Así arrasaron los corridos con el 2023 

El regional mexicano ha tomado bastante fuerza durante los últimos años, pero en este 2023 tomó un impulso mayor. En 2022, fueron 5 y no 7 los artistas de regional en el top 10 de Spotify, este año incluso 1 se coló al top 5 mundial: Peso Pluma. Hassan Kabande, como es su nombre real, fue el estandarte de este subgénero musical para navegar en el mundo, lo cual lo hizo presentarse en los Billboard Music Awards y MTV Video Music Awards. 

Aunque los corridos tumbados y bélicos se colocaron en el ojo del huracán por sus detractores y defensores, no podemos negar su importancia cultural. Su mayor crítica es el contenido de sus letras, donde se habla de violencia, narcotráfico y excesos. Aunque hay que señalar que este grupo de jóvenes no fueron los primeros en tocar estos temas, desde hace más de 40 años se ha trastocado esta herida con Los Tigres del Norte o Chalino Sánchez. 

La intención del texto no es señalar si este tipo de corridos están bien o mal, tampoco evaluar su valor musical como experto en la materia, sino develar que son una expresión válida que representa el momento que viven muchos de los jóvenes hoy en día. A veces las expresiones culturales o artísticas no tienen que ser políticamente correctas para demostrar el contexto que se está atravesando. 

Sin embargo, también sería muy poco justo encapsular a este subgénero con el narcotráfico, ya que también hay canciones de amor y colaboraciones con otros ritmos como trap y reggaetón. Los tumbados lograron ser la amalgama. Más allá de criticar, es momento de comprender y entender el movimiento. 

Detrás del éxito de Peso Pluma hay un creador que ha sido poco alumbrado por el medio internacional: Natanael Cano, quien le dio vida al género. Alumbró el sonido tumbado a partir de las influencias de otro grande, Ariel Camacho, quien con su guitarra forjó las bases de los que hoy millones de jóvenes escuchan. 

Hay dos formas de ver a los tumbados, como enemigo o como aliado, tanto musicalmente como moralmente. El arte incorrecto, como algunos le llaman, a veces muestra la descomposición social y cómo es que la realidad es mucho más grande que una canción. La gente no se vuelve narcotraficante por escuchar corridos, pero tampoco se salva de ese terrible destino por no hacerlo. Lo único que nos queda es la música y la realidad, en nosotros queda transformarla. Nos queda comprender y evolucionar.