La vía corta
Corto Circuito

Víctor es doctor en ciencias, es un liberal apasionado del sector energético y de la lucha contra el cambio climático, es vocero de la Plataforma México Clima y Energía y socio de la consultoría especializada Perceptia21 Energía. Twitter: @vicfc7

La vía corta
Foto: Ken Toshima/Pixabay

La historia de un parque de generación de energía eléctrica a gran escala de cualquier tecnología es un asunto complicado. Digo a gran escala pues hay proyectos, los de menos de 500 kilowatt, que no requieren permisos y que son mucho menos complejos administrativamente.

Pero bueno, lo primero que hay que evaluar es la disponibilidad del recurso con que se va a generar electricidad, y que ese recurso esté presente sin que obtenerlo signifique un gasto mayor para el proyecto.

Tienes que investigar, por ejemplo, la oferta de energía en la zona. Si hay mucha energía disponible y de bajo costo, tienes que tener precios bajos, al menos por debajo del generador más caro de la zona, para garantizar que tu energía se reciba en la red.

Puedes ir a China, Taiwan, Europa, a ver las turbinas generadoras más modernas, revisar costo-beneficio de adquirirlas para tener costos más bajos y ser competitivo.

Si tienes un sistema de generación muy eficiente y con costos de generación bajos, es probable que logres que esa energía se reciba por la red o por un cliente. El cliente potencial pudiera cambiar de proveedor y tener uno más económico. Si esto no ocurrese tendría que dar por perdido el proyecto, al no garantizar que la energía que genera se reciba.

Después hay que pensar que los costos de operación del proyecto también hagan atractivo el costo de esa energía para el usuario final, y garantizar no sólo que se reciba en la red, sino que te la compren.

Si el operador de la red te pide construir una línea de transmisión que te costará lo mismo que la inversión del proyecto, el costo adicional se deberá cargar al costo de la energía y hará menos atractivo tu producto al usuario final. Podría ser que tu proyecto se encuentre lejos de la zona de interconexión o que la red requiera inversiones para reforzarla, pues aunque esté disponible no tenga el “ancho de banda” necesario para llevar tu energía.

Es posible que el espacio donde se pretende desarrollar el proyecto tenga costos excesivamente caros de la tierra, un tema que corresponde originalmente a la lógica inmobiliaria y no necesariamente a la lógica energética.

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Además, tienes que cumplir con las obligaciones normativas de la red. Si traes una tecnología nueva, muy eficiente o con cualquier ventaja, tienes que asegurarte de que cumpla con la norma oficial mexicana y el código de red. Si no cumple o no da certeza al sistema, sus ventajas no se pueden utilizar, o tendrás que adaptar el proyecto para cumplir, lo que puede de nuevo hacer perder las ventajas de la nueva tecnología.

En algunos sitios, la red requiere además la adición de medidas nuevas.

Por ejemplo en Baja California Sur, por ser un sistema relativamente pequeño, el CENACE exige almacenamiento que pueda servir como parte del sistema de regulación. Eso de nuevo, lo tienes que agregar al costo del proyecto, se vuelve parte del costo de tu energía y si deja de ser competitivo el proyecto, podrás conectarlo al cumplir con toda la norma, pero no será competitivo y tu energía no se recibirá en la red.

Desde 2014 se introdujo además la Evaluación del Impacto Social a los proyectos (EVIS) y eso significa diálogo con las comunidades que están alrededor del proyecto o que pudieran verse afectadas de alguna manera. Esto termina por convertirse en inversiones de quien construye el proyecto, que pueden terminar en algunos casos supliendo al Estado con obra pública. Y toda inversión de nuevo se tiene que integrar al costo final del proyecto, y evitar que eso haga no competitivo el proyecto, la energía no se reciba y toda esa historia que he contado.

Puedes hacer todo esto, con profesionales, buscando tecnología que reduzca costos, proveedores, ser más eficiente, atender las demandas sociales, realizar estudios, o, en México, irte por la vía corta: es decir, ser “responsable” como el presidente lo entiende, y sentarte en lo oscurito a negociar con el director de Comisión Federal de Electricidad (de nuevo, como lo dijo el presidente) y garantizar así un “contrato de entrega física” a cualquier costo, con la tecnología que sea, para garantizar la venta de tu energía, aunque los costos no sean competitivos o la energía sea limpia o sucia.

Obviamente esta nueva “vía corta” creada por la Ley Combustóleo afecta al consumidor, la competitividad del país, frena el desarrollo económico, no creará nuevos empleos ni atraerá inversiones, abrirá espacios mucho mayores a la corrupción, al abuso de comunidades, a la simulación en el cumplimiento de las condiciones de proyectos, no garantizará precios más bajos al usuario, no dará seguridad al sistema eléctrico y hasta comprometerá aún más las finanzas de CFE, e incrementaría la huella de carbono del país y peor aún le dará todo el poder a una sola persona, el director de CFE, el que cree que es peligroso que te operen en un hospital con paneles solares o usa oficios falsos para intentar dar carpetazo a errores.

Pero bueno, al fin que él tiene la confianza del presidente y el pueblo bueno paga.

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