Internacionalista por el Tecnológico de Monterrey y Maestra en Historia y Política Internacional por el Graduate Institute of International and Development Studies (IHEID) en Ginebra, Suiza. Investigadora invitada en el Gender and Feminist Theory Research Group y en el CEDAR Center for Elections, Democracy, Accountability and Representation de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido.
Miembro de la Red de Politólogas. X: @tzinr
Negacionismo de género
Negar los estudios de género como un producto de “ideología” es simplemente una manera de blindar el sistema actual ante cualquier crítica, perpetuando un status quo injusto y violento.
Negar los estudios de género como un producto de “ideología” es simplemente una manera de blindar el sistema actual ante cualquier crítica, perpetuando un status quo injusto y violento.
En enero de 2024, el Financial Times publicó un artículo titulado “A new global gender divide is emerging”[1] – “Surgimiento de una nueva división global de género”- que expone un fenómeno inquietante: en países como Alemania, Polonia, Corea del Sur e incluso Estados Unidos, los hombres jóvenes adoptan cada vez posiciones más conservadoras en materia de género – y en temas como justicia social o migración- , mientras las mujeres jóvenes son cada vez más progresistas[2]. Esto devela una reacción a los feminismos, con sectores masculinos que ven en la igualdad de género una amenaza.
Este rechazo se apoya en la estrategia de etiquetar los estudios de género como mera “ideología”. El término “ideología de género” surgido en los años 90 y apuntalado por sectores conservadores, incluyendo el mismo Vaticano y hoy repetido por personajes como Trump, Elon Musk entre muchos otros, busca deslegitimar las investigaciones académicas que abogan por los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+, calificándolas como una “agenda ideológica” que busca imponer “nuevas” normas sociales.
El argumento es claro: si los estudios de género se reducen a una “ideología”, sus diagnósticos sobre la desigualdad y la violencia de género quedan invalidados. Así, por ejemplo, el 23.1% de los hombres jóvenes en España niegan la existencia de la violencia de género, una percepción impulsada por movimientos antigénero que descalifican el conocimiento científico en la materia, según alerta el sociólogo Alexis Lara. En su entrevista con El País, Lara subraya que “el antifeminismo “obvia la existencia del patriarcado y, como todo negacionismo –del cambio climático, terraplanistas, antivacunas, revisionismo histórico–, supone un rechazo de la realidad empíricamente contrastable y demostrable, tanto por las ciencias naturales como las sociales”. [3]Los movimientos antigénero y las afirmaciones sin cuidado que niegan, banalizan o minimizan las desigualdades y dinámicas de género son peligrosas porque, como afirma también Lara, consolidan prejucios y distorsionan los hechos.
Una clave para entender este fenómeno es ahondar en cómo el término “ideología” se ha utilizado para desacreditar disciplinas enteras. Según la Real Academia Española, la ideología es un “conjunto de ideas fundamentales que define a una colectividad o un movimiento”, pero su uso peyorativo pretende poner a los estudios de sobre mujeres y los estudios de género en pie de igualdad con teorías dogmáticas o sin base científica. Esto está lejos de ser un simple debate semántico; implica un rechazo activo a la evidencia.
Llamar erróneamente “ideología” a los estudios de género parte de una estrategia clara: sugerir que sus conclusiones no son rigurosas, profundas y bien fundamentadas, pretender que no están basados en datos o investigaciones serias, sino que se trata de planteamientos ideologizados sin diagnóstico serio. No obstante, estos estudios se fundamentan en análisis rigurosos e investigaciones sólidas sobre cómo las estructuras y creencias sociales perpetúan las desigualdades y el dominio de unos sobre otros. Negar la existencia de estas dinámicas no elimina las desigualdades solo las perpetúa.
A nivel educativo, este fenómeno es igualmente preocupante. La división ideológica de género está cada vez más patente en los salones de clase a los que acude la generación más joven en edad universitaria, la generación Z. Vuelan también acusaciones contra instituciones de “adoctrinamiento ideológico” ignorando que ideología – que no ideologización- sólo significa “estudio de las ideas” y que toda educación está en realidad basada en un sistema de ideas. Tal como plantea el filósofo de la educación Henry Giroux, no existe una educación neutral: toda enseñanza implica un conjunto de valores éticos, sociales y antropológicos. Pero una cosa es educar con una base en la realidad empírica comprobable y el pensamiento crítico, y otra muy distinta es imponer creencias infundadas o negar la evidencia. En el caso del antifeminismo, su intento por etiquetar los estudios de género como ideología encierra una trampa: busca evitar cualquier tipo de análisis que cuestione las estructuras, dinámicas y discursos prevalentes.
El peligro del negacionismo de género – como del negacionsimo terraplanista o antivacunas- radica en su capacidad para consolidar divisiones sociales. Negar los estudios de género como un producto de “ideología” es simplemente una manera de blindar el sistema actual ante cualquier crítica, perpetuando un status quo injusto y violento.
[1] Burn-Murdoch, J. (2024, enero 25). “A new global gender divide is emerging”. Financial Times. https://www.ft.com/content/29fd9b5c-2f35-41bf-9d4c-994db4e12998
[2] Por ejemplo, vemos con estupor cómo en Polonia, en las últimas elecciones, casi la mitad de los hombres jóvenes de entre 18 y 21 años brindaron su apoyo al partido ultraderechista Confederación, mientras que solo alrededor de una sexta parte de las mujeres de la misma edad compartían esa misma inclinación política. Esta disparidad refleja una creciente brecha ideológica entre géneros dentro de la juventud polaca y también da testimonio de reacciones de temor y profunda resistencia ante la posibilidad de perder privilegios tradicionales.
[3] Palau, M. (2024, Marzo 31). Alexis Lara, sociólogo: “Nos tenemos que quitar de la cabeza que existen teorías conspiranoicas inocentes.” El País. https://elpais.com/espana/comunidad-valenciana/2024-03-31/alexis-lara-sociologo-nos-tenemos-que-quitar-de-la-cabeza-que-existen-teorias-conspiranoicas-
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