Este 8 de noviembre entran en vigor las nuevas restricciones para viajar a Estados Unidos, luego de que anunció la apertura de sus fronteras y recibirá vuelos de todos los países a casi dos años del brote de la pandemia por Covid-19. Y aunque la noticia ilusiona a muchas personas, las nuevas reglas de viaje pueden cancelar los planes de vacaciones que tenían muchos otros.

Las nuevas políticas de viaje anunciadas por la Casa Blanca en octubre pasado indican que las personas extranjeras que viajen a este país deben aportar una prueba de que cuentan con un esquema completo de vacunación contra Covid-19.

¿Qué significa esto? Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aceptan las vacunas aprobadas por Agencia de Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Estas son: Pfizer-BioNTech, Janssen (Johnson & Johnson), y Moderna. Y también las que ya cuentan con la aprobación emergente por parte de la Organización Mundial de la Salud, que además de las anteriores, incluyen: Covaxin (Bharat Biotech), Covishield (Oxford-AstraZeneca), Sinopharm y Sinovac.

Los criterios del gobierno de Estados Unidos acerca de la validez de las vacunas, excluye, a las personas que recibieron la vacuna diseñada por China, la CanSino, así como al promovida por el gobierno ruso, la Sputnik V. Esto deja fuera de posibilidades de viajar en el futuro inmediato prácticamente a todo el magisterio en México, quienes fueron de los primeros grupos de la población en recibir la vacuna, después de las primeras dosis aplicadas a los adultos mayores.

Alrededor de 13 millones de personas en México fueron vacunadas con las fórmulas CanSino y Sputnik V; 9 millones con la primera -entre ellos maestros y personal de escuelas públicas-, y 4 millones con la segunda. La-Lista consultó a algunos de ellos para conocer su situación ante las nuevas medidas y no recibieron la noticia con muchos ánimos:

Pero, ¿qué han hecho algunos ciudadanos mexicanos inmunizados con estas dosis para poder realizar el viaje que tenían planeado? ¿Cuáles han sido las alternativas? ¿Qué piensan al respecto? 

“No quiero arriesgar a mi hija”

Juan Larrosa es papá de una niña de seis años de edad que ya acude a clases presenciales en Zapopan, Jalisco. Él esperababa el anuncio de la vacunación a menores en Estados Unidos para viajar con su familia y que su pequeña pudiera vacunarse contra Covid-19.

El pasado 26 de octubre un panel médico de asesores del gobierno de EU respaldó el uso de la vacuna contra Covid-19 de Pfizer en niños de 5 a 11 años, y el 2 de noviembre inició la vacunación para este grupo de edad.

Larrosa ve aún lejana la posibilidad de que vacunen en México a los menores como su hija, esto después de que el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dijera que por cada amparo que se promueve para vacunar a un niño, se quita la posibilidad de inmunizar a un adulto de riesgo. 

Sin embargo, cumplir este sueño podría ser más complicado de lo que pensaba. Larrosa, de 42 años de edad, es profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) y en la primera semana de mayo de este año recibió la vacuna CanSino, al igual que su esposa, quien también es maestra.

Las nuevas restricciones de viaje a Estados Unidos indican que en caso de que viaje un menor de 2 o más años, debe contar una con una prueba viral de Covid-19 negativa. Y el adulto que lo acompañe, deberá tener el esquema de vacunación completo, lo cual deja fuera a Larrosa y su esposa.

“Estoy en una situación complicada porque no sé qué hacer. No tenemos mucho dinero para jugárnosla. Me parece lamentable y desafortunado que CanSino se esté tardando tanto en completar la fase III (de los protocolos para que sea validada por la OMS) y que el factor geopolítico es un componente que pone trabas”, dice. 

Larrosa y su familia pensaban hacer el viaje en un fin de semana o en vacaciones de diciembre, que no solo contemplaba la vacuna de su hija, sino también aprovechar la ocasión para que él y su esposa se aplicaran la unidosis de Jhonson & Jhonson. 

Aunque hasta el momento, Larrosa no había comprado boleto ni había hecho reservaciones en algún hotel, ahora, lo único que le resta es esperar la aprobación de CanSino, “pero es algo bastante incierto”, sentencia. 

En América Latina, países como Ecuador, República Dominicana, Colombia, Chile y Cuba han anunciado la vacunación a menores, mientras que México solo para aquellos que tengan comorbilidades en un rango de 12 a 17 años, que aplica solo en la capital y Baja California. 

“En el caso de México espero que en términos diplomáticos se logre un acuerdo, pero también lo ideal sería que mi hija pueda tener la vacuna aquí”, señala. Aunque reconoce que no le gustaría esperar más, “no quisiera arriesgar a mi hija. No me sobra el dinero, pero si puedo viajar, lo haré”.

“La geopolítica se metió en la salud”

Florencia González, de 29 años, se iba a vacunar con AstraZeneca en agosto de este año en la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, lo que le permitiría pasar la Navidad en Houston con su familia. Pero a su vida llegó primero el contagio de Covid-19 y tuvo que esperar hasta que venciera la enfermedad. 

Esperó un tiempo y pasó a formar parte de las personas consideradas rezagadas. Cuanto tuvo la oportunidad de vacunarse en México, recibió la fórmula Sputnik V. Pero en cuanto se enteró de las nuevas restricciones para viajar a Estados Unidos, tomó la decisión de viajar antes de que entraran en vigor.

“Como no hay mucha claridad en la información, decidí no arriesgarme y me fui a vacunar a EU antes del 8 de noviembre”, dice.

González no tenía previsto gastar en un viaje para vacunarse, pero eligió visitar la ciudad de Los Ángeles, donde sólo pasó dos noches y logró vacunarse con la fórmula de Jhonson & Jhonson. Tan solo el vuelo gastó 10 mil pesos.

“Yo creo que el problema fue que la geopolítica se metió en la salud. Siento que en algún momento van a terminar permitiendo porque no pueden dejar a tanta gente fuera. Yo creo que la mejor vacuna es la que te toca y no debería de haber discriminación sobre una vacuna”, señala.

“Va a arder Troya”

Laura, quien prefirió mantener el anonimato, es una académica de 42 años de edad que trabaja en la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Hace cuatro años regresó a México de forma intermitente porque su madre enfrentaba un cáncer avanzado. Antes de la pandemia, su plan era acompañar a su madre el mayor tiempo posible antes de volver de forma permanentemente a Nueva York.

Sin embargo, la pandemia la retuvo en México junto con su esposo y sus dos hijos.

“Por el miedo de contagio y de viajar a Estados Unidos, decidí vacunarme aquí y no allá”, dice. Como todo el personal docente de educación pública en México, recibió la vacuna CanSino.

Aunque Laura cuenta con visa de trabajo, las medidas anunciadas por EU también la dejan fuera. “Leí que si vas por motivos de trabajo podrás entrar siempre y cuando provengas de un país que no tenga acceso a vacunas Covid-19”, señala.

La nueva medida ponía en vilo sus planes de viaje a Austin para el 3 de diciembre. Y peor aún, también estaba en riesgo conservar su trabajo en Nueva York.

No tuvo que esperar a que fuera 8 de noviembre, Laura decidió de último momento viajar con su esposo el 7 de noviembre a Los Ángeles. Ella se vacunó con la fórmula de Jhonson & Jhonson, mientras que su esposo se aplicó una segunda dosis de Moderna.

“Consulté a un infectólogo para conocer si existían riesgos médicos y no hay riesgo importante en la combinación”, explica.

Sin embargo, este viaje sale de su presupuesto, pues entre el vuelo, hospedaje y comida, gastó unos 30 mil pesos. “Nos esperamos para ver si era necesario hacer este viaje y dijimos: Ya no hay tiempo. ¡Vámonos!”.

Para Laura, las medidas anunciadas son insensatas, pues no se las piden a los mismos americanos.

“En términos de salud pública está bien que pidan la vacuna, pero debe ser parejo porque si no va a arder Troya al no aceptar ciertas vacunas, debe haber una intervención diplomática y Estados Unidos podría flexibilizar su postura”, dice.  

Para el viaje que tiene programado hacer en diciembre planea llevar su hija de 11 años de edad para que reciba la vacuna de Pfizer.

Como los casos anteriores, hay muchos mexicanos en la misma situación. En algunos grupos temáticos de Facebook los miembros han expresado su preocupación porque recibieron una dosis de CanSino o Sputnik V y después decidieron vacunarse con la fórmula de Astra Zeneca, pero el certificado de vacunación que recibieron se emitió con el nombre de la primera fórmula.

La situación se complica más al presentarse en las oficinas de Bienestar, pues han recibido negativas para el cambio. En algunos casos hasta les retiraron los comprobantes de vacunación o les negaron la segunda dosis. 

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