Informe revela abuso sexual a niños en escuelas de siete estados
El próximo puente es por la conmemoración de la Revolución Mexicana. Foto: Pixabay.

En al menos 18 escuelas públicas y privadas ubicadas en siete estados de la República mexicana se repiten patrones de violencia extrema y sexual ejercida por parte de maestros, directivos, personal administrativo y de intendencia en contra de niñas y niños en edad preescolar.

El informe Es un secreto. La explotación sexual infantil en escuelas, elaborado por la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, A.C. (ODI), documentó que las víctimas (niños y niñas de entre 3 y 7 años de edad) son agredidos al interior o sacados de los institutos educativos para cometer diversos actos de abuso sexual en su contra.

“La magnitud de estos actos reportan que las víctimas también fueron atadas, amagadas y penetradas de diversas formas denigrantes y humillantes que incluyeron el uso de papel sucio con excremento. Las víctimas describen, además, que fueron sacados de la escuela, sedados y posteriormente, amenazados con la exigencia de que guardaran silencio“, denuncia el comunicado del informe.

Las entidades donde se han documentado y litigado estos casos son la Ciudad de MéxicoJalisco, Estado de MéxicoBaja CaliforniaMorelos, San Luis Potosí y Oaxaca. Aunque el informe hace referencia a 18 escuelas específicas, aclara que resulta imposible estimar cuántos casos similares pueden existir en nuestro país y a nivel internacional.

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Los casos

El primer caso de este tipo llegó a la ODI en 2008. Una madre comenzó a notar cambios de comportamiento preocupantes en su hija. La menor de 5 años, después de recibir acompañamiento emocional durante meses, develó el abuso que vivió en una escuela preescolar ubicada en la Ciudad de México, denominada como “escuela A”.

La niña dijo que fue sacada de la escuela en un coche y trasladada junto con otros compañeros a una casa en la que había adultos extraños. “Describe eventos de sedación y en una ocasión por lo menos refiere la presencia de bebés como víctimas del abuso en el lugar al que es llevada“. Los padres creyeron que se trataba de delitos de pornografía infantil y decidieron presentar una denuncia. Sin embargo, la familia decidió desistirse de toda acción después de que el agente a cargo de la investigación informó a la directora de la escuela sobre la denuncia y los delitos.

Otro de los casos es el de la escuela Andrés Oscoy, representado por la ODI en 2011, en donde 30 menores de entre 3 y 5 años fueron víctimas de abuso sexual, particularmente en el baño.

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Una niña refiere que la lastimaban cuando se quedaba dormida y otra niña dice ser sacada de la escuela y llevada a otro lugar en donde era violentada“, expone el documento. Cinco años después de los hechos, seis agresores fueron condenados a penas por el abuso sexual. El encargado de intendencia fue condenado a 467 años prisión, la directora de la escuela fue condenada a 88 años de prisión, la auxiliar de dirección a 81 años de prisión, la asistente de servicio y mantenimiento a 36 años de prisión, y dos personas de servicio social fueron condenadas a 68 años de prisión cada una.

En el 2012, la ODI tuvo conocimiento de un caso similar en el preescolar público Laura Elena Arce Cavazos, ubicado en el Estado de México. En este caso, las víctimas denunciaron a 6 adultos que abusaban de múltiples niños y niñas de manera conjunta. “De las diez declaraciones conocidas por la ODI 2 niños refieren ser penetrados con jeringas con agua y 3 niños muestran cortadas en sus piernas que dicen fueron infligidas por algún maestro con un cuchillo durante la agresión. 3 de los 10 declarantes describen que les tomaban fotografías o video”.

Tras la resistencia de las autoridades para reconocer los derechos de participación de las víctimas, todas las víctimas salvo una desistieron de participar en el caso. En el 2015 se logró obtener una sentencia condenatoria en contra de uno de los seis adultos nombrados como agresor.

Los patrones de abuso

Según el informe, del total de las víctimas 37 refirieron tocamientos por parte del adulto o haber sido obligados a tocarse entre ellos, 11 describieron actos que constituyen violación equiparada, 8 reportaron agresiones físicas, otros tres que fueron obligados a observar sexo entre adultos, 17 describieron a un maestro exhibiéndose ante el salón entero, cuatro más que fueron amarrados, dos mencionaron haber sido amordazados con cinta, siete más haber sufrido abuso frente a un grupo de niños y niñas.

Tres denunciaron que fueron penetrados con basura, cuatro describen el uso de orina, heces o vómito durante las agresiones, tres detallaron que les picaban las manos o los pies, tres más describieron a sus compañeros pidiéndoles ayuda, cinco describieron golpes, dos relataron presencia de público o personas que observaban el abuso y cuatro la prencia de cámaras o ser filmados.

Asimismo, el informe expuso que de las escuelas analizadas en 13 se agredió a víctimas en grupo, en 16 se reportaron múltiples adultos presentes durante el abuso, en 17 se denuncian actos de encumbrimiento y en 10 hay adultos que facilitaron las agresiones entregando a los niños y niñas con quien les lastima o permitiendo su ingreso a la escuela o al salón.

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En seis de las escuelas, las víctimas refirieron presenciar actos sexuales entre los adultos que participaron en la agresión. En siete los niños son obligados a realizarse tocamientos entre sí. En 16 instituciones se denunciaron prácticas ritualistas y grotescas y en 4 se narra el uso de disfraces durante el abuso.

Respuesta ineficiente

Durante los últimos 13 años, la ODI ha desarrollado diversas estrategias para impulsar una investigación de los casos denunciados. “Las estrategias han ido aprovechando los importantes espacios de participación procedimental que han adquirido las víctimas en la legislación penal mexicana. Sin embargo, los esfuerzos no han sido exitosos”.

El comunicado explica que la FGR ha tenido conocimiento de estos casos desde hace años. No obstante, acusan que cada uno se investiga de manera aislada como simples casos de abuso sexual que coinciden en una escuela.

De manera similar, según la ODI, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha estado al tanto de los casos. Sin embargo, el organismo no ha informado ante la policía o la fiscalía cada vez que recibe una denuncia de este tipo y en su lugar, “la SEP se investiga a sí misma, por lo que ante este procedimiento institucional es imposible distinguir la incompetencia del encubrimiento“.

Al respecto, los co-denunciantes (Karina Ansolabehre, Manuel Gil Antón, Maite Azuela, Lydia Cacho, Denise Dresser, José Guevara, Lorenzo Meyer, Juan Martín Pérez y Luis Daniel Vázquez junto con la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C), hicieron cuatro peticiones a la justicia de la República mexicana:

  1. Que se investigue debidamente y que se reconozca a los denunciantes como víctimas con derechos para participar en la investigación.
  2. Que se garanticen métodos especializados para escuchar las testimoniales de niños y niñas.
  3. Que se modifiquen los procedimientos administrativos de la SEP y se avise a la policía de manera obligada ante cualquier denuncia de abuso sexual.
  4. Que se garanticen escuelas transparentes, sin casas privadas dentro de la escuela, cuartos obscuros o salones ocultos.

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La ODI explicó que la mejor forma de lograr que un niño o niña cuente si le ha pasado algo, es darles mensajes de protección. Para ello, compartieron cuatro ideas claves para transmitir a los menores:

• Si te pasó algo que no te gusta y me cuentas, yo te voy a creer.
• Si te pasó algo que no te gusta y me cuentas, yo te puedo proteger.
• Cuando pasan cosas que lastiman entre un adulto y un niño/a, nunca es culpa del niño/a.
• Hay personas que cuentan mentiras a los niños/as para asustarles, pero lo que les dicen no es verdad.

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