Guerrero y la arrogancia del centro

En las últimas semanas, hemos visto cómo los videos del road trip de Ricardo Anaya han sido fuente inagotable de chistes y memes, por la pretensión de recorrer el país desde la comodidad del privilegio. Sin embargo, y por más risible e inauténtico que pueda parecer el ex candidato a la presidencia, es el espejo de muchos políticos y usuarios de redes sociales, quienes se reducen a opinar de los problemas de los estados a partir de una perspectiva nacional, sin conocer los contextos o preocuparse por elaborar plataformas electorales creíbles a partir de cuanto denuncian.

El caso más reciente fue el escándalo en torno a la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero. Comparto la indignación por la ligereza que tanto Morena como el presidente tomaron las graves acusaciones y estoy convencido que debería haber controles para que personajes con esos antecedentes no puedan aspirar a cargos públicos.

Sin embargo, sería un despropósito reducir la elección de Guerrero a este tema, sin conocer las agendas locales o la forma que se identifican los guerrerenses, o no, con el senador con licencia o los demás candidatos. Tampoco los partidos serán creíbles en sus denuncias por violencia de género, si no incorporan esta agenda a sus plataformas electorales y protocolos partidistas.

Dicho lo anterior, veamos qué están comunicando los candidatos al gobierno de Guerrero.

Félix Salgado Macedonio (Morena)

No importa cuán bien o mal nos pueda caer: el candidato a gobernador tiene décadas en la escena política nacional. Incluso formó parte del Frente Democrático Nacional, meses antes que el propio López Obrador saliera del PRI. Fue diputado en 1988 y 2000, dos veces senador y presidente municipal de Acapulco. Podremos recordar sus escándalos o fotografías en motocicleta, pero además protagonizó una película que presentó como autobiográfica (Guerrero, 2001) y ha grabado numerosos discos, con temas como la Cumbia del Peje.

Veamos el trailer de su película, pues es una muestra clara de la imagen que él ha proyectado de sí mismo por décadas, y que al parecer ha permeado entre sus bases de votantes:

En su primer spot para esta campaña, presenta una toma de su primera campaña para diputado, en 1988. Gústenos o no, se posiciona una narrativa sólida de lucha, donde la conclusión lógica, para sus votantes, deberá ser la conquista de la gubernatura, en su tercer intento.

Mario Moreno Arcos (PRI)

El candidato tricolor ha sido diputado local, dos veces diputado federal y también edil de Chilpancingo en dos ocasiones, la última vez durante el trienio 2015-2018. Su primer spot representa una oportunidad perdida para posicionarse: hay demasiadas voces que hablan, cada una de distintos temas. No se tiene claro si se trata de promover su carrera, un discurso motivacional o de presentar malos chistes priístas, como el “político matemático”. Sumen a eso el dudoso carisma de alguien que se dice ser experto en construir estructuras electorales.

Irma Lilia Garzón Bernal (PAN)

La candidata por el PAN no ha ocupado cargos de elección popular previos, y proviene de la administración municipal de Chilpancingo. Como en el caso del candidato del PRI, el siguiente spot es una decepción:

Hay que reconocer que se arranca con fuerza: el poner a hombres hablando sobre la violencia de género como si fueran mujeres hace que se ponga atención al problema. Sin embargo, todo ímpetu se pierde cuando, en lugar de enarbolar una causa de lleno, o presentar una agenda propositiva, se procede a atacar a Salgado Macedonio. Por si fuera poco, el PAN se apropia de una consigna que no es suya, sino de la lucha feminista.

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¿Alguien podría decirles a sus asesores que se trata de posicionar un mensaje propio, en lugar de reforzar la campaña del candidato de Morena? Recuerden: todo lo que resiste, apoya.

Ruth Zavaleta Salgado (MC)

La candidata de Movimiento Ciudadano tiene una carrera política sólida: diputada local por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, jefa delegacional por Venustiano Carranza, y dos veces diputada federal. También tiene mucho qué hablar sobre violencia política de género: en 2008, como presidenta de la Cámara de Diputados, actuó de manera institucional tras la toma de tribuna del PRD, PT y el partido que la postula, a raíz de la reforma energética de Felipe Calderón. Ese acto le valió la defenestración del su grupo parlamentario, tras un comentario misógino de López Obrador.

Sin embargo, gastó su primer spot al ofrecer una cháchara improvisada, en lugar de posicionar un mensaje contundente: habla de muchas cosas, pero sin comunicar algo en particular. Hasta se nota que simplemente habla de lo que le viene a la mente.

Pero bueno, no todo estará perdido: si siguen como van los candidatos de la casi con total certeza, futura oposición, podrían relanzar sus carreras invitando a Anaya a un crossover…