¿El fin del PRI?

Es política y líder de opinión. Se ha desempeñado como diputada Federal en las Legislaturas LXI y LXIII. Cuenta con más de 20 años de experiencia en análisis político mexicano e internacional. Actualmente se desempeña como empresaria, líder de opinión y columnista en diversos medios de prensa y televisión. X: @asarur IG: @adrianasarur

¿El fin del PRI?
Retrato de 2023 de Alejandro Moreno Cárdenas. Foto: @EneasMx para Wikipedia Commons

En 1929 Plutarco Elías Calles fundó el Partido Nacional Revolucionario, mismo que pasó a ser el Partido de la Revolución Mexicana (1938) y a la postre (1946) sería renombrado como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), teniendo como objetivo -no la visión de democratizar al país- contener y agrupar a los caciques regionales y a caudillos revolucionarios en una institución con reglas claras, disciplina y verticalidad, para dotar de cierta estabilidad política a un México bronco y sin certezas de la vida política.

Es decir, el PRI nace, crece y se reproduce al auspicio del poder, la presidencia de la República y el partido como simbiosis indisoluble. Por esto, cuando la alternancia política llega a México en el año 2000, se pensó que el PRI estaba en la antesala de la muerte. Sin embargo, tan solo dos sexenios después, volvió de manera renovada, tecnocrática, con perfiles adecuados al nuevo México y lo hicieron ganando la presidencia, la gran mayoría de los estados, las Cámaras ofreciendo un “nuevo PRI” que “sabe resolver” los problemas públicos y con la “experiencia suficiente” (más de 70 años) para entender a la sociedad mexicana.

Este regreso del PRI fue marcado por la corrupción y dejó el camino allanado para la llegada de Morena y López Obrador (expriista) a la presidencia. En el proceso Morena fue vista como una gran arca y el actual presidente como Noé, recibiendo y atrayendo a cientos de priistas que vieron este vehículo como salvación y continuidad en la vida pública, por lo que el actual partido oficial tiene un ADN tricolor que no se puede negar, pero, ¿qué pasa con el PRI? En la actualidad queda un partido en los huesos, sin hoja de ruta para reconstruirse y sin una identidad adecuada al momento vivido en el país.

No sorprende que su actual dirigente, Alejandro Moreno, sea el sepulturero y haya dejado pasar todo el sexenio sin formar cuadros ni una estrategia adecuada, más aún, sin una voz que abandere a la oposición, teniendo que dejar la candidatura a una persona lejana a sus filas y, en días pasados, dejando ver que se encuentran desesperados por su inminente caída. Hoy el PRI está mucho peor que en los albores del 2000, solo gobiernan (en coalición) dos estados, se han ido liderazgos, la militancia, la brújula y la identidad.

¿El 2024 será el año en el que el PRI desaparezca de la vida política de México? No lo creo, pero el fin está cerca.

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