“El arte es una garantía de cordura”, Louis Bourgeois
Comienza febrero y empieza la fiebre de la “Semana del arte”, una temporada que ha madurado a lo largo de 23 años, ya que si miramos atrás el primer ejercicio fue en 2002 en Monterrey, Nuevo León se llevó a cabo “Muestra 1” y un año después, “Muestra 2” en la Ciudad de México, fueron tiempos de encontrar horizonte y llegó Zona MACO, a partir de ese momento la bola estaba en el campo y comenzaron su andar otras ferias de arte.
De aquellos años recuerdo que las dinámicas en las ferias eran a tientas, para quienes nos estamos en medios de comunicación era una cita “obligada”, poco a poco con los ecos de dichas ferias, la máquina ya estaba engrasada y la semana del arte tomó su lugar en la escena cultural, incluso fue más abierta para ese público curioso por vivir la experiencia, comenzaron a abrirse diálogos y encuentros más académicos, ya no era solo ir a que te vean y ver lo que hay para la mejor selfie.
Dos décadas después, la semana del arte ha impactado más allá de los circuitos propios de los interesados en las artes plásticas, audiovisuales, diseño o textiles, la semana del arte inyecta un impulso a la economía nacional en la cresta de la cuesta de enero, son muchas personas las involucradas en la realización de dicha semana, desde montaje, traslados, atención, hospedajes, transportes, claro, todo sigue quedando en el mismo cuadrante de la ciudad, es decir entre Condesa, Polanco, Roma, San Miguel Chapultepec, algunas calles de San Ángel y Coyoacán.
Por eso es importante afinar el ojo a las galerías e iniciativas que echan a andar sus agendas durante la Semana del arte, hacerlo da un aliciente a los artistas emergentes de no claudicar y comenzar así su carrera en los caminos del arte que si bien no son parejos, hay posibilidad de ser partícipes y con el tiempo convertirse en una de las figuras centrales.
Al final como se suele decir, “Santo que no es visto, no es adorado”.
Ya nos encontramos en la #SemanaDelArte