Alito Moreno: un oportunista congruente

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Alito Moreno: un oportunista congruente
Foto: Especial

No fue una sorpresa que el dirigente del PRI, Alito Moreno, empujara y posicionara a la Senadora Beatriz Paredes para luego sacrificarla. Sus acciones a lo largo de su carrera son del dominio público. En su favor se puede decir que es, por lo menos, congruente: utiliza el membrete del partido político para prebendas personalísimas. Al menos esa es la sensación que prevalece y el halo que él mismo ha permitido se construya a su alrededor.

¿Cuáles son los incentivos del dirigente del PRI para dinamitar la legitimidad del Frente? Es una pregunta que eventualmente los hechos podrían responder. Sin embargo, por ahora es una realidad que a nadie de la oposición le conviene ungir a una candidata presidencial por la vía de la violación flagrante de los acuerdos y las reglas que ellos mismos construyeron.

Es más, ni siquiera a Xóchitl Gálvez le favorecería, pues la consecuencia sería estar parada sobre una plataforma electoral de papel que no podría resistir el más mínimo embate del poder. Es paradójico: es el mismo Alito Moreno que atacó al saliente Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, por bajar los brazos en la pasada contienda electoral, quien ahora pareciera estar abocado a hundir a la oposición. Diferentes formas, mismo resultado.

Sin perder de vista que el Frente Amplio por México, por diseño, nunca fue ciudadano, la propuesta y fin último estaba orientada a consolidar una opción ante la aplanadora morenista que lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador. La nueva crisis del Frente abre nuevas grietas al proyecto.

Fue particularmente llamativo el discurso de la senadora Paredes en el último foro en el que participó en Mérida, Yucatán. “Si las mujeres vamos a repetir el modelo patriarcal de los arreglos, perdónenme, ¡estamos jodidas!”, exclamó entre aplausos una de las figuras intelectualmente más completas del país, con enorme distancia sobre la propia Xóchitl Gálvez y la propia Claudia Sheinbaum.

Es probable que ese mensaje fuera resultado de las presiones que la senadora tlaxcalteca estuviera recibiendo de varios actores y sectores políticos, incluido del propio Alito Moreno. ¿Será que no le gustó que una mujer empezara a despegar y a cobrar relevancia? Parece que el dueño del PRI, en su reducida visión estratégica, prefiere “destacar” sólo él, aunque en el gran esquema eso sea totalmente insignificante en el tablero político.

Si su intención era frenar a Beatriz Paredes para no compartir con ella parte del poder político que tiene implícito ser una candidata presidencial, Alito Moreno atinó. Si la jugada fue sacrificar a la senadora para poder seguir negociando en su favor, también acertó. Si lo que trataba era mostrar fuerza patriarcal sobre una mujer que no tendría por qué escapar de lo que le instruye un hombre, tuvo razón… Aunque todas sean maniobras cuestionables.

Es decir, Alito Moreno podría estarse configurando no sólo como un político congruente al traicionar todo aquello con tal de obtener un beneficio propio sino también como un personaje confiable al que Morena o el presidente AMLO siempre podrán llamar para, desde adentro, liquidar a la oposición, ¿a cambio de qué?

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