¿Es el review bombing tan válido como la crítica de cine?
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

¿Es el <i>review bombing</i> tan válido como la crítica de cine?
Serie: True Detective, Night Country. Foto: HBO Max.


La crítica cinematográfica está viviendo una de sus peores crisis. Lejos quedaron los días en que el crítico de cine era una figura respetada a la que el público acudía en busca de orientación sobre las mejores películas. En parte, por la sobresaturación de contenidos a la que la mayoría de los autonombrados “críticos” no han sabido adaptarse, pero en gran medida por el esnobismo que siempre los caracterizó.

Muchos de estos “críticos” perdieron la brújula y olvidaron que su trabajo también es un servicio a la comunidad, no un vehículo para su vanidad, y como tal debe cumplir con una función. Si el mercado del entretenimiento ya es tan amplio y el cine tan solo es una parte que hoy ha sido aglutinada con el resto de opciones bajo el concepto de “contenido”, aquel periodista o comunicador que no abarque la mayor cantidad de contenido posible estará fallando a su misión o, en última instancia, permitirá que su trabajo pierda relevancia para las nuevas generaciones y, sobre todo, con el público masivo.

Pero esa es una decisión de cada comunicador. Aún hay público que busca opiniones sesudas sobre cine y las puede encontrar gratuitamente en redes sociales, blogs, y uno que otro medio de comunicación que todavía no cobra por el acceso a sus contenidos. ¿Pero es rentable para el “crítico” o para los medios especializados que se dedican a ello? No, no lo es. Si no se puede vivir dignamente con un salario de periodista, mucho menos se vive de la crítica cinematográfica, no en México y no para la mayoría de periodistas.

Romantizar la idea de que dicha situación es diferente en otros países, también sería un error. Es bien sabido que el periodismo independiente está sufriendo un golpe dentro de esta economía y que muchas revistas y medios especializados, en cine y otros temas, han dejado de publicar sus versiones impresas o, incluso, han desaparecido definitivamente.

Eso fue justamente lo que hizo Christopher Nolan, romantizar a la crítica cinematográfica, en su discurso de aceptación como Mejor Director otorgado por el Círculo de Críticos de Cine de Nueva York. “En el mundo de hoy, donde las opiniones están en todas partes, hay una cierta idea de que la crítica de cine se está democratizando”, dijo durante la ceremonia. “Pero yo pienso que la apreciación crítica no debería ser un instinto sino una profesión”.

Le guste o no al director de Oppenheimer, la crítica de cine se está democratizando y no es algo que acaba de empezar, sino un proceso que lleva décadas sucediendo, es por eso que el autor de esta columna prefiere entrecomillar la palabra “críticos”. Los verdaderos críticos de cine pertenecieron a generaciones que ya quedaron atrás. En México, por ejemplo, el último crítico de cine real es Jorge Ayala Blanco y ya tiene más de 80 años. Lo es porque sigue ejerciendo la crítica y porque perteneció a una generación de críticos auténticos. ¿Sigue siendo relevante para las nuevas generaciones? No mucho, pero tiene seguidores.

A partir de cierto momento, en los medios de comunicación la crítica se convirtió en “opinión”. Yo recuerdo este cambio con el nuevo milenio, pues a partir de la década de 2000 ya no era necesario tener una “profesión” como dice Nolan, y tampoco una larga trayectoria como “crítico” para poder opinar sobre películas, música, arte o cualquier otra expresión de la cultura. Con la venia de los medios, y en su afán por recortar presupuestos, este fenómeno se fue extendiendo a todas las áreas de la información y es así como hoy no tenemos críticos sino “opinadores”.

Son más de 20 años que esto se volvió muy evidente, por lo que el ascenso del DIY (Do It Yourself / Hazlo tú mismo), la aparición de los YouTubers y la creación del término “influencer” sólo fueron pasos lógicos para llegar a donde estamos hoy. ¿No nos gusta? Culpemos entonces a la economía, a la mala administración de los gobiernos que no pueden garantizar empleos dignos, o a las grandes corporaciones que pretenden explotar a sus trabajadores. Los jóvenes no iban a quedarse cruzados de brazos esperando a que los dejaran comer. Los nuevos ”críticos” no iban a pedir el permiso de la vieja guardia.

Así es como llegamos a esta nueva modalidad conocida como “review bombing”, que se refiere a una práctica en línea donde un grupo considerable de usuarios de internet realizan reseñas en masa sobre un producto o servicio, y al hacerlo de manera coordinada afectan su calificación dentro de una plataforma de reseñas, como puede ser Amazon, Rotten Tomatoes o Metacritic, influyendo negativa o positivamente en la percepción del público sobre dicho producto.

Pero hoy los realizadores de cine, como cualquier otro creador de contenido, están tan ávidos de atención que aceptan a conveniencia cualquier comentario sobre su trabajo, pues necesitan elevar los ratings y generar buenos ingresos para seguir trabajando en esta industria y construir sus propias historias de éxito. Por ejemplo, si ya sabemos que las calificaciones en sitios como Rotten Tomatoes se pueden manipular, e incluso importantes directores de cine se han manifestado al respecto, ¿por qué los realizadores siguen citando este sitio como referencia cuando las calificaciones los benefician?

El caso más reciente es el de la directora mexicana Issa López, quien se quejó en sus redes sociales del review bombing que padeció su debut en Hollywood, la cuarta temporada de la serie True Detective (con Jodie Foster), que en plataformas como las mencionadas obtuvo malas críticas de los usuarios. En una publicación (que después borró), la directora decía que “los bros y los fanáticos de la primera temporada se han propuesto bajar la calificación, y es un poco triste, considerando todas las calificaciones que tenemos de 5 estrellas”.

¿Pero a poco era diferente con la prensa de espectáculos y la crítica en medios masivos? Pretender que los críticos que hacen buenas reseñas siempre son honestos y que a pesar de los malos salarios no existe la prensa “vendida”, sería tan equivocado como creer en las calificaciones de Rotten Tomatoes. El público tiene que formarse su propio criterio, y en este específico caso, pienso que si los fans de cierto producto son los consumidores primarios, es válido que encuentren la forma de manifestar su descontento. Democratización de los medios, pues.

Los medios de comunicación de prestigio, al impulsar sus propias plumas y recurrir a la opinión de influyentes expertos, han intentado acallar otras voces. Pero el internet y las redes sociales, con su variedad de herramientas tecnológicas y la creación de tendencias en plataformas como TikTok, donde no son necesarios ni el comentario ni la crítica para conectar al público con la oferta cinematográfica, están democratizando no solamente a la crítica de cine sino al cine mismo. Los medios tradicionales ya no podrán imponer sus narrativas ni censurar la opinión de los inconformes.

BREVES

Muchos estrenos esta semana. En cines ya se pueden ver nominadas al Oscar como Anatomía de una caída y Pobres criaturas, además de propuestas muy interesantes como Concrete Utopia (Sobrevivientes después del terremoto) y Los colonos.
La oferta en plataformas es amplia, con series como Cristóbal Balenciaga (Disney Plus), Expats (Prime Video), The Woman in the Wall (Paramount Plus) y la segunda temporada de El turista (HBO Max).

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.

Síguenos en

Google News
Flipboard