La ‘hiperencuestización’

Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

La ‘hiperencuestización’
Hoy es palpable la desconfianza que provocan las encuestas, mucho más las publicadas en las redes sociales de candidatos o equipos de campaña. Arte: La-Lista

Vivimos en la era de la hiperinformación. Esto, no necesariamente reditúa en mejor información, más confiable o certera. A finales del siglo XX (y anteriormente, por supuesto) existía una sequía de contenido informativo y ahora tenemos un tsunami de noticias, a las cuales tenemos que filtrar hasta encontrar un poco de “agua potable” para consumir. Es decir, es igual de complicado tener poca o nula información que tener en demasía.

Ahora bien, cuando se trata de un proceso electoral, esto se incrementa aún más. La opinión pública se vuelve masiva, mucho más en las redes sociales. Asimismo, y como parte de un todo: estamos viviendo las elecciones más largas de la historia, la hiperinformación, opinión pública a raudales, también tenemos las encuestas. Estos estudios demoscópicos que nos daban una fotografía del momento que viven las o los candidatos, y que ahora nos llegan por todos lados, a toda hora y con resultados poco fiables.

En la actualidad, la ciudadanía sabe, al menos intuye, que estos “estudios” son para “llevar agua al molino” de cada partido o coalición y cada vez más velan dicha fotografía del momento electoral. Hoy es palpable la desconfianza que provocan las encuestas, mucho más las publicadas en las redes sociales de candidatos o equipos de campaña. En tiempos recientes el levantamiento de encuestas se ha tecnificado y abaratado, las encontramos de todo tipo, telefónicas, vía redes sociales, presenciales y también ya hay un abanico amplio de encuestadoras, existen las serias, las malas y las peores.

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Esta “hiperencuestización”, también ha llevado a la ciudadanía a no ser lo más sincera posible con las o los encuestadores, la pregunta más repetida por la sociedad encuestada es: ¿vienes de Morena? Una muestra de que tanto los encuestadores como los encuestados direccionan los resultados de las encuestas. Esto es un reflejo de que los excesos son malos, también cuando se trata de estudios demoscópicos.

Al respecto, Pierre Bourdieu ya desde el siglo pasado elucubraba la premisa de que “la opinión pública no existe, al menos bajo la forma que le atribuyen los que tienen interés en afirmar su existencia”. En este sentido, como ciudadanía debemos ser muy analíticos, ubicar cuáles encuestadoras si muestran su vitrina metodológica y tener nuestras propias conjeturas. Aún restan más de 30 días de campaña y serán días que vamos a ver encuestas favoreciendo a algún candidato o candidata, según quien haya pedido dicha encuesta.

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