Periodista zacatecana que en 2016 fundó Conexión Migrante, un medio nativo digital dedicado a la comunidad migrante mexicana y latina en Estados Unidos. Es JSK fellow y mentora en Metis, un programa para mujeres periodistas emprendedoras. Y antes que nada, mamá de Carlos Miguel.
Precariedad y abandono de albergues y migrantes
Hay una situación de emergencia en los albergues para personas migrantes en México. Insisto, una vez más, aunque pareciera que lo que hay es un diálogo de sordos con el gobierno.
Hay una situación de emergencia en los albergues para personas migrantes en México. Insisto, una vez más, aunque pareciera que lo que hay es un diálogo de sordos con el gobierno.
Las organizaciones de la sociedad civil y algunos organismos internacionales resuelven parte de la problemática de los albergues para personas migrantes, pero siempre, desde hace años, están rebasados.
Sin embargo, el silencio y el desinterés del gobierno muestra que no tienen ni asomo para entender y comprender las razones, problemáticas y desafíos de la migración. Los gobiernos viven e insisten en el discurso de una migración “ordenada”, sin saber que migrar muy pocas veces se planea.
Hace algunas semanas viajé a Tijuana para visitar un par de albergues migrantes y la situación me dejó helada y con el corazón adolorido.
Aunque desde hace años se sabe de las complejas circunstancias de los albergues, hoy vivimos momentos particulares en materia migratoria.
Grandes flujos de migrantes de México, América Latina y África, gobiernos desconectados de la realidad de estos movimientos y organizaciones de la sociedad civil y activistas rebasados y agotados por el esfuerzo para aliviar y resolver la cotidianeidad de la comunidad migrante.
José María García Lara, Chema, director del albergue Movimiento Juventud 2000 trabaja desde hace muchos años para apoyar a los migrantes que llegan a Tijuana. Tiene espacio para unas 200 personas, pero algunas veces son rebasados por los flujos y el poco apoyo oficial.
El segundo albergue, de los Embajadores de Jesús, es dirigido por el pastor Gustavo Banda, quien tiene el desafío de operar el espacio de acogida más grande de Tijuana. Ahí viven y conviven mil 700 personas. El flujo es constante y permanente.
Foto: Patricia Mercado Sánchez
Foto: Patricia Mercado Sánchez
En CDMX, gobierno sordo
En la ciudad de México las cosas no son diferentes. Los pocos albergues para personas migrantes han vivido momentos complicados por la cantidad de personas que llegan.
El miércoles por la noche, 30 albergues y organizaciones en México exigieron que “las autoridades locales, estatales y federales cumplan de manera inmediata con su obligación de brindar atención y protección humanitaria”.
El ejemplo más claro es Casa Tochan, uno de los primeros albergues migrante en la ciudad de México, que tiene un espacio para recibir a 46 personas, pero en este momento tiene más de 145 migrantes, entre ellos 25 mujeres y niños.
En las redes sociales de Casa Tochan se hizo un llamado para que la alcaldía Álvaro Obregón y el gobierno de la ciudad abran un espacio donde puedan quedarse “migrantes que vienen con la intención de hacer su cita para ingresar a EU mediante la aplicación”.
Mientras tanto, los gobernantes voltean la cara hacia otro lado y le dan la espalda no sólo a una comunidad que necesita ser atendida y orientada sino a las organizaciones de la sociedad civil que se han hecho cargo de resolver una parte del problema. ¡Una verdadera tragedia!
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