Nacho Lozano es periodista y autor. Ha sido reportero y presentador de noticias para radio, televisión e internet desde hace dos décadas; editor y columnista en diversos medios impresos nacionales e internacionales. Es presentador de Noticias Telemundo. Twitter: @nacholozano
Mujeres decidiendo
La decisión importa políticamente porque el poder del presidente Andrés Manuel López Obrador no se interpuso en la decisión de la Suprema Corte.
La decisión importa políticamente porque el poder del presidente Andrés Manuel López Obrador no se interpuso en la decisión de la Suprema Corte.
El día transcurría en Pino Suárez #2 y con él el destino de las mujeres mexicanas. Ahí, en la Suprema Corte, donde todos teníamos puestos los ojos, se votó por unanimidad la invalidez del artículo 196 del Código Penal de Coahuila que, como otros estados, criminaliza con hasta tres años de cárcel a las mujeres que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo en cualquier momento de la gestación. Ya no más, eso ahora tiene que cambiar y ningún juez del país deberá sancionarlas.
Arturo Zaldívar, el presidente de la Suprema Corte, terminó la sesión así:
“A partir de ahora no se podrá, sin violar el criterio de la Corte y la Constitución, procesar a mujer alguna que aborte en los supuestos que ha considerado válido este tribunal constitucional“.
Y además:
“Se inicia una nueva ruta de libertad, claridad y de respeto a todas las personas gestantes, pero sobre todo a las mujeres. Es un paso mas en la lucha histórica por su igualdad, su dignidad y el pleno ejercicio de sus derechos”.
Repito: ningún juzgador podrá meterse con los derechos de las mujeres que involucran la interrupción del embarazo.
¿Por qué importa que las mujeres decidan sobre su cuerpo? Porque grupos de machitos y mujeres que simpatizan con ellos han, sistemáticamente, allanado desde instituciones públicas y poderes fácticos el paso de las mujeres en el difícil (no se trata de una decisión divertida o que se tome por placer) proceso de decidir abortar y hacer patentes sus derechos fundamentales como el de la salud y los reproductivos, por ejemplo.
¡Fíjense en lo infame! Las mujeres violadas y que por ese delito (y los que resulten) quedaban embarazadas, no podían abortar y eran criminalizadas. Entre esos casos había niñas. ¿Después de haber sido violadas sí tenían derecho de abortar? No necesariamente, hubo casos en los que resultaban criminales por interrumpir su embarazo y padecían los procesos de denuncia contra sus agresores que no les favorecían y las revictimizaban. Muchas hoy optan por abortos clandestinos en los que mueren o ponen en riesgo su vida y salud.
Imaginen que falla el método anticonceptivo (sí, señores, los métodos anticonceptivos muchas veces fallan) que usó una mujer y luego se embaraza, ¿entonces no tiene derecho a privilegiar sus planes personales?
¿Una mujer no puede cambiar de opinión y luego decidir que, por cuestiones financieras, sociales o personales, ya no quiere ser madre? Sí, sí puede y ese poderoso mensaje lo mandó la Suprema Corte.
Aunque parezca increíble, desde enero al mes de julio se registraron 432 casos penales por aborto que criminalizaron a mujeres, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El año pasado hubo 633 y en 2019 fueron 717. Al paso al que va el 2021 se hubieran superado las ominosas cifras que les cuento.
Y sí, todos estos años, incluidos el 2018 cuando hubo 604 fueron años de la 4T. Tal vez por eso lo de ayer importa políticamente porque el poder (que es bastante) del presidente Andrés Manuel López Obrador no se interpuso en la decisión de la Suprema Corte. En otros sexenios los presidentes y los poderes fácticos frustraban las discusiones y decisiones de la Suprema Corte.
Para ser Franco: me alegro, lo celebro y con respeto reconozco los derechos de las mujeres.