Ociel Baena y las furias
Futuros alternos

Es escritor, periodista, locutor, productor de radio y gestor cultural. Sus textos han aparecido en catálogos como Crafting our Digital Futures (Victoria & Albert Museum) y Do Flex Text (Buró Buró).

Ha escrito para Vogue, RollingStone, Revista 192, Esquire, Código, El Universal, entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor, Milenio Televisión, Bullterrier FM y Aire Libre FM.

X: @mangelangeles

Ociel Baena y las furias
El magistrade Jesús Ociel Baena fue hallado sin vida en Aguascalientes. Foto: Instagram/ocielbaena

Y la que soporte. Y la que legisle. Y la que eduque. Frases con las que aprendimos a identificar a Ociel Baena, le magistrade que hizo de su experiencia y las redes sociales, los bastiones de lucha desde los que impulsó a una comunidad entera a un lugar donde se podía al menos soñar con todos los derechos. Derecho a poder tener documentos oficiales que confirmen identidades en el espectro no binario. Legislaciones que hicieran presente a una comunidad históricamente discriminada. Educación para que la hostilidad y la violencia no sean un obligado en la vida de la comunidad LGBTQMB+.

La vida de Ociel Baena y su legado: una ola expansiva. Pienso en los millones de vistas que tuvieron sus videos en todas sus redes sociales y las reacciones que generaron en lo que trastocó e hizo temblar al sonido de sus abanicos abriendo y cerrando. Pienso en ese personaje que supo que se puede llegar a tener un lugar así, en ese otro que ahora sabe que la indumentaria es también una herramienta de protesta y resistencia. En Ociel y si es que alguna vez sospechó la trascendencia de su trabajo.

La ola expansiva también hizo temblar “obtusidades” y tintinear gónadas de cristal. Pienso en la furia que generó en la gente que no puede entender cómo una existencia maravillosa no está relacionada con los arcaísmos binarios a los que está acostumbrada esta sociedad: pantalones para ellos y faldas para ellas. Un par de tacones en pies inesperados y se rompe todo ese equilibrio. Ese equilibrio conservador que nos quiere en silencio y en blanco y negro.

Pero pienso también en la furia que desató en quienes sentían representación en Ociel Baena: lo vimos en las calles de diversas ciudades del país en las veladas que la noche del lunes 13 de noviembre se encendieron con gritos y reclamos y también con velas. Lo vimos en la marcha no planeada que desde la Estela de Luz llegó hasta el Zócalo en la Ciudad de México y que terminó con un clamor conjunto de mayor unidad y politización. Banderas en mano, miles de personas marcharon en protesta también por la tipificación de “crimen pasional” que ayer comenzó a circular como versión primera. “Ociel, escucha, estamos en tu lucha”, “Ya estamos llegando, Palacio está temblando” y “Señor, señora, no sea indiferente, se matan disidencias en la cara de la gente” unieron las voces. “Magistrade, magistrade” desbordó las lágrimas.

Pienso en la ironía de que esa manifestación no le tuviera como participante sino como liderazgo, aunque Ociel Baena no caminara en tacones todo ese trayecto y no tomara el micrófono para consignar lo que viene, lo que tenemos que hacer.

Con todo y eso, pienso en Ociel Baena como esa figura que podrá ser recordada, honrada y aplaudida con más resistencia que nunca. Con furia organizada contra la lgbtfobia existente en un país como este que nos obliga a sospechar de las fiscalías, a desconfiar de los entes de la política que se apresuran a conjeturar y violentan día con día con su discriminación, sus malas generizaciones e, incluso, sus mediocres desempeños periodísticos. Furia organizada, politizada, desobediente, disidente, confrontativa, articulada, colectiva… Furia de todxs.

Pienso en el arcoíris como símbolo de estas vidas en resistencia que entre la tempestad y el sol son todos los colores que podemos ver y percibir. Y por eso pienso en ti Ociel Baena y cómo soportaste, legislaste y enseñaste. Y por eso tengo claro que Ociel sigue, la lucha sigue.

Y soporten.

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