¿Qué come una nutrióloga en un día?
Priya Tew en su cocina. Foto: Millie Pilkington/The Guardian

7:00 de la mañana: levantarse, desayunar

Después de decirle a los niños que se arreglen, comienzo mi mañana con un té verde. El desayuno se sirve alrededor de las 8 de la mañana y suele ser un tazón de atole con leche, plátano cortado, canela, mantequilla de cacahuate y una pizca de semillas de calabaza. Soy intolerante al trigo, por lo que la avena ayuda a equilibrar mis niveles de azúcar en la sangre, lo que significa que no tengo hambre durante períodos más largos de tiempo, y también contiene una beneficiosa fibra soluble, lo cual es excelente para nuestro sistema digestivo. Siempre intento encontrar formas de añadir más vegetales a mi dieta, por eso añado las semillas, y el hecho de comer plátano me aporta un prebiótico que, de nuevo, es bueno para mi intestino.

Los estudios demuestran que el desayuno es fundamental para los niños; contribuye a su función cognitiva. Con mis hijos siempre hemos tenido la regla de que deben comer un cereal integral (Weetabix, avena, Shredded Wheat), y después pueden añadir algunos complementos: un poco de cereal dulce como Rice Krispies, y fruta como bayas o plátano.

8:30 de la mañana: a la escuela, después al trabajo

Alas 8:30 de la mañana salgo hacia la escuela y a las 9:00 de la mañana ya estoy en el trabajo, ya sea dando consultas o enseñando pilates. Generalmente, como un tentempié matutino, algo rápido como una barrita de proteína con frutos secos y semillas, que me sacia más que un par de galletas. No me gusta tomar más de tres tazas de té con cafeína al día, ya que afecta a mi suelo pélvico y puede alterar el intestino de algunas personas. Si quiero más, lo cambiaré por algo a base de hierbas.

12:00 – 1:00 de la tarde: almuerzo

Últimamente, esto consiste en sopa casera con tortitas de avena o pan sin trigo. Frío al aire o aso calabaza, añado zanahorias, tomates, caldo de pollo casero, especias (comino, cilantro, cúrcuma), jengibre y ajo, y después lo mezclo todo. En caso contrario, el almuerzo puede ser pan de centeno con aguacate, tomates cherry picados y un poco de queso, o verduras asadas con un cereal.

Intento incluir un par de raciones de fruta y verdura, por lo que es perfecto tener verduras asadas de antemano o una sopa que pueda calentar. Algunos estudios sugieren que deberíamos consumir 30 tipos diferentes de vegetales a la semana, pero esto puede incluir frutos secos, semillas y algunos cereales. Yo alentaría a las personas a consumir siete (raciones de) verduras al día. Y la constancia es la clave; al intestino le gusta que tengamos esa rutina, en términos de verduras, fibra, líquidos y, por supuesto, movimiento.

Tarde: chocolate negro, de vuelta al trabajo, y después a recoger a los niños

Después del almuerzo, suelo comer unos cuadraditos de chocolate negro, que me dan ese pequeño subidón dulce y ese momento de satisfacción. Después, normalmente entro y salgo de la clínica, hago trabajo administrativo o, posiblemente, una sesión individual de pilates. Suelo sentir hambre a la hora de ir a la escuela, por lo que tomo una pieza de fruta cuando me voy.

5:30 de la tarde: cena, pilates y budín

Comemos todos juntos aproximadamente a las 5:30 de la tarde. Uno de nuestros platillos preferidos es el spaghetti a la boloñesa con carne picada vegana –se le pueden añadir muchas verduras– o un salteado con mitad de pollo y mitad de tofu o alubias rojas. Nuevamente, es beneficioso comer una variedad de vegetales durante la semana, por lo que procuro que cada persona tenga dos raciones en su plato. Con frecuencia también hacemos pizzas caseras, en las que yo preparo la salsa y la masa, utilizando pan integral o harina de trigo sarraceno para obtener más fibra.

Doy clases de pilates casi todas las tardes, y salgo de clase siendo una persona un poco más agradable. Creo que los ejercicios de pilates pueden ayudar a la digestión; se sabe que la respiración que se utiliza es beneficiosa para liberar tensiones que podemos estar reteniendo en todas las partes del cuerpo.

Regreso del estudio aproximadamente a las 8:30 de la noche y, una vez que los niños están en la cama, como fruta con yogur griego de mango, porque contiene calcio y bacterias beneficiosas, lo cual es bueno para mi salud intestinal. Le añado almendras, porque son otro alimento natural, pero también porque me aportan proteínas y fibra, y eso me ayudará a aguantar toda la noche.

10:00 de la noche: a la cama

Soy una persona que no duerme especialmente bien, y si como demasiado tarde o una comida demasiado pesada, eso tiene repercusiones porque el cuerpo todavía está digiriendo activamente. Procuro no comer después de las 9:30 de la noche y siempre tengo un vaso de agua al lado de la cama. Bebo más de dos litros de agua; el hecho de mantenerse hidratado ayuda a la salud digestiva, ya que garantiza que todo circule por el sistema y forme las heces. Queremos asegurarnos de que ingerimos fibra, pero también líquidos.

Priya Tew es nutrióloga, profesora de pilates y autora del libro The Complete Low FODMAP Diet Plan.
Como se contó a Anna Berrill.

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