A propósito del reciente lanzamiento del que será el balón oficial de la Copa Mundial de la FIFA 2026 y que se ha denominado “Trionda”, es un buen momento para hacer un alto y percatarnos de que este importante torneo está a menos de un año de celebrarse por primera vez teniendo como sede 3 países: Canadá, Estados Unidos y México.
Así, en el mes de junio de 2026 será inaugurada la vigésima tercera edición de la Copa Mundial de la FIFA en la que participarán por primera vez también 48 selecciones nacionales en 104 partidos que se disputarán en 16 ciudades canadienses, estadounidenses y mexicanas. Es decir, como suele decirse en estos y otro tipo de eventos, el próximo año seremos testigos de la Copa Mundial más extensa en número de participantes y en número de partidos y, también, se tratará de la edición de este torneo más compleja de organizarse no solo por contar con 3 sedes, sino por la gran cantidad de particularidades que sus organizadoras deberán atender.
Y es que la región norteamericana en los días actuales no vive el mejor de sus momentos por lo que a su integración se refiere, además de que la gran extensión territorial de cada uno de los países coorganizadores hará que las distancias a cubrir sean lo suficientemente largas para representar un reto logístico para toda la organización.
Te puede interesar: Las reformas administrativas de la administración Sheinbaum
En suma a las complejidades cotidianas que representa la realización de un torneo de esta magnitud, existen desafíos relacionados primero con la renegociación del T-MEC y, de igual manera, con los aspectos legales que se deben tomar en cuenta en un entorno en el que la gran cantidad de negocios que giran alrededor del futbol no ha hecho más que crecer.
En lo referente al T-MEC, el proceso de negociación ya iniciado para la puesta al día de este instrumento hasta el momento se ha caracterizado por la incertidumbre que ha producido la actual lógica proteccionista que ha establecido el gobierno estadounidense en sus relaciones comerciales alrededor del mundo, siendo que por otra parte se puede esperar que en el mismo proceso se dé cabida a aspectos que se encuentran lejos de ser de tipo comercial, como es la migración y la persecución de diversos delitos por parte de las autoridades canadienses y mexicanas. El bloque comercial que hoy representa la sociedad entre estos 3 países se encuentra entre los más importantes del mundo y hoy se encuentra en riesgo.
Como ya lo señalé, existen otra serie de retos respecto de la legislación doméstica de cada uno de los 3 países y las posibles tensiones que sus peculiaridades pueden generar frente a los intereses que suelen motivar a la FIFA. Temas como los derechos de propiedad intelectual, los incentivos fiscales, los contratos con cada una de las sedes, las políticas antimonopolio, los posibles arbitrajes que se puedan presentar, el Estado de derecho y, muchos otros, se deben considerar para contar con un torneo a la altura de las expectativas tanto del mundo, como de las sociedades de cada uno de los países sede que invertirán un ingente cantidad de recursos de todo tipo que, idealmente, impacte en el desarrollo de los lugares a los que llegue.
Con la confluencia de tan diversos e importantes temas como es el futbolístico, el comercial y el legal; Canadá, Estados Unidos y México, serán llamados a responder a la altura del momento histórico que vivirán y que, definitivamente, puede consolidarnos como un región fuerte e imprescindible para todo el mundo.
El balón estará en nuestra cancha.