Bienal de la Habana
Este año el artista mexicano Enrique Argote participa en la Bienal con “Déjanos en paz publicidad”, pieza conceptual de trece sombrillas publicitarias de empresas que estuvieron en Cuba antes de la revolución.
Este año el artista mexicano Enrique Argote participa en la Bienal con “Déjanos en paz publicidad”, pieza conceptual de trece sombrillas publicitarias de empresas que estuvieron en Cuba antes de la revolución.
En 1984 se materializó la idea de crear un espacio dedicado a las artes visuales que no resultaban del interés de los grandes museos y encuentros de arte internacional, una mirada descolonizadora que 40 años después busca mantener el espíritu y esencia a través de las propuestas que la conforman.
Estoy hablando de la Bienal de la Habana, encuentro que este año se centra en el espacio público por lo que resulta un binomio entre las características propias de una Bienal de arte con exhibición, discusión y reflexión sobre el arte contemporáneo, así como su repercusión en la sociedad y un festival, es decir se presentan propuestas de manera directa al público generando una interacción más directa con quienes habitan el entorno y así, sin mayor discurso establecer un vínculo directo.
Este año el artista mexicano Enrique Argote participa en la Bienal con “Déjanos en paz publicidad”, pieza conceptual de trece sombrillas publicitarias de empresas que estuvieron en Cuba antes de la revolución, así como empresas modernas, en dicha instalación Argote cuestiona el supuesto intercambio entre la empresa y quienes visualizan los logotipos, sobre la posibilidad de prescindir de esos estímulos consumistas, de la contaminación que se genera en espacio urbano, las afectaciones al libre tránsito y tantas otras situaciones que se desencadenan con la producción masiva de productos que se acumularán en un basurero.
Justo esa es la conversación que la Bienal de la Habana promueve, como la que el artista mexicano de 35 años plantea junto con los otros 40 creadores seleccionados para presentar su trabajo en la capital cubana hasta febrero de 2025, tiempo en el que sucederán encuentros, conversaciones y posibilidades de pensar en otras formas de vincular el arte con la sociedad y reconfigurar, por parte de curadores, gestores culturales y artistas su propia vision del arte.
Días antes del inicio de la Bienal tuve oportunidad de charlar con Enrique Argote, fue una conversación un poco atropellada ya que me encontraba en una zona con fallas en la señal de internet, también Enrique se encontraba preocupado por lograr presentar su trabajo ante la posible entrada de una tormenta tropical, días después hubo un sismo y contra viento y marea, la Bienal pudo hacerse y para este 16 de noviembre ya habrá muchas historias más que se cuentan entre sus históricas calles, el son y la brisa del caribe.
Comparto la conversación con Enrique Argote: