Ese mundo sin Facebook
FrancoTirador

Nacho Lozano es periodista y autor. Ha sido reportero y presentador de noticias para radio, televisión e internet desde hace dos décadas; editor y columnista en diversos medios impresos nacionales e internacionales. Es presentador de Noticias Telemundo. Twitter: @nacholozano

Ese mundo sin Facebook
Foto: Pixabay

¿Dónde les agarró el apagón? Con la caída de Facebook, Instagram y WhatsApp se cayó también la vida emocional de muchos, la autoestima, el trabajo, la dignidad y las ganas de ser humanos. No se hagan, porque sicierto.

Miles de millones en el mundo se quedaron sin esas redes sociales y sin mucho que hacer. Los memes dicen que hubo quienes descubrieron que tenían familia. Los memes no mienten. Al no estar ‘enlelados’ en su celular o cumputadora viendo el ‘Feis’, dando like o burlándose de los cuerpos de los demás en Instagram, hubo quien se dedicó a hacer algo que parece de otra época: platicar, en persona.

Estas redes sociales se cayeron por horas. Y con ellas las acciones que encumbraron a Mark Zuckerberg y Facebook. Hubo una venta masiva de acciones sumándose al 15% de pérdidas acumuladas desde mediados de septiembre: 19 billones de dólares y contando. En solo seis horas, la compañía perdió 6 mil millones de dólares. Los usuarios que tienen en esas redes más que un interés de divertirse con memes, chismes o hacerle la vida difícil a los demás demoliendo su autoestima, perdieron en sus negocios alrededor de 160 millones de dólares por hora, según Netblocks. Un dineral. Millones las usan para informarse, informar y compartir noticias urgentes, como desapariciones y accidentes. Ellos sufrieron especialmente, porque han sabido utilizar las redes para cosas que importan también.

Se cayó por una falla en el sistema de mantenimiento (ajá), según la empresa que está enfrentando la peor crisis de credibilidad por el guamazo que le propinó Frances Haugen, exejecutiva de Facebook, quien dijo en el más importante programa de noticias de Estados Unidos, 60 Minutes, que la empresa sabía que en sus plataformas se difunde odio, violencia y desinformación, pero privilegió sus intereses (que son astronómicos, por no decir que un chingo) al bienestar de los usuarios, como las adolescentes quienes en muchas ocasiones se suicidan al ser presas del abuso, los algoritmos y la publicidad manipuladora en esas redes, según denuncias. Haugen sostuvo sus dichos ante el Senado gringo ayer martes.

¿Qué tal se siente vivir la vida real sin el celular y las redes sociales? ¿Horrible? Algunos sintieron tranquilidad y por eso le quieren dar a Zuckerberg el Premio Nobel de la Paz, como dicen también los sabios memes. Pero a los legisladores en Estados Unidos no les divierte lo que sucedió, más bien quieren poner orden para resolver lo que importa. No son las fallas de ingeniería lo que les preocupa, sino cómo el negocio de las redes sociales es cruel con sus usuarios, los manipula, desinforma, deprime y exprime. Eso se juega el mundo ahora con el “derrumbe” de lo que, paradójicamente, muchos no quieren que se “caiga”.

Para ser Franco: recuerdo aquella célebre declaración del gran Juan Gabriel que decía: “No tengo teléfono, no tengo Facebook, no tengo Twitter, no tengo WhatsApp… nomás me tengo yo”. Sí, Juan Gabriel era un ser humano.

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