La Universidad de la Nación
Perístasis

Jefe de la División de Educación Continua de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

X: @antoniozeind

La Universidad de la Nación
Foto: Alexa Herrera/La-Lista

“Por mi raza hablará el espíritu”.José Vasconcelos

El 21 de septiembre se cumplieron 111 años de que el país finalmente inauguró la que, sin duda, es la institución que representa el proyecto cultural y educativo más importante en su historia: la Universidad Nacional Autónoma de México.

Fue a través del decreto de fecha 26 de mayo de 1910 firmado por Porfirio Díaz que se expidió la Ley Constitutiva de la Universidad Nacional de México, que –de acuerdo con su artículo 2º– estaría constituida por las Escuelas Nacionales Preparatoria, de Jurisprudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes (en lo concerniente a la enseñanza de la arquitectura) y de Altos Estudios. 

De igual manera, es importante recordar que hace 470 años, específicamente el 21 septiembre de 1551, vio la luz la Real y Pontificia Universidad de México a través de la expedición de la cédula real del Rey Felipe II y la cual fue su antecedente inmediato. Sin embargo, con la fundación en 1910 de la universidad nacional hubo un redimensionamiento y replanteamiento de una institución que había pasado por un prolongado receso, significando la Universidad Nacional Autónoma de México el nacimiento de una nueva institución que irrumpiría en México con un importante impulso para revolucionar la educación, la cultura y buena parte de la vida en México.

Como un logro largamente perseguido por Justo Sierra, entonces secretario del despacho de Instrucción Pública y Bellas Artes, la universidad nacional se ha convertido en un pilar que ha sostenido buena parte de los anhelos de toda la Nación, generando en ella el orgullo que distingue a muy pocas instituciones alrededor del mundo.

A través del cumplimiento de sus tareas sustantivas que son la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, se trata de una institución que no solo ha beneficiado a quienes han sido formalmente parte de ella, sino que las consecuencias del desempeño de sus labores se extienden más allá, siendo hoy la institución de educación superior más importante de Iberoamérica.

El hecho de que sea la institución de educación superior paradigmática en el país la ha convertido en una verdadera promotora de su instrucción al ser fuente de inspiración de otras instituciones de su tipo, pues sin su existencia sería imposible pensar que otras universidades se desarrollaran como lo han hecho e, incluso, nacieran. 

Su carácter de pública, autónoma (cuyo otorgamiento se suscitó en 1929) y laica hacen de la universidad nacional un espacio de libertades en donde se vuelve idóneo el intercambio de ideas y la visión de un mundo en el que las diferencias sean tan bien recibidas como las coincidencias.

Como constructora de instituciones, la universidad nacional ha fungido como un centro en donde las ideas que han buscado la modernización del país han encontrado eco y se han materializado en la creación y perfeccionamiento de diversos entes que han contribuido de manera importante al mejoramiento de la vida de la sociedad mexicana.

Por contar con un campus central declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, por tener la comunidad universitaria con mayor número de integrantes en México, por tener entre sus egresados a los tres mexicanos que han recibido el Premio Nobel, por ser la primera universidad pública en el mundo en recibir el Premio Príncipe de Asturias pero, sobre todo, por significar la gran oportunidad de cumplir los sueños de muchas personas y de sus familias, hoy se debe felicitar a la universidad de la Nación por su aniversario y a México por tenerla entre sus principales tesoros.

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