La (renovada) crisis de la Selección Mexicana de Futbol
Perístasis

Jefe de la División de Educación Continua de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

X: @antoniozeind

La (renovada) crisis de la Selección Mexicana de Futbol
Selección Mexicana de Futbol. Foto: Twitter / @miseleccionmx

A la de por sí grave crisis que la Selección Mexicana de Futbol Varonil (la Selección) se ha sumado un nuevo suceso que no ha hecho más que profundizarla e intensificar los cuestionamientos a un equipo que, a pesar del apoyo prácticamente incondicional de su afición, logra seguir teniendo serios tropiezos como por ejemplo en últimas fechas fue perder la final de un nada importante torneo como es la Nations League de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf). A pesar de que este se trató de un torneo de muy reciente creación en una de las regiones con peor nivel futbolístico alrededor del orbe, el hecho de que el otrora “Gigante de la Concacaf” no lo haya conquistado y además haya sido en la final por la selección de los Estados Unidos, añadió presión a la ya criticada gestión de Jaime “Jimmy” Lozano como director técnico de la escuadra nacional y al muy cuestionable rendimiento de los jugadores que aquel ha elegido para formar parte de nuestro equipo representativo.

Y es que en la víspera de la próxima edición de la Copa América (a la que acude como una escuadra invitada y no como un equipo que permanentemente forme parte de ese torneo organizado por la Confederación Sudamericana de Futbol), a nuestra Selección se le exigirá un rendimiento acorde a su tradición y, en la medida de lo posible, lograr llegar a las altas instancias que ha alcanzado desde que fue invitado por primera vez en 1993 a acudir a dicha justa. Esta, que será la decimoprimera vez que la Selección participe en la histórica Copa América, será la mayor prueba por la que pasará un equipo con serias deficiencias y una irregularidad propia de uno en plena formación y no de uno que se prepare para ser anfitrión de la Copa Mundial en poco más de dos años.

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Los próximos, serán meses definitivos y definitorios de lo que en lo subsecuente venga para nuestra Selección, pues si bien ha habido algunas acciones que los directivos han tomado para (buscando creer solamente en sus buenas intenciones) por ejemplo mejorar las condiciones de nuestra liga local, éstas han sido claramente insuficientes y nada proporcionales con el tamaño del fracaso vivido por nuestro equipo en la pasada Copa Mundial de Catar.

Como asignaturas pendientes persisten decisiones que no se han podido comprender y que de manera evidente han afectado de manera muy negativa el nivel de la competencia en la denominada Liga MX y en las ligas inferiores. Insistir en mantener un alto número de extranjeros en las alineaciones titulares (algunos con un cuestionable nivel futbolístico) solamente genera que los mexicanos en formación encuentren complicado siquiera ser tomados en cuenta para debutar; de igual manera, el hecho de que en la liga principal todos los equipos tengan asegurado su lugar desde que se prohibió el ascenso y descenso respecto de ligas inferiores, únicamente desincentiva la voluntad que puedan tener para mejorar su nivel (unos por el miedo a descender y otros por la imposibilidad de ascender) y, al contrario, incentiva la mediocridad de la que ha sido objeto nuestro futbol desde hace muchos años.

Por otra parte, respecto de la dirección técnica y hasta de algunos de los muy recurrentes seleccionados, se deberá pronto hacer una evaluación objetiva en relación con su rendimiento y resultados obtenidos, pues mientras unos se mantienen ahí por su indudable carisma, otros lo hacen por la nostalgia de glorias pasadas, sin embargo, en competiciones de alto nivel este tipo de características al ser contratadas con resultados tan decepcionantes resultan cosa menor y no justifican la permanencia de nadie en un colectivo en el que supuestamente deben estar los mejores.

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Es así que los directivos del futbol mexicano y los dueños de los principales equipos están cerca de asumir una vez más buena parte de la responsabilidad de lo hecho por una Selección de la que a veces sin fundamento alguno se tienen altas expectativas y que, ciertamente, sigue contando con un apoyo prácticamente incondicional de una afición que solamente espera que le de alguna satisfacción.

Si bien en otros sectores pasan cosas muy parecidas, sigo confiando en que esto no sea una característica propia de los habitantes de este país y más bien sea una casualidad, lamentablemente desafortunada hasta ahora.

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