Codificando el mundo
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Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.

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Codificando el mundo
Foto de Arif Riyanto en Unsplash

Los desarrolladores de código siempre me han inspirado muchísimo respeto y admiración, hoy más que nunca.  Jugar a estar en su mundo desde una forma muy primaria ha sido un enorme reto, desde cuando de niña mi papá me metió a un curso de “Basic”, y más ahora cuando por voluntad propia decidí estudiar un programa de ciencia de datos en MIT.

Al inicio de la primera sesión nos pidieron abrir Anaconda o Google Colab para aprender programación en Python.  Como balde de agua fría me cayó una realidad de la que mucho he investigado y comentado, pero no conocía desde sus entrañas: los fundamentos en código de la inteligencia artificial y la ciencia de datos.

Confirmé entonces porqué los programadores son las personas más influyentes del mundo. Son una tribu que vive en una realidad mucho más avanzada que los demás, y que tienen un sus manos la construcción del mundo para bien y para mal.

Ya muy pocas cosas de nuestra vida diaria no involucran desarrollo tecnológico.  Los desarrolladores de código se irán metiendo cada vez más y más en todas nuestras actividades académicas, sociales, emocionales, profesionales, y mejorando todos los procesos para eliminar de nuestra rutina las tareas aburridas y repetitivas.

Históricamente los desarrolladores han sido estereotipados como gente introvertida, con pensamiento lógico y sistemático, creadores de lenguajes complejos y de poco acceso para el resto del mundo, dejando de lado a quienes dependemos ya casi en la totalidad de desarrollos tecnológicos que nos permiten escribir una carta en Word, sacar dinero del cajero, subirnos al auto o simplemente comunicarnos digitalmente.

No es fortuito que las empresas más poderosas del mundo hayan sido fundadas por programadores. Para los que no tenemos ese ADN, existen aplicaciones de código bajo (low-code) constituidos por entornos de software preconstruido para la creación de aplicaciones con poca codificación, pero que permiten alcanzar un nivel de integración y acceso al código back-end para la edición de códigos previos.

El plan y programas de estudios deberían integrar materias de aprendizaje de lenguajes de programación, adicional a otros idiomas, para lograr que los estudiantes dominen estas habilidades de manera natural y fluida desde nivel primaria, y no esperar a que de adultos no tengamos el tiempo ni las capacidades técnicas para estudiarlos.

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Aprendamos del reciente caso del despido y recontratación de Sam Altman, director ejecutivo de ChatGPT, que demuestran que la supremacía del conocimiento tecnológico te dará capacidades superiores a la de cualquier corporativismo.

Adquirir habilidades de programación es, desde hace años, un requisito para la supervivencia de nuestros futuros puestos de trabajo o para aspirar a un crecimiento laboral seguro, y sobre todo económicamente prospero.

Te recomiendo que una de tus metas a cumplir el 2024 sea aprender a codificar.

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