La eterna paradoja de las artes audiovisuales es que si estas reflejan la vida real o la cotidianidad es una imitación de la ficción. El largometraje “Don’t look up” (no mires arriba) y la serie de streaming “The Boys” (los muchachos) nos mostraban una sátira (¿o no?) de la política estadounidense, captando en pantalla a la plutocracia como el verdadero régimen de gobierno y cómo la idiosincrasia del ciudadano lo va aceptando poco a poco -incluso lo desea-.
Pero, ¿qué tendría de malo que los grandes magnates controlen el Estado? Todo, por una premisa básica entre lo público y lo privado, el primero busca bienestar social, igualdad y justicia; el segundo beneficios individuales, réditos. Por esto resulta preocupante, mas no sorpresivo, que Donald Trump haya nombrado al hombre más rico del mundo, Elon Musk, como el líder del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental.
El DOGE (por sus siglas en inglés y aludiendo a la criptomoneda de Musk) debe ser externo para evitar el conflicto de interés con los contratos gubernamentales con los empresarios a la cabeza, por lo que, en realidad, fungirá como una asesoría externa llevada a cabo, además de Musk, por Vivek Ramaswamy, millonario de la industria farmacéutica, quien compitió contra Trump en las primarias republicanas, quien en campaña prometió eliminar hasta el 75 % de los puestos de trabajo del servicio público y a quien apodan como el “Trump Millennial”.
A partir de enero de 2025 dos millonarios estarán a cargo de revisar el gobierno que dirige desde la Casa Blanca otro millonario. Ningún guionista habría ido tan lejos al recrear una ficción sobre la democracia de la Unión Americana. Lo que sigue es muy fácil de predecir, un video -primicia exclusiva en X-, donde se mostrará -al estilo Milei- el mapa de la burocracia estadounidense y a estos tres magnates tachando (o quemando o destruyendo) secretaría por secretaría, dirección por dirección y, claro, acabando con la asistencia social.
Así, a diferencia de lo que opina Musk, quien dice que no es una amenaza a la democracia pero sí a la burocracia, en realidad debilitando las instituciones del Estado es como se va minando la democracia. Considero que tanto Trump, Ramaswamy y Musk lo saben y por eso realizarán esta labor con ahínco y sin remordimiento alguno. Ya podemos imaginar recortes en educación y, a cambio, apoyos para los institutos tecnológicos de Musk o financiación a las investigaciones en salud de Ramaswamy o patrocinar los viajes a Marte. La realidad supera a la ficción.