5 cosas que el acuerdo sobre el techo de deuda de EU sugiere sobre el futuro
Columnista invitado

Exsecretario de Trabajo de Estados Unidos, profesor de política pública en la Universidad de California en Berkeley y autor de Saving Capitalism: For the Many, Not the Few y The Common Good. Su nuevo libro, The System: Who Rigged It, How We Fix It, ya está a la venta. Es columnista de The Guardian US.

5 cosas que el acuerdo sobre el techo de deuda de EU sugiere sobre el futuro
'Fabricaron una crisis de deuda de la nada'. Foto: Reuters

1. Los republicanos del movimiento Make America Great Again (MAGA) de la Cámara de Representantes serán menos poderosos

Se suponía que era su as bajo la manga, su mayor ventaja única en la negociación. Pero al final, los republicanos MAGA de la Cámara de Representantes sacaron sorprendentemente poco partido de su acuerdo destinado a aumentar el techo de deuda.

Sí, fueron irresponsables. Fabricaron una crisis de deuda de la nada. Jugaron un imprudente juego de toma de rehenes. Podrían haber arruinado la plena fe y buena reputación de Estados Unidos. Exigieron recortes de gastos que habrían perjudicado a muchos estadounidenses vulnerables.

Sin embargo, al final, consiguieron casi nada. Demostraron ser tigres de papel.

El acuerdo final prácticamente deja intacta la agenda económica del presidente Joe Biden (excepto por el limitado recorte de algunos fondos del Servicio de Impuestos Internos y el fin de una pausa en el pago de los préstamos federales concedidos a estudiantes que, de todos modos, estaba previsto que expirara).

Y aunque la ley impone nuevos requisitos de trabajo para los beneficiarios de determinadas ayudas federales, entre ellos los adultos sin hijos que reciben cupones para alimentos, la ley incrementa el gasto en el programa (y se espera que cubra a más personas) al tiempo que preserva el programa Medicaid.

Yo dudo mucho que Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de pronto descubriera las virtudes del compromiso y el bipartidismo. Su presidencia sigue dependiendo del apoyo de los locos MAGA que hay en la Cámara de Representantes, como Marjorie Taylor Greene, Jim Jordan, Scott Perry y Lauren Boebert.

Preveo que en los próximos meses los MAGAS de la Cámara de Representantes intentarán todo tipo de atrocidades: impugnar a Biden, arrastrar a Hunter Biden a audiencias turbias, aprobar proyectos de ley que den prioridad a la libertad de culto por encima de cualquier otro valor e incluso tantear la posibilidad de imponer una prohibición nacional del aborto.

Sus audiencias tendrán mucha repercusión en las cadenas Fox News y Newsmax, pero no llegarán a ninguna parte, y sus proyectos de ley morirán en el Senado.

2. La diplomacia discreta de Biden está funcionando, al menos por el momento

Joe Biden no intentó movilizar a la opinión pública para que lo apoyara. Podría haber dicho a la nación las razones por las que la propia existencia del techo de deuda constituía un agravio tanto para la Constitución como para el prestigio del país. Podría haber amenazado con recurrir a la 14ª enmienda e invitar públicamente al tribunal a pronunciarse al respecto.

Sin embargo, Biden no actuó así. En sus 50 años de servicio público, nunca ha pronunciado un discurso que tuviera el poder de alterar la comprensión del público sobre una cuestión importante.

En los próximos 17 meses, Biden no se enfrentará a los republicanos MAGA de forma abierta y vociferante, por muy escandalosa que sea la forma en que actúen. En su lugar, trabajará discretamente en la aplicación de su legislación sobre infraestructuras, tecnología y el clima.

3. El factor Trump no entró en juego, pero lo hará

Como en el misterio de Sherlock Holmes y Estrella de Plata, que trata sobre el perro que no ladraba, uno de los aspectos más reveladores del acuerdo fue el silencio que mantuvo Donald Trump durante las críticas últimas semanas de negociación.

Si Trump se hubiera opuesto enérgicamente, los republicanos de la Cámara de Representantes no lo habrían aceptado.

