Juan Glassford encontró la fotografía en un momento de incertidumbre. Estudiaba Ciencias Políticas en Nueva York, trabajaba como cocinero y buscaba respuestas. Hasta que una cámara, en sus mañanas libres, le dio una nueva forma de mirar. Caminar las avenidas con la cámara al hombro se volvió su forma de estar en el mundo.
Hoy, esa mirada lo tiene exponiendo en dos espacios clave de la fotografía contemporánea en México: el Centro de la Imagen, con la exposición conmemorativa de los 100 años de Leica en Latinoamérica, y la galería Le Laboratoire, con una muestra crítica sobre la saturación visual contemporánea.
Ambas exposiciones revelan dos polos en la obra de Glassford: por un lado, el anhelo documental que enraíza su trabajo en lo social y lo cotidiano; por el otro, la exploración conceptual que cuestiona la imagen misma y su rol en un mundo saturado de estímulos.
De la cocina a la calle: el origen de una mirada
“En un momento de crisis, la cámara me dio un poco de pausa y de silencio”, me dice Juan Glassford.
Glassford comenzó con fotografía callejera en Manhattan, más por necesidad interna que por aspiración profesional. Era un proceso terapéutico, una forma de narrarse a sí mismo a través de lo que veía.
Sus primeras imágenes eran encuentros fortuitos: gente en las calles, escenas aparentemente mínimas, pero cargadas de lo que él llama “microdramas urbanos”; es esa intuición por el instante emocional marcaría su trabajo posterior.
En una conversación íntima sobre lo que aún puede decir una imagen en tiempos de saturación, tuve la fortuna de que Juan me compartiera detalles de cómo es su proceso creativo, su mirada ética y su relación con el cine
La entrevista completa con Juan Glassford puedes ver la aquí:
La mirada esencial y Juan Glassford
La exposición conmemorativa *La Mirada Esencial*, que puede visitarse en el Centro de la Imagen hasta el 17 de agosto, celebra el centenario de la primera cámara Leica y su papel en la fotografía documental humanista.
Organizada junto a Leica México, esta muestra plantea un recorrido por distintas generaciones de fotógrafas y fotógrafos que han documentado sucesos claves en Latinoamérica. Glassford es el participante más joven, compartiendo sala con íconos como Graciela Iturbide.
“Fue un honor enorme estar junto a figuras que han construido la memoria visual de este país”, dice. Su obra en esta exposición incluye imágenes tomadas en Oaxaca, durante una fiesta patronal, con una sensibilidad que hace eco a las tradiciones pero sin “exotizarlas”.
El (Super)Mercado de lo Visible: mirar en medio del exceso
En contraste, El (Super)Mercado de lo Visible, expuesta en Le Laboratoire, está inspirada en las ideas del filósofo Peter Szendy y de Walter Benjamin sobre la saturación visual.
La muestra plantea una crítica a la economía de las imágenes actuales, donde cada foto puede entenderse como una imagen-crédito o imagen-deuda. “Vivimos en un scroll infinito”, dice Juan Glassford. “Lo que intento es detener, aunque sea un segundo, ese flujo hipnótico”.
En este contexto, su obra se vuelve un pequeño acto de resistencia: imágenes que no buscan viralidad, sino presencia
.
“No tengo una agenda teórica cuando disparo, pero sí una necesidad de entender qué hace que una imagen aún nos afecte”. Juan Glassford
Juan Glassford, Jarmusch y el movimiento
Aunque no se dedica al cine, lo cinematográfico aparece en su obra. “Antes de la foto, me encerraba en cines. Así despertó mi lenguaje visual”, confiesa. De hecho, un crítico cultural que vio su muestra reciente la comparó con el cine de Jim Jarmusch. No fue coincidencia: “Es uno de mis directores favoritos”.
En la charla nos confirma que sí ha considerado dirigir. Tiene ideas para proyectos documentales en la frontera México-EE.UU., pero reconoce que el cine lo intimida por la planificación que requiere. “Una de las bellezas de la fotografía es que puedes perderte un poco. El cine necesita más estructura”.
La ética visual de Juan Glassford
Glassford es claro al decir que el acceso masivo a cámaras no equivale a conciencia visual. “Una buena foto no es solo estética. Tiene que decir algo, aunque sea silenciosamente. Tiene que afectar”.
Hoy, en un ecosistema donde más de 3 mil millones de imágenes se comparten al día, su postura es casi minimalista: caminar, observar, esperar.
“Mi trabajo no es llenar más el mundo de imágenes, sino encontrar las que ya estaban ahí, pero nadie había visto”. Juan Glassford
Foto en carrete: Cineclub Audiovideorama
Si amas el cine al aire libre (pero con techito ¡y gratis!), no dejes de ir martes y jueves a las 7 p.m. al Parque Hundido y busca el Cineclub Audiovideorama.
Cada último jueves de mes, hay un Ciclo para las infancias, pues los peques no tienen clases al día siguiente, entonces, y sólo ese último jueves de cada mes, las pelis arrancan a las 18:30. Y ojalá un día veamos aquí un cortometraje ( o por qué no, un largo) de Juan Glassford.
Yo soy y me llamo Ligia Oliver y espero que sigas mi columna en este medio. Soy miembro del Consejo Directivo de Tinta Escritores Cinematográficos México. Me desempeña como periodista cinematográfica, guionista, locutora, editora, traductora y productora de cine, radio y TV, además de la dirección editorial de Somos Texto. Amo el cine mexicano (como ya te habrás dado cuenta). También soy filósofa y apasionada de la cultura griega. Mantengamos contacto vía: IG: @lixoliver FB: @lixoliverligia o lixoliver@gmail.com