Silvano silbando en la loma
FrancoTirador

Nacho Lozano es periodista y autor. Ha sido reportero y presentador de noticias para radio, televisión e internet desde hace dos décadas; editor y columnista en diversos medios impresos nacionales e internacionales. Es presentador de Noticias Telemundo. Twitter: @nacholozano

Silvano silbando en la loma
Aureoles afirmó que ha solicitado siete veces audiencia con AMLO. Foto: Daniel Hernández/La-Lista

Esta es La-Lista de un conflicto de antaño entre el presidente de México y el aún gobernador de Michoacán, otrora colegas de partido hoy no bailan en la misma fiesta.

El conflicto se remonta años atrás, pero para no hacer historia, ni dejar cabos sueltos, retratemos con frases la humillante escena de Silvano Aureoles, góber de Michoacán, frente a Palacio Nacional.

Mario Delgado, el líder nacional adjunto de Morena (porque el líder, líder, pues es el presidente AMLO), dijo después de la elección a gobernador que su candidato ganó:

“(Silvano) tiene un catálogo”, no de zapatos, ni de tupers, menos de criptomonedas con las cuales pagar las deudas en Elektra, sino de “delitos y esperemos a que haya cambio de gobierno y que se rindan cuentas”, osease, van por él. Esto se confirma en esta frase muy gorda hecha por Delgado: “de entrada… no sabemos dónde quedó (sic) más de 4 mil millones de pesos”.

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Para sazonar a Silvano Aureoles Conejo, Delgado prendió la parrilla con esta frase: “como si fuera el jefe de una banda de sicarios hay videos, hay denuncias de organizaciones crimínales, donde aseguran haberle pagado dinero al gobernador, a cambio de protección… El señor sabe que su ruta es la de la cárcel”. Mixiote político no apto para delgados.

Pero esto nomás fue un tentenpié, porque el banquete de frases la siguieron Aureoles y el mismo presidente.

“Si se confirma el triunfo de Alfredo Ramírez Bedolla”, el candidato ganador y hoy gobernador electo michoacano, “representará otra vez el regreso del crimen organizado al Palacio de gobierno de Michoacán”. Eso de “otra vez” no es casualidad, ya ve cuántos gobernadores y gobernadores interinos terminaron en la cárcel por esos delitos. Mi pregunta: ¿ese “otra vez” lo incluye a él mismo? En lo que responde el trabalenguas, Silvano continuó: “porque ellos lo pusieron y se lo van a cobrar”, dijo. “Es dramática la injerencia de la delincuencia en la elección de Michoacán”.

Y entonces, el mechero encendió varios cohetes. Desde Palacio Nacional, el presidente López Obrador le respondió sin albur:

“Pues que pruebe” su acusación “si tiene elementos”.

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Y Silvano fue a probarle al presidente sus dichos a Palacio Nacional:

Vine a traerle las pruebas, espero me reciba”. Aquí suenan violines de tristeza, porque el cadenero lo ignoró.

Y como un flashback recordé a los guaruras envueltos en trajes negros, en la cadena del antro, dioses de la discriminación y santos del clasismo, que a la puerta del tugurio deciden quién sí y quién no entra, a juzgar por su apariencia. Silvano se sentó en la calle a esperar. El presidente permitió la entrada al gobernador de Jalisco y al de Chihuahua, con cita previa y a Silvano, nanai, se quedó silbando en la loma.

El presidente AMLO dijo:

No puedo yo estar aquí recibiendo a personas”. #EXTRA, los reporteros son marcianos y López Gatell en las mañaneras no es López Gatell sino un fantasma, “a autoridades, para atender cuestiones electorales, o acusaciones de tinte político electoral, no me corresponde eso”, no se rían, “hay que respetar la investidura presidencial”, como Yo-landa.

Y después del fuchi, Silvano declaró embargado (no por la fiscalía) de tristeza: “He estado aquí cuatro horas, un poco más”. Aquí, el cadenero ríe prepotente, “el presidente no me recibió y dijo que me vaya quién sabe a dónde”, todos sabemos dónde, y no es el rancho presidencial.

“Esto apenas comienza”, dijo Silvano. “El riesgo más inminente es que en el 2024 ellos (los criminales) pongan al próximo presidente de la República que despache, aquí, a mis espaldas”.

Para ser Franco, yo de ahí me hubiera ido a las Gorditas del 57 a echarme unos buenos manjares al comal.

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