Consultor en energía con más de 20 años de experiencia en el sector público y privado. Actualmente, Director General de GMEC, especializado en Norteamérica. Co-fundador de #WeTweetEnergy, iniciativa para promover una discusión basada en hechos, sobre el sector energético. #DatoMataRelato.
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Sueños Guajiros: La Soberanía Energética
Si bien es posible que 2022 haya sido un año positivo para Pemex esto no esconde las consecuencias de apostar por la autosuficiencia energética.
Si bien es posible que 2022 haya sido un año positivo para Pemex esto no esconde las consecuencias de apostar por la autosuficiencia energética.
Los magnos proyectos de infraestructura son el sello personalísimo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Durante su paso por la jefatura de la Ciudad de México se hizo un segundo piso en la mayor vialidad de la ciudad, así como la primera línea de Metrobús. Más allá de lo pasajero de la opinión pública, las obras permanecen al paso del tiempo. Por ello, a su llegada a la presidencia en 2018, se emprendieron tres proyectos insignia: el aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya y la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco.
Bajo la visión del presidente López Obrador, que un país petrolero importe combustible es equiparable a la pérdida de la soberanía nacional. Para solventar ese supuesto agravio a la identidad nacional, México debería dejar de importar combustibles. Para ello, la construcción de una nueva refinería no solo daría un nuevo impulso en el sureste del país, sino que corregiría un error histórico de las administraciones anteriores.
Para entender que tan cierto o falsas son las promesas, siempre hay que comprobar las premisas sobre las que se elaboran éstas. Quizá la primera y más repetida es que a Petróleos Mexicanos le ha faltado presupuesto. Como se puede apreciar en la gráfica inferior, ese no ha sido el caso.
Al ver a mayor detalle, la inversión de capital (CAPEX) en Pemex durante el actual sexenio ha sido menor a los sexenios de Felipe Calderón (18.7% menos) y de Enrique Peña Nieto (14.4% menos). A pesar de un gran discurso de rescate a Pemex, la inversión no ha respaldado lo prometido.
Por el lado de la producción petrolera, en 2018, Pemex producía 1.71 millones de barriles diarios (mmbd) de petróleo crudo. Al cierre de 2022, la producción petrolera ha caído a 1.52 mmbd, una disminución de 14.2% con respecto al inicio de la administración actual.
De igual forma, es importante conocer el estado real de las seis refinerías que conforman el Sistema Nacional de Refinación (SNR). En 2018, último año de la administración de Enrique Peña Nieto, Pemex procesó 612 mil barriles diarios de petróleo (kbd), equivalente a una utilización del 38.2%; todo ello para producir 207 kbd de gasolina y 116 kbd de diésel. Más que un descuido, Pemex intencionalmente había dejado de operar en Madero siete de los 12 meses de 2018, ya que cada barril de refinado en dicha refinería salía con pérdidas superiores al doble del precio de venta. Para Pemex, la decisión era sencilla: exportar el crudo y ganar cinco veces su costo de producción o bien, perder dos veces el costo de producción al mandarlo al SNR. La decisión de Pemex probó ser correcta; en 2018, Pemex tuvo ganancias por más de 2,200 millones de dólares.
Para 2022, después de más de tres años de la administración actual, al SNR se le ha invertido más de 1,850 millones de dólares, para alcanzar una capacidad de procesamiento de 814 kbd (una utilización del 50.8%). Estas cifras equivalen a 272 kbd de gasolina y 116 kbd de diésel. En este período de tres años, 2019-2021, Pemex ha perdido más de 64,973 millones de dólares. Si bien es posible que 2022 haya sido un año positivo para Pemex y que reporte ganancias estimadas alrededor de 5,000 millones de dólares, esto no esconde las consecuencias de apostar por la autosuficiencia energética.
Con respecto a Dos Bocas, en 2018 la secretaria Rocío Nahle había prometido que la refinería Olmeca, de 340 kbd de procesamiento, costaría 8,000 millones de dólares con tres años de construcción. Los pronósticos oficiales fueron rebasados, prácticamente, desde el inicio de esta administración. Estimaciones más conservadoras colocan la culminación de la construcción en 2025, con un período de pruebas de entre 18 a 24 meses, haciendo que la entrada en operación comercial sea a fines de 2026, primer trimestre de 2027. Se pronostica que Dos Bocas produzca alrededor de 100 kbd de gasolina y 70 kbd de diesel en su máximo de utilización.
Un evento positivo en este período ha sido la adquisición del 50% remanente de la refinería Deer Park, Texas, por un costo de poco más de 2,200 millones de dólares (600 millones en efectivo, alrededor de 400 millones en inventarios, y casi 1,200 millones en deuda pendiente). Esta refinería, reconfigurada en 1994 para procesar crudo pesado Maya, es una de las más grandes y complejas en Estados Unidos. Si se preguntan por Deer Park, ninguna molécula llega a México, puesto que por problemas de acceso al Houston Ship Channel, la producción de la refinería se entrega a clientes adyacentes mientras que Pemex recibe productos equivalentes en altamar. Específicamente, de Deer Park llegan alrededor de 45 a 50 kbd a nuestro país
Cabe decir que el mercado mexicano de gasolina, en épocas normales (pre-pandemia) es de alrededor de 800 kbd. En 2022, en su punto más alto de la actual administración, Pemex ha producido localmente 272.4 kbd (34% de la demanda), mientras que el resto han sido importaciones. Si incluimos la producción de Dos Bocas (110 kbd), Deer Park (50 kbd), México todavía seguiría importando 350-380 kbd de gasolina, entre 40% a 45% de la demanda nacional.
Como se puede apreciar, la soberanía energética, dejar de importar gasolina es un bonito cuento, un sueño guajiro.