El príncipe Andrés consigue retrasar el desalojo de su polémica mansión
Foto: Jean-Christophe Bott / EFE

Desde que el príncipe Andrés ha estado envuelto en la polémica por su amistad con el empresario Jeffrey Epstein, las cosas no fueron tan bien en su círculo familiar y las cosas empeoraron cuando falleció la reina Isabel II.

Tras la polémica desatada cuando se destapó sus nexos con Epstein, quien estaba en prisión luego de ser acusado de tráfico de personas y explotación sexual; y la acusación de Virginia Giuffre, quien aseguró que el príncipe la agredió sexualmente siendo ella menor de edad, la situación en su familia cambió drásticamente.

Tras la muerte de la reina Isabel II, Carlos III decidió que algunos miembros reales desalojaran propiedades de la corona.

Los primeros en ser desalojados fueron los duques de Sussex. El príncipe Harry y Meghan Markle tuvieron que abandonar Frogmore Cottage, la ‘casita de campo’ que la fallecida monarca les cedió para su uso y disfrute tras su boda en mayo de 2018.

El siguiente en ser desalojado fue el príncipe Andrés, quien habita el Royal Lodge y el cual no ha querido dejar pese a la presión que ha puesto su hermano, el rey Carlos III.

Pero para buena suerte —o no— del hermano del rey inglés, su exesposa Sarah Ferguson tuvo que ser operada tras haber sido detectada con cáncer de mama. Esto cambió el pensamiento del rey, quien ha decidido posponer la mudanza hasta que su excuñada se recupere.

La mansión en la que ha vivido el duque de York se encuentra dentro de los terrenos del castillo de Windsor y por la que el príncipe Andrés había firmado un contrato de arrendamiento por 74 años.

La propiedad, que cuenta con 30 habitaciones, ha sido el hogar del duque de York y su expareja Sarah Ferguson desde 2003, pese a que ambos están separados legalmente desde hace ya varios años.

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