¿Y luego?

Terminaron las elecciones. ¿Y ahora?

Parece que una vez electos los que ganaron, confirmados por las autoridades y habiendo rendido protesta, todo terminó para seguir igual. ¿Los que votaron (y los que no) les dejarán todo a cargo a los que se hicieron del poder? Como si eso que llamamos “ciudadania” comenzara y acabara el mismo día en que votamos. Y si acaso en cuatro o cinco ocasiones más nos sentimos “ciudadanos” porque salimos a protestar contra “el pinche gobierno”. Si el país, nuestro estado, el municipio donde vivimos está como está, ¿de qué somos responsables como vecinos, ciudadanos, y cómo resolveremos lo que está trabado y que los electos por sí mismo no pueden sacar adelante?

Pasan las elecciones y sí, sí claro, uno por allá peleará para reclamar el triunfo, lo mismo éste o aquél. ¿Y después de repartidos los huesos qué? ¿Como por arte de magia México cambió? ¿Y si AMLO pierde poder el crimen se acaba y los problemas desaparecen? ¿Y si gana el PRI, el PAN, el PRD, MC, el crimen y los problemas terminan?

Qué buena noticia que seis mujeres vayan a ser gobernadoras en estados como Campeche, Tlaxcala, Chihuahua, Colima, Baja California y Guerrero. ¿Esto en verdad hará que las mujeres en esos estados ganen lo mismo que los hombres por el mismo trabajo? ¿En serio esas mujeres gobernarán o serán sus papás (como el Toro y la Torita guerrerenses), sus jefes políticos u otros hombres tras la silla de gobierno? ¿Terminarán los feminicidios ahí?

Fue una elección sangrienta, violenta. Mientras escribo esto aún hay políticos secuestrados, hubo asesinados, golpeados, amenazados. ¿Qué pasará con esos crímenes? ¿Se sumarán a la infinita lista de impunidades? ¿Pasaron las elecciones y con ellas pasarán al olvido esos días infernales? ¿Y ya? ¿Pobrecitos y a lo que sigue?

Te recomendamos: Va por México pedirá recuentos en Michoacán y SLP y se enfila para 2024

La fuerza de los grupos criminales se hizo sentir fuerte. Enlutó la democracia pero, sobre todo, el domingo fuimos testigos de cómo siguen votando los criminales, de cómo siguen decidiendo quién vive y quién muere, quiénes viven, quiénes rinden protesta y quiénes no. ¿Seguirá gobernando el crimen en zonas mexicanas? Sabemos lo que perdió Morena, sabemos lo que ganó ese amasijo impresentable que se autodenomina “oposición”, pero ¿sabemos cuántos puestos ganó el crimen organizado?

Estos meses los candidatos ganadores prometieron combatir la pobreza desde los congresos  y las oficinas de gobierno que estuvieron en disputa. Pero es que por décadas la pobreza ha sido un gran negocio para quienes gobiernan, para quienes la perpetúan, y para quienes aspiran a un cargo público porque si desaparece no tienen qué ofrecer o con qué engañar haciendo promesas falsas.

Para ser Franco, si creemos que los nuevos congresos garantizarán los derechos reproductivos de las mujeres, la regulación de mariguana, las uniones del mismo sexo y más pendientes, entonces nada habremos aprendido todos estos años los ciudadanos que dejamos todo en otras manos.