A los hombres no nos enseñaron cómo lidiar con nuestras emociones
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Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

A los hombres no nos enseñaron cómo lidiar con nuestras emociones
Foto: Geralt/Pixabay

El domingo pasado se registró una pelea afuera del Estadio BBVA, en Nuevo León, tras el partido entre los Rayados y el Cruz Azul. La pasión, enojo y frustración que provoca este juego de nueva cuenta tuvo un desenlace trágico. ¿Por qué los hombres rompen una televisión cuando pierde su equipo? ¿O por qué golpean a la pared en medio de una discusión? El manejo de las emociones está detrás de todo esto. 

El comportamiento agresivo y rudo es parte del rol de género que nos enseñaron desde pequeños, también a afrontar las situaciones con dureza, a suprimir las emociones y ponerse a la defensiva ante situaciones de peligro. ¿Qué tanto nos ha funcionado esa estrategia? ¿Qué precio se tiene que pagar por este comportamiento? Las actitudes del machismo no sólo cobran víctimas al exterior, también al interior para quienes lo ejercen. 

El primer impacto que tiene hacia los hombres es que viven menos. Según el último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los masculinos tienen una esperanza de vida menor de 5.8 años en comparación con las mujeres, esto debido a los comportamientos arriesgados como ser sexualmente dominantes, evitar discutir sus emociones o eludir la ayuda psicológica. 

Esta realidad también se vive en México, ya que los hombres son los que acaparan el mayor número de suicidios en el país. Tan solo cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dicen que ellos forman el 81% de las muertes causadas por sí mismos durante 2022. Además, las agresiones son la séptima causa de muerte en masculinos, mientras que en el caso de ellas esta razón de fallecimiento no figura en el top 10. 

Las consecuencias por un mal manejo de las emociones no sólo tienen un final trágico como antes se menciona, también hay impactos de menor grado pero que son igual de importantes como la depresión, el mal manejo de un duelo, el alcoholismo, entre muchas otras. ¿Cómo has afrontado un desamor o la muerte de un ser querido? Algo tan básico como las lágrimas ha sido un recurso que nos han limitado, porque para los hombres no está permitido ser vulnerable. 

¿Por qué estás llorando si tu partido ganó o perdió? Desde ahí comienzan las limitantes, los sentimientos son válidos, hay que aprender a reconocerlos y saber cómo canalizarlos para que su desenlace no tenga una afectación a ti o a los demás. Está bien llorar por la situación que sientas, no importa si es un juego en la televisión o una discusión. 

El mal manejo de las emociones también nos ha privado de la manera en que nos relacionamos con nuestras parejas. ¿Por qué no eres más cariñoso? ¿Por qué no me dices que me amas? ¿Por qué te cuesta trabajo demostrar afecto? A veces no es que no lo sientas, simplemente no sabes cómo expresarlo. En esta situación es importante la comprensión y empatía, saber que no todos tenemos las mismas habilidades emocionales para cosas que parecieran tan sencillas. 

Todo lo anterior no es tu culpa como hombre (o persona), es una situación que te tocó vivir, pero eso no exime tu responsabilidad. Cada uno tiene la tarea de enmendar los vacíos emocionales y de aprender a lidiar con lo que sientes. Ya ha quedado demostrado que enterrar o ignorar los sentimientos no tiene un buen final, tampoco el opacarlos con comportamientos violentos porque nos sentimos vulnerables. Lo más valiente sería enfrentarlos y aprender a manejarlos de una manera asertiva, para eso hay que tener la humildad de evaluar si realmente podemos solos, si se necesita ayuda profesional y si tenemos la convicción de querer hacerlo. Nos toca elegir cómo queremos vivir. 

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