La Canija Credibilidad
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

La Canija Credibilidad
Foto: Presidencia.

La credibilidad es la moneda del líder. Con ésta, es solvente, sin ella, se encuentra en bancarrota.John C. Maxwell

Tan difícil de construir, tan fácil perderla. En política, la credibilidad no exige perfección, sino autenticidad, congruencia y consistencia. Nadie espera que un líder político sea un santo que jamás falla y sólo dice la verdad, en todo momento, a pesar de cualquier circunstancia. La política es una compleja actividad que requiere de la administración permanente de las expectativas de los gobernados, y de quienes conforman el gobierno. El truco de un líder con credibilidad es mostrar a los suyos y a sus gobernados que todo lo que hizo tiene un motivo auténtico, que las acciones son congruentes con las promesas realizadas, y que son consistentes con lo que ese líder ha dicho en el pasado. Así se construye la credibilidad.

La autenticidad en los motivos es la base de la credibilidad. Para creer en una persona tengo que creer en aquello que lo motiva, en aquello que lo mueve, en eso que lo impulsa a ser lo que es y hacer lo que hace. Las personas que arrastran a otros, los líderes en distintos campos primero convencen con sus motivos, su causa, el “por qué” de aquello que encabezan. La autenticidad genera atracción y confianza porque requiere de un importante grado de transparencia. En política, los grandes líderes de nuestros tiempos han sido aquellos que generan esta atracción. Es auténtico el líder político que hace aquello en lo que dice creer, no sólo el que hace el bien permanentemente.

La congruencia es la relación lógica entre lo que se dice y lo que se hace. Se trata de la capacidad para actuar de manera tal que cada acción parezca una simple materialización de aquello que digo. Tiene credibilidad el líder que sacrifica su propia comodidad o fortuna para hacer posible aquello que prometió. Es congruente el líder político que sacrifica su imagen, fortuna o bienestar para respaldar aquello que promovió en el pasado. Es congruente el líder político que pone su carrera en la mesa para respetar la causa que lo llevó hasta ahí.

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La consistencia es la mas caprichosa del juego político. No se trata de ser inmóvil, inflexible y menos necio. Se trata de mantener con disciplina una línea más o menos clara y coherente, que permita a quien me sigue saber que mis decisiones tienen una razón poderosa detrás, y que son parte de una visión que va más allá de lo efímero del momento presente. La consistencia tampoco es una capacidad moral, sino lógica. Es consistente el líder político que construye sobre aquello que ha trabajado, y no el que cambia y destruye con cada nueva temporada.

Con base en estos tres criterios, el presidente y el movimiento que lo llevó a la presidencia han perdido gran parte de la credibilidad que los llevó al poder. La autenticidad de sus motivos parece destruida con la militarización de la seguridad, el brutal crecimiento de la pobreza y la desigualdad, la corrupción impune sin control y la muerte de los más pobres por vía de la pandemia. Todo esto, con su beneplácito y hasta satisfacción. La congruencia la han sacrificado a través del abuso permanente del poder, de la opacidad en la gestión, de la violación sistemática de la ley y de la impunidad, todo esto, cosas que siempre criticaron. Mentir se ha convertido en una forma de gobierno. Y la consistencia la destruyen todos los días a través de la improvisación permanente en el ejercicio de gobierno.

Hoy, esa credibilidad la extrañan, incluso en cosas tan sensibles como la salud del presidente.

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