“Hazlo bien… sin mirar con quién”, Lourdes Ruiz
En los últimos 74 años la zona de La Lagunilla y Tepito tienen un espacio que cuenta su historia, quehaceres, quereres, se trata de la Galería José María Velasco, recinto que debe su nombre al paisajista mexicano que, en un lapso de 44 años pintó alrededor de 300 cuadros, un prodigio que quizá nunca imaginó que una galería de barrio tendría su nombre.
Sobre el espacio, fue Fernando Gamboa quien se desempeñaba como director del Departamento de Artes Plásticas del Instituto Nacional de Bellas Artes el que propuso crear el programa de galerías populares, fue así que en 1951 se inauguró en el que fuera un teatro y centro de espectáculos nocturno la entonces Galería José Clemente Orozco en el barrio de Tepito a unos pasos de Reforma y Tlatelolco, 11 años después cambió de nombre a Galería José María Velasco y desde entonces no ha dejado de tejer comunidad con exposiciones, talleres y encuentros que hablan de frente a los vecinos y vecinas.
Uno de los grupos que apuntalo a la Velasco fue Tepito ArteAcá, movimiento impulsado por el escritor Armando Ramírez y el muralista Daniel Manrique, era tal la resonancia que artistas de otras zonas como Felipe Eherenberg llegaron a exponer y participar con los tepiteños.
Por cierto, una de las siete cabronas de Tepito, la defensora de Derechos humanos Mayra Valenzuela me explicaba sobre ser Tepiteño o tepitero, el primero me dijo es originario del barrio, en tanto los tepiteros son las personas que llegan a trabajar.
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Entre todos esos movimientos también figuró la Reina del albur, Lourdes Ruiz, mujer que impartía el diplomado en albures finos e impulso el FINO, Festival Internacional de Narración Oral, sin duda una mujer que supo el poder de la palabra. Otro personaje que dejó huella fue el maestro zapatero Luis Arévalo con sus talleres en el Espacio Cultural Tepito que recibió un reconocimiento por parte de la UNESCO.
En la actualidad son otros los personajes que continúan el legado o están trazando su propia ruta, tal es el caso de Zpadaz, carpintero/escultor que unió el oficio paterno con la pasión de su hermano y crea tenis en madera. No puedo dejar de mencionar a Alan Carranza, fotógrafo oriundo del barrio que lo mismo trabaja en revistas de moda que en gimnasios con boxeadores y presenta su obra en un tianguis.
Todos ellos, ellas y elles ahora coinciden en ese lugar ubicado en la calle de Peralvillo 55, así es me refiero a la Galería José Maria Velasco que recientemente inauguró la exposición “Desde el corazón del barrio. Tepito raíces profundas, voces que resuenan”, una muestra Sui generis que va del mural a la escultura, la fotografía y el arte objeto, sin dejar de lado el taller de organillos y la labor de diversidad de personajes que se desempeñan como guardianes de su terruño.
La sugerencia es que se animen a visitarla, después unos tlacoyos en el puesto de al lado o si van en fin de semana una miches para los días soleados.
Vale toda la pena asomarse a este espacio que recibe y hace por la comunidad para continuar con esa frase memorable de “Tepito existe, porque resiste”