La estrategia de compromiso entre bastidores que adoptó Biden no funcionará muy bien cuando se acerquen las elecciones y Estados Unidos se vea sometido a un Trump en estado puro. Y, sin duda, no será rival para el creciente movimiento nacionalista cristiano blanco que Trump ha propiciado y que amenaza la esencia misma de la democracia estadounidense.

Algunos comentaristas argumentan que el acuerdo sobre el techo de deuda comienza a “restablecer un amplio centro político bipartidista”.

No obstante, no puede existir un centro en la política estadounidense mientras la mayoría de los votantes republicanos apoyen a Trump y la mayoría de los legisladores republicanos sigan el liderazgo de Trump. En otras palabras, no existe un “centro” entre la democracia y el autoritarismo.

4. La deuda seguirá aumentando, pero quizás eso no suponga un problema

El acuerdo sobre la deuda recortará el aumento previsto del gasto federal en 1.5 billones de dólares durante una década, principalmente mediante la congelación de algunos fondos y la limitación del gasto a un crecimiento del 1% previsto para 2025.

Sin embargo, seguirá aumentando la deuda nacional en porcentaje de la economía total.

Esto se debe en gran medida a la inevitable demografía de los baby boomers, que se jubilarán y cobrarán sus prestaciones de Seguridad Social y Medicare.

Es casi seguro que los republicanos considerarán que sus ahorros en deuda son una invitación a aplicar más recortes fiscales a los ricos y a las grandes empresas, de la misma forma que convirtieron los ahorros de su acuerdo de 2011 en el recorte fiscal de 2017.

Los demócratas deberían resistirse a ello y seguir exigiendo que los ricos paguen la parte de impuestos que les corresponde. Los demócratas también deben abogar por redes de seguridad e inversiones públicas más generosas.

No existe ninguna buena razón para que Estados Unidos siga siendo el único país rico que carece de permisos familiares retribuidos, vacaciones pagadas, atención médica universal, universidades asequibles y servicios de atención infantil y para la tercera edad. Todos estos elementos gozan de gran popularidad entre los votantes. Conviértanlos en objetivos para 2024.

En lo que respecta a la deuda en sí misma, a ninguna de las partes le preocupa realmente. Aunque se duplicó de 15 billones de dólares en 2011 a 31.4 billones en la actualidad, no ha tenido ningún efecto negativo evidente en la economía.

5. El presupuesto federal se convertirá en poco más que seguridad social, Medicare y defensa

Quizás el mayor cambio en la estrategia republicana que quedó revelado en el acuerdo sobre la deuda es la nueva voluntad del Partido Republicano de proteger la Seguridad Social y Medicare.

Pensemos en lo mucho que hemos progresado desde 2005, cuando George W. Bush intentó privatizar la Seguridad Social. En esta ocasión, los republicanos MAGA se esforzaron por proteger estos populares programas. (Trump les advirtió a los MAGA que no los tocaran).

Dentro de unos años, si continúa la tendencia actual, el presupuesto federal se compondrá básicamente de la seguridad social, Medicare y la defensa nacional, con algunos imprevistos añadidos. El gasto discrecional no relacionado con la defensa ha estado disminuyendo como porcentaje de la economía desde hace varios años y ahora disminuirá aún más.

No quiero restar importancia a lo que acaba de ocurrir. Estados Unidos esquivó una bala mortal. Biden lo hizo de la mejor manera posible, considerando quién es él y quiénes son ellos. Si no se hubiera suspendido el techo de deuda, nos estaríamos enfrentando a un Armagedón económico en cuestión de días.

Pero en términos de los factores que contribuyen a esa bala mortal, poco ha cambiado. Por el momento, se neutralizó a los republicanos MAGA, pero siguen siendo extremadamente peligrosos.

Robert Reich, exsecretario de Trabajo de Estados Unidos, es profesor de política pública en la Universidad de California, Berkeley, y autor de Saving Capitalism: For the Many, Not the Few y The Common Good. Su nuevo libro, The System: Who Rigged It, How We Fix It, ya está a la venta. Es columnista de The Guardian US. Su boletín se encuentra en robertreich.substack.com.

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