Ya hay un mercado negro de certificados de vacunación para viajar a EU

Ante la imposibilidad de viajar a Estados Unidos por haber recibido una vacuna que no reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS), como son CanSino y Sputnik V, el mercado negro de certificados de vacuna ya empezó en México.

La-Lista verificó cómo se comercializan supuestos certificados QR de vacunación en el mercado negro por un monto de 5 mil pesos. Sin embargo, no hay evidencia, hasta el momento de que al ser escaneado por las autoridades sea o no oficial.

Gabriela Brizuela, de 40 años de edad, es una profesora de Historia que vive en la ciudad de Guadalajara y como parte de la población de docentes en México recibió la vacuna contra Covid-19 de CanSino, en mayo de este año, al igual que otros profesores de escuelas públicas y privadas, personal administrativo y de apoyo. 

Hasta el 11 de noviembre, de acuerdo con la Secretaría de Salud, México ha sumado más de 12 millones 561 dosis de vacunas de CanSino. Brizuela nunca imaginó que aquello que le brindaría una barrera contra el Covid-19, también fuera un impedimento para pasar la Navidad junto a su hijo en Estados Unidos

Tras recibir Cansino, un médico que atiende a Brizuela y a otros profesores del estado les recomendó realizarse una prueba de anticuerpos para conocer si estaban protegidos para el regreso voluntario en junio y julio, y así recibir a los niños en las aulas.

El número de anticuerpos era bajo. La sugerencia del doctor fue buscar refuerzo en otra vacuna, por lo que Brizuela se registró de nuevo, sin problema, en el sistema de salud y recibió la vacuna de AstraZeneca.

Sin embargo, la nueva política de viaje de Estados Unidos pide un certificado de vacunación que demuestre contar con esquema completo de vacunación contra Covid-19 con alguna de las dosis aceptadas por la OMS y la Agencia de Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), al obtenerlo se percató que aparecía con CanSino y no AstraZeneca.

Pidió cambios en su certificado de vacunación para tenerlo con el segundo biológico que se aplicó. Primero lo solicitó en línea en la liga de aclaraciones, pero no obtuvo respuesta. Brizuela acudió, hace poco más de dos semanas, al módulo de servicio de atención a dudas y aclaraciones del Auditorio Benito Juárez, en Zapopan, Jalisco.

Personal de Bienestar que atiende en dicha sede la regañó a ella y a tres compañeras más que están en la misma situación por haberse colocado otra dosis que pudo haber recibido otra persona. Por lo que negó la autorización del cambio.

“Un hombre de forma prepotente, grosera, nos empezó a regañar a mí y a mis compañeras, y que no iba haber ningún cambio para docentes”, dice.

La maestra comenzó a buscar opciones y tras publicar su situación en un grupo de Facebook recibió tres mensajes de personas que no conocía ofreciéndole el cambio en el certificado con un costo de 5 mil pesos. “Mientras este gobierno que se jacta de estar en lucha contra la corrupción, te empuja a corromperte”, dice.

‘Estar de rehén en mi propio país’

Brizuela quería viajar a Michigan, Estados Unidos, junto con su esposo, vacunado con Pfizer, y sus dos hijos menores de edad. Planeaban llegar el 17 de diciembre, pasar Navidad y regresar a México.

La negativa del cambio de dosis en el certificado de vacunación, según la explicación que le dio el hombre del Auditorio Benito Juárez, es que es una orden del gobierno federal, pues ellos, como docentes, debían de haberse quedado solo con esa vacuna y no tenían permiso de ponerse otra dosis. 

La-Lista buscó a la Secretaría de Salud para saber su postura, así como a la Secretaría de Bienestar, encargada de la emisión de los certificados y del Operativo Correcaminos, programa para coordinar la vacunación contra Covid-19, pero hasta el cierre de esta publicación no se obtuvo respuesta.

