De los creadores de ‘lo leí en Wikipedia’ llega, ‘vi un video en TikTok’

Las redes sociales son las fuentes de información cada vez más socorridas por usuarios jóvenes, que buscan consejos para la vida diaria, haciendo que los contenidos de ocio rebasen frecuentemente la credibilidad de los entornos educativos formales, e incluso desplacen a los medios tradicionales de comunicación creando, a ratos, un ecosistema de noticias falsas, rumores y desinformación.

McLuhan lo predijo en los años sesenta del siglo pasado, cuando confirmó la transformación que traería la “Aldea Global” debido a la excesiva información que recibiríamos en lo sucesivo. Este fenómeno se magnificó con la pandemia cuando todos buscábamos respuestas para sobrevivir a una enfermedad desconocida sumergiéndonos en redes sociales, creando un ambiente de crisis para algunos, pero tierra fértil para muchos más aptos en el uso de plataformas digitales para desinformar y confundir peor a todos, ocasionando una pandemia social más tóxica aún que el propio coronavirus.

El desgaste de las instituciones de la vida pública, política y social ha abierto la puerta para la proliferación de influencers, que gracias a la democratización informativa que logran las redes sociales, y basados en experiencias propias, responden a la necesidad de información y bienestar de una población devoradora de narrativas que encajen en lo más básico con sus ideales, para creer fervientemente en la información que reciben.

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Ahora súmale las capacidades de la inteligencia artificial para empoderar la infoxicación cuando la generación de contenido se ha acelerado gracias a herramientas como GPT para creación de textos, imágenes y videos, haciendo más eficiente la creación de narrativas informativas y de entretenimiento hipersegmentadas en precisión y tono para diferentes audiencias. Además, son promovidas por algoritmos de recomendación, filtradas para dar información más reducida y basada en objetivos de grupos de poder para reforzar la desinformación y el reforzamiento de prejuicios.

Y si nos vamos más allá, el poder de TikTok podrá en breve cambiar por completo el mercado de plataformas de comercio en línea, cuando ya es más fácil que sus usuarios compren por impulso los productos que los influencers les recomiendan vía TikTok Shop, sin ya ni siquiera tomarse la molestia de cambiar de ecosistema hacia Amazon o mercado libre (entre otras), para adquirir productos o servicios que antes de ver el video no sabían que existían, pero que ahora no pueden vivir sin ellos.

¿Cuántas veces en tu día a día escuchas o dices: “vi un video en TikTok” con tal o cual situación que quieres compartir? ¿Cuánto has dejado de buscar en fuentes formales por dedicar cada vez más minutos de estadía en redes sociales para estar informado o buscar consejos sobre temas que te parecen relevantes?

No estás solo, el Reporte de Noticias Digitales del Instituto Reuters confirma que en México el 48% de la información que se comparte viene desde redes sociales como Facebook, YouTube, TikTok, X o Instagram, siendo el principal vehículo WhatsApp, dejando a la televisión y medios impresos como cada vez menos importantes para mantenerse informados.

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“Vi un video en TikTok” evidencia no sólo la crisis que enfrenta la industria de noticias a nivel mundial debido a su no lograr entender el comportamiento de las nuevas generaciones en el consumo de noticias, sino en su incapacidad para la rápida creación, acceso inmediato y multiplataforma para consumo de contenidos breves y atractivos en voces auténticas y diversas. Es un reflejo también de la necesidad de ser críticos de la calidad y la cantidad de las noticias que consumimos a diario, en cuanto a su precisión, veracidad y relevancia para no convertirnos en una sociedad desinformada y fácilmente manipulable.

¿Cuánto tiempo has estado hoy en TikTok?