La votación para la presidencia del Congreso español aumenta las esperanzas de Sánchez como primer ministro
Pedro Sánchez (abajo a la izquierda) felicita a Francina Armengol (centro) luego de ser elegida nueva presidenta del Congreso. Fotografía: Javier Soriano/AFP/Getty Images

Las esperanzas de Pedro Sánchez de asegurar otro mandato como primer ministro de España han recibido un impulso después de que su Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo el apoyo de los nacionalistas catalanes para ayudarlo a ganar la primera votación parlamentaria clave desde las elecciones generales no concluyentes del mes pasado.

Aunque fue derrotado por un estrecho margen por el conservador Partido Popular (PP) en las elecciones, que resultó en un parlamento sin mayoría absoluta, el PSOE lo hizo mucho mejor de lo esperado y tiene ventaja sobre sus oponentes a la hora de forjar alianzas para crear un gobierno de coalición.

El jueves por la mañana los parlamentarios se reunieron por primera vez desde las elecciones del 23 de julio para elegir un nuevo presidente del Congreso. Francina Armengol, la expresidenta regional de las islas Baleares que se presentó como candidata del PSOE para el cargo, fue elegida por mayoría absoluta, ganando 178 votos en la cámara de 350 escaños. La candidata del PP a la presidencia de la Cámara, Cuca Gamarra, obtuvo 139 votos después de que los posibles aliados de los conservadores en el partido de extrema derecha Vox se negaran a respaldarla. Las relaciones entre los dos partidos, que se esperaba que intentaran formar un gobierno de coalición, se han enturbiado desde que ambos no cumplieron con las expectativas el mes pasado.

Además de atraer el apoyo de los socios de coalición del PSOE en la alianza de extrema izquierda Sumar, Armengol ganó el respaldo de los partidos nacionalistas vascos y catalanes más pequeños, incluidos los dos principales partidos independentistas catalanes, la Esquerra Republicana Catalana (ERC) y el Partido Junts de centroderecha dura.

Junts, que está dirigido por Carles Puigdemont, el expresidente catalán que huyó de España para evitar ser arrestado después de orquestar la fallida y unilateral apuesta por la independencia hace seis años, respaldó a Armengol a pesar de que el PSOE había dejado claro que no accedería a las demandas del partido para un referéndum sobre el tema.

La elección de Armengol, originaria de una región donde se habla catalán, fue vista como un intento para atraer a los políticos catalanes, al igual que el anuncio de Sánchez el miércoles de que buscaría promover el uso de las lenguas catalana, vasca y gallega durante la actual presidencia de España de la UE.

La victoria del PSOE el jueves fortalece su posición mientras lleva a cabo negociaciones con partidos más pequeños para obtener su apoyo en un nuevo gobierno de Sánchez.

Pero si bien la votación para elegir al presidente muestra que la aritmética parlamentaria está del lado del PSOE, el asunto está lejos de estar resuelto y aún podría haber una repetición de las elecciones a finales de año. En declaraciones previas a la votación, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha subrayado que el apoyo de su partido al PSOE en esta ocasión “no tiene nada que ver” con cómo podrá votar cuando Sánchez se someta a un voto de investidura.

El respaldo de los nacionalistas catalanes y vascos también podría costarle caro al PSOE. En el período previo a las elecciones locales y regionales de mayo, los opositores de Sánchez lo atacaron repetidamente por su excesiva dependencia al ERC y Bildu, un partido independentista con vínculos con el extinto grupo terrorista vasco ETA. Bildu provocó una indignación generalizada en las encuestas de mayo después de que se supo que partido proponía presentar como candidatos a 44 miembros de ETA condenados, incluidas siete personas declaradas culpables de delitos violentos.

Traducción: Ligia M. Oliver

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