La vida es un festival
Sin alfombras rojas y una serie de invitados que se han ido por la libre para producir sus películas, FICUNAM apuesta por vincular el cine con sus hacedores y espectadores como un patrimonio cultural y de identidad.
Sin alfombras rojas y una serie de invitados que se han ido por la libre para producir sus películas, FICUNAM apuesta por vincular el cine con sus hacedores y espectadores como un patrimonio cultural y de identidad.
“La fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo”, Jean Luc Goddard
“Los festivales de cine son más necesarios que nunca, son los únicos lugares donde el cine se visibiliza”, aseveró Pedro Almodóvar en una sabrosa charla con María Guerra en el podcast #LaScript, frase que se me quedó grabada y en conversación con Abril Alzaga, directora ejecutiva del Festival Internacional de Cine de la UNAM, fue más potente, ya que a pesar de los vientos en contra por cuestiones económicas, de cambio de reglas y la osadía de programar películas fuera de norma, el encuentro fílmico logra su cometido y, en su edición número 13, provoca y reúne miradas frente a la gran pantalla.
La inauguración fue en la sala Miguel Covarrubias y nada tuvo de experimental; fue una ceremonia de mucho discurso y espectadores inquietos porque se acabara el numerito para que ahora sí corriera la primera función. Se trató de Orlando de Paul B. Preciado, película que rebasa cualquier género y lo pone en la silla de director al filósofo español, quien desgrana su propia biografía y la de otros integrantes del colectivo trans.
Sin alfombras rojas y una serie de invitados que se han ido por la libre para producir sus películas, FICUNAM apuesta por vincular el cine con sus hacedores y espectadores como un patrimonio cultural y de identidad, con realidades y ficciones que tienen mucho que ver con el conocimiento y la percepción del mundo que habitamos todos.
La programación, curada por Abril y Maximiliano Cruz, director artístico de FICUNAM, incluye una retrospectiva del catalán Albert Serra, así como de Marguerite Duras. Hay cuatro secciones en competencia, dos de ellas de cine hecho en México, así como las comisiones de cine experimental y las actividades académicas a través del Seminario Público del Futuro, un espacio de diálogo y reflexión que no solo apunta a la creación de público, sino que busca entablar discusiones ante cuestionamientos como ¿para qué exhibir cine?
Igual de importante es la Cátedra Ingmar Bergman en cine y teatro, con conferencias de Albert Serra y Saodat Ismailova. Por su parte, el Foro de la crítica permanente ajusta detalles sobre la necesaria crítica cinematográfica. Hay posibilidades diversas en las que las voces de las mujeres están más potentes que nunca con Colectivo Cine Mujer.
El acto de mostrar, el acto de escuchar, “Atlas” es una selección de cintas de distintas regiones del mundo en la que se mostrará la mexicana Canción que quema de Yulene Olaizola, Rubén Imaz y Luis Flores Rábago; Cielo rojo del alemán Christian Petzold o Disco Boy del italiano Giacomo Abbruzzese, por mencionar solo algunas de las 35 películas, que no solo serán largometrajes, sino también cortos.
Es una oportunidad de encuentro y reencuentro en las salas de la Filmoteca de la UNAM, la Cineteca Nacional, LeCinéma IFAL, Cine Tonalá, TV UNAM, Canal 22 y, para Latinoamérica, en mubi.com.
La edición número 13 de FICUNAM se realizará hasta el 11 de junio y pueden revisar la cartelera en ficunam.unam.mx.
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