seguridad y gestión pública. Es egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del ITAM y tiene un diplomado en Análisis y Control de la Corrupción a nivel Subnacional por el Colegio de México. Es autor de la novela El Devorador de Mundos (2015) y de textos literarios en revistas.

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México, así no las trates
Ilustración: Majito Vázquez / La-Lista

La falta de oportunidades laborales y la discriminación pueden tener consecuencias que muchas veces son irreversibles, que borran la dignidad de las personas o atentan contra su vida. Frente a este contexto, aunado a la incapacidad y la colusión de algunas autoridades, México es uno de los centros de trata de personas más grandes del mundo.

En el Índice Global de Crimen Organizado, México ocupa la posición 21 de 193 en este mercado ilícito, precedido en su mayoría por países en guerra o donde existen violaciones sistemáticas a los derechos humanos. Sin embargo, es el segundo país occidental donde el mercado de trata de personas es más grande, tan solo después de Panamá y en el mismo nivel que países como Venezuela, Camboya y Kenia. 

México es un país en el que se ofrece y demanda trata de manera local, sobre todo en la modalidad de explotación sexual. No obstante, la trata en México tiene un nivel de complejidad adicional, debido a que el país es una ruta importante de traslado de víctimas desde el sur hacia Estados Unidos, así como un lugar en el que ocurre trabajo forzado, principalmente en sectores económicos como el agrario.

De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), algunas de las causas de la trata son la pobreza, la carencia educativa y la falta de oportunidades económicas. Estas afectan desproporcionadamente a las mujeres, lo que se refleja en que el 85% de las víctimas de trata detectadas sean mujeres o niñas. Esta proporción es mayor en los estados donde las mujeres enfrentan menos oportunidades laborales: en los ocho estados en los que se reportaron 95% de víctimas femeninas, seis estuvieron entre los peor evaluados por el Imco con respecto a las oportunidades laborales que ofrecen a las mujeres.

A esto se suma la debilidad institucional en la procuración de justicia e investigación. Las instituciones se encuentran en una situación desventajosa, ya que el mercado de trata genera más recursos de los que se destinan a la investigación a nivel federal de este delito. Muestra de ello es que el presupuesto público se supera cuando las redes de trata acumulan 107 víctimas, pero en 2022 se detectaron más de 800 casos de trata a nivel nacional, por lo que la diferencia en recursos favorece por mucho a los criminales y les permite superar a las autoridades y corromperlas.

El problema se agrava año con año y no se observa una mejora en la procuración de justicia o en las condiciones de fondo y estructura que facilitan la trata. Para garantizar la seguridad de las mujeres frente a la trata de personas se requiere un plan que considere la vulnerabilidad asimétrica de la población a nivel estatal y por sexo, y que fomente la igualdad de género en un mercado laboral competitivo. A la par, es necesario construir instituciones capaces de desarrollar inteligencia antidelictiva con recursos humanos y tecnológicos suficientes para que la procuración de justicia ayude a mitigar esta situación. México, así no las trates, y no es una petición, es una exigencia.

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