La chica zurda, una mirada infantil a la superstición de una familia tradicional taiwanesa

Jueves 4 de diciembre de 2025

Simón Sánchez
Simón Sánchez

Guionista con más de 20 años de experiencia, amante del buen cine y de las grandes series de televisión.

La chica zurda, una mirada infantil a la superstición de una familia tradicional taiwanesa

Producida y coescrita por el ganador del Oscar, Sean Baker.

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El cineasta estadounidense Sean Baker produce y coescribe la película Taiwanesa La Chica Zurda.

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sensacine.com

En el Taiwán moderno, Shu-Fen (Janet Tsai) es una madre soltera que regresa a vivir a la ciudad de Taipéi tras algunos años en el campo, la acompañan sus hijas, la pequeña y curiosa I-Jing (Nina Ye), y la joven y malhumorada I-Ann (Shih-Yuan Ma). Con la intención de buscar una manera de sobrevivir, ponen un puesto de fideos en el bullicioso mercado nocturno de la ciudad. Cada una busca adaptarse a su nuevo entorno, y a su manera, mantener la unidad familiar. Por otro lado, están los abuelos, ella, vanidosa y prejuiciosa, principalmente en lo que a su hija Shu-Fen se refiere, está involucrada en un peligroso negocio de trafico de personas, y su esposo, un hombre tradicional y supersticiosos que cruelmente le mete en la cabeza a la pequeña I-Jing, que es zurda, que usar la mano izquierda es una maldición, ya que esa es la mano del diablo. Este hecho terminara revelando los secretos familiares guardados durante generaciones.

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Tras el éxito arrollador de Anora (2024) y conseguir cuatro Oscares en la premiación anterior, el cineasta estadounidense Sean Baker regresa, pero no como todo mundo pensaría. En esta ocasión produce y coescribe la película Taiwanesa La Chica Zurda. Dirigida y coescrita por Shih-Ching Tsou, colaboradora habitual de Baker, la cinta nos ofrece una mirada fresca y autentica a un país casi desconocido en este lado del mundo, y con el gran acierto de que, a pesar de ser cruda y cargada de realidad, no cae en melodramas baratos, lo que pocas películas contemporáneas se atreven a hacer.

Una de las cosas más interesantes que presenta La Chica Zurda, es como la superstición funciona como una forma de opresión de las normas tradicionales, al mismo tiempo que es una metáfora del rechazo a ser diferente, y la lucha por ser distinto en una sociedad que busca estandarizar. El retrato que nos presenta de la lucha de una madre por intentar sacar adelante a sus hijas mientras ella misma se enfrenta a sus demonios del pasado es muy realista, mientras la hija mayor lidia con su propia rebeldía, y la menor con la culpa de ser diferente. Tres generaciones de mujeres conviviendo entre tensiones, culpas y secretos.

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Visualmente, la fotografía a cargo de Ko-Chin Chen y Tzu-Hao Kao, es casi documental, con un aire realista y crudo. La película fue filmada con un IPhone y un equipo técnico pequeño, lo que ayuda a que narrativamente Taipéi sea la protagonista, el mercado nocturno caótico y ruidoso nos muestra una ciudad viva, llena de colores y luces.

El reparto, lleno de caras nuevas, hace que la historia se sienta cercana y con la veracidad necesaria, la cinta se siente humana y alejada del glamur del cine comercial. Pero quien se lleva la película es la pequeña Nina Ye, la inocencia en su accionar, y el como la narrativa se construye a través de su mirada hace que el relato se sienta incomodo e íntimo.

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En resumen, La Chica Zurda es una película muy entretenida, esto a pesar del ritmo lento y pausado del principio, termina siendo un buen ejemplo de cine independiente muy bien hecho.

La Chica Zurda está disponible en Netflix.

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