México necesita más y mejor educación artística
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Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

México necesita más y mejor educación artística
México necesita más y mejor educación artística. Foto: Envato Elements

Esta semana la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, informó que el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) será elevado de rango como secretaría de Estado. Este hecho causó gran revuelo y esperanza entre la comunidad intelectual del país, pero ¿será suficiente?

Desde su creación en la década de los 70, el Conacyt se encargó de la promoción y apoyo a la investigación científica en el país, aunque hay que decir que también se volvió una cúpula de difícil acceso. Las artes y humanidades han tenido un desarrollo similar, porque pese a la creación de instituciones como el INBAL, el Conservatorio y las diversas escuelas nacionales, es difícil formar una carrera profesional en este ámbito.

“La música es muy celosa”, alguna vez me dijo el trompetista Antonio Moreno. Su argumento decía que para ejercer esta profesión de buena manera tenía que ser la única, mas no un hobby que se practicara de vez en cuando. Y es que para ser un buen ejecutante, según cuenta Moreno, se tiene que ser músico de tiempo completo.

En diversas ocasiones se ha criticado al sistema educativo en México, donde la formación artística queda como un suplemento, pero no es visto en serio como una profesión. Tal vez esto responda a los intereses del mercado, es necesario crear profesionistas que estén alineados a las necesidades de la industria. Muestra de ello es lo que señala la OCDE en su estudio “Educación superior en México: Resultados y relevancia para el mercado laboral” de 2019.

“El objetivo de especializarse en industrias de alta tecnología con alto valor agregado también se ve obstaculizado por la baja y decreciente proporción de egresados de programas TIC (2% de egresados y de nuevos matriculados) (OECD, 2018). Esto sugiere la existencia de un desajuste entre las competencias de los egresados y las necesidades del mercado laboral”.

Cuando los planes de estudio sólo corresponden a cubrir las exigencias de dicho sector, las disciplinas que no cumplen con este criterio quedan como satélites. Tal vez por eso desde la educación básica se ve a las artes como factor complementario y no como una opción de un eje principal. Las artes y humanidades son igual o más complejas que las ciencias que responden al capital, y deberían de tener una mayor oportunidad de desarrollo e integración a la juventud.

¿Cómo podemos decir que las humanidades y artes han sido relegadas por el mercado? Además de tomar en cuenta lo anterior dicho por la OCDE, el estudio “Compara carreras 2023” del IMCO señala que las carreras de música y bellas artes son las que cuentan con la mayor tasa de informalidad laboral en México con 44% y 42%, respectivamente. Lo anterior, las vuelve como una de las opciones con un menor retorno de “inversión” si se opta por estudiar estas carreras.

Aunado a ello, el Observatorio Laboral (OLA) de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) señala que el rango máximo de ingresos mensuales de las carreras de artes de 15,000 pesos y el mínimo de 9 mil 200 pesos. En su contraparte, las profesiones de físico-matemáticas tienen un rango base de 16 mil pesos y uno máximo de 31 mil 600 pesos mensuales.

Bajo ese panorama, ¿bastará con elevar el Conahcyt a una secretaría? Seguramente no, falta mucho por hacer: desde ejecutar un plan integral que considere a las humanidades y artes como una profesión desde la educación inicial, hasta fortalecer las oportunidades de empleo dignas y bien remuneradas para quienes decidan tomar ese camino.

México no sólo necesita más médicos especializados, ingenieros y profesionales de las nuevas tecnologías, también requiere de artistas que doten a la sociedad de un sentido humano, crítico y sensible. Si seguimos dejando de lado al arte, no tendrá ningún sentido ni beneficio alcanzar un mercado fortalecido.

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