“Ahora que quiero cambiar mi registro por temas personales no se permite porque el gobierno y las secretarías me dicen que no pueden hacer algo. Que mi registro se va a quedar con CanSino y que le haga como quiera, con tono grosero, prepotente y burlándose de mí y de mis tres compañeras”.

Después de la visita al Auditorio Benito Juárez, hace poco más de dos semanas, Brizuela se enteró que nueve maestras más en la misma situación que ella y que recibieron la misma respuesta.

Después de haber recibido la propuesta de hacer el cambio en el mercado negro, ella prefirió acudir con un abogado para ver si a través de un amparo podría hacer la modificación. Hasta el cierre de esta edición, su abogado no ha encontrado la manera de hacer la modificación por esta vía.

“Me parece injusta la postura del gobierno, que tenga que estar de rehén en mi propio país. Necesito ver de qué manera arreglo esto para poder ir a visitar a mi hijo en Navidad y, si no, mi familia tendrá que irse y yo me quedo aquí, algo que me da mucha tristeza, pero deseo que sea así a que mi hijo pase solo esa fecha”, explica. 

Hasta el momento sus esperanzas están puestas en que el amparo funcione o que la OMS dé luz verde a CanSino, que el pasado 19 de octubre en un comunicado informó que desde junio había entregado la información necesaria a la organización y que solo está a la espera del dictamen final, pues hasta el momento no ha recibido observaciones, solicitudes de correcciones o peticiones para ampliar la información.

No todos quieren ir a Estados Unidos 

Como Brizuela hay varios casos en Guadalajara y en el país. Pero no todos quieren viajar a Estados Unidos, como es el caso de Sonia, que prefirió mantener el anonimato, una maestra de kínder de 31 años de edad, que tuvo que dar clases presenciales desde agosto de 2020, pues muchos niños de la escuela particular en la que trabajaba se salieron y varios padres de familia pedían que regresaran por el servicio que estaban pagando.

“Fue ponerme entre la espada y la pared entre mi trabajo y poner en riesgo la salud de mis tres hijas, mi esposo y la mía”, dice.

Para mayo de 2021, la supervisora de la zona pidió a la escuela las identificaciones de las maestras para registrarlas y les aplicaran la vacuna. “La directora nos dijo que quien se la quisiera poner, se la ponía, pero que los papás pedían el comprobante de que todas las maestras estuvieran vacunadas. No había otra opción. Solo era: ve y ponte CanSino”, recuerda. 

Sonia fue vacunada, de manera casi obligatoria, el 30 de abril con la unidosis de CanSino. Sin embargo, cuando se abrió el registro para su grupo de edad, decidió registrarse de nuevo para poder vacunarse con la dosis de AstraZeneca, “porque era el momento en el que decían que CanSino no servía y que la OMS no la aprobaba”, cuenta. 

Después de dos intentos logró registrarse y se puso las dos dosis, la primera el 2 de agosto y la segunda el 15 de octubre, algo que considera una fortuna porque otras compañeras les negaron la segunda inyección. Pero la fortuna terminó pronto.

Se cambió de escuela y como requisito le pedían el certificado de vacunación, fue ahí donde se percató que aparecía con CanSino y no con AstraZeneca. Preguntó entre sus colegas si alguien estaba en la misma situación, publicó en grupos de Facebook, al igual que Brizuela. Se enteró que a una conocida que fue a las oficinas de Bienestar le retiraron los comprobantes de vacunación de AstraZeneca y por miedo decidió no presentarse. 

“A nosotros nunca se nos dio una opción de con qué vacuna nos queríamos proteger. Ahora se nos está quitando un derecho, ¿qué más da cambiarla si ya tengo las dos dosis?”, cuestiona.

La hermana de Sonia, por ejemplo, se vacunó con Pfizer junto con el personal médico, ahora su registro aparece incompleto, pese a tener los comprobantes de ambas dosis. Ella también acudió a las oficinas de Bienestar y hasta ahora nadie le ha dado una solución.

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