Dante Delgado, ¿aliado de AMLO en 2024?

Las proyecciones rumbo a la sucesión presidencial en 2024 empiezan a asentarse y a tomar forma. Una de las premisas más relevantes es que la candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, mejoraría su competitividad si Movimiento Ciudadano, MC, se suma a la plataforma electoral que los partidos políticos del PRI, PAN y PRD han configurado de la mano del empresario Claudio X. González.

Ya Luis Donaldo Colosio Riojas adelantó que no buscará ser candidato a la presidencia para no dividir el voto de la oposición y el senador Clemente Castañeda fue enfático al señalar como principal enemigo al autoritarismo que, desde su perspectiva, ha permeado en el país a partir de la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ambas figuras relevantes de Movimiento Ciudadano, a las que se suma el todavía gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, parecen nadar a contracorriente de su líder Dante Delgado quien, usando el argumento de que su franquicia es una opción relevante y diferenciada en el ecosistema electoral mexicano, mantiene el rechazo de incorporarse al gran bloque opositor.

El diagnóstico sobre el estatus democrático del país no es el más alentador: millones de personas que hoy no están de acuerdo con el proyecto de la Cuarta Transformación carecen de un mecanismo institucional que pueda generar un contrapeso a la maquinaria del poder. Los partidos políticos no han sido funcionales para estos mexicanos que, sin ser mayoría, también tienen el derecho de ser representados.

Bajo esa premisa, Movimiento Ciudadano está en la antesala de consolidarse como un partido político que, con dinero público, simula ser oposición para terminar sirviendo al poder. Simbólica fue la decisión de Dante Delgado de no poner candidato en la justa electoral por el Estado de México, principal semillero de votos en el país y por ende estratégico en la contienda sucesoria presidencial. Ese vacío, sin duda, ayudó a consolidar el triunfo de Morena en dicho territorio.

Quienes lo conocen, refieren que Dante Delgado es uno de los políticos más sólidos y experimentados en México. Su bagaje intelectual le ha permitido, últimamente, emitir desde el Senado de la República posicionamientos y discursos excepcionales que retratan las distintas problemáticas del país, al tiempo que sus propuestas para solucionarlas parten de un criterio técnico envidiable.

Sin embargo, son esas mismas personas quienes no entienden cómo un personaje que entiende a la perfección los resortes teóricos y prácticos bajo los cuales se dirime la política, ha tenido una posición ambivalente cuando se trata de competir electoralmente: al tiempo que busca erigirse como un feroz crítico termina en los hechos funcionando como un aliado abyecto del poder. Dicha disonancia en la opinión pública crece y se consolida cada vez más alrededor de él.

Sí bien no es posible asegurar que Xóchitl Gálvez se colgará la banda presidencial en automático a partir de la adhesión de Movimiento Ciudadano al Frente Amplio por México, sí es una hipótesis sólida que esto la haría más competitiva. Crecería la expectativa y podría construir una narrativa significativa en la lucha por los votos.

Más allá de a quién defina AMLO como su candidat@ en Morena, la discusión del proceso electoral que renueve a uno de los líderes más populares y poderosos de América Latina, se puede dar a partir del análisis de los actores políticos y las reglas no escritas que influyen para bien o para mal en la salud democrática del país.

¿A quién le funciona un partido político que, financiado con dinero público, no compite? ¿Las figuras de Movimiento Ciudadano observan el autoritarismo de AMLO, pero son ciegos ante el que ellos mismos padecen? ¿Cuál es el acuerdo no escrito entre Dante Delgado y AMLO? Los hechos, más adelante, tal vez ofrezcan pistas del papel que jugará el MC en el 2024. ¿Será que el líder del partido naranja ajusta y deja de ser aliado de facto de la 4T?