Los contratos ilegales de la reforma
Corto Circuito

Víctor es doctor en ciencias, es un liberal apasionado del sector energético y de la lucha contra el cambio climático, es vocero de la Plataforma México Clima y Energía y socio de la consultoría especializada Perceptia21 Energía. Twitter: @vicfc7

Los contratos ilegales de la reforma
Manuel Barlett, titular de la CFE. Foto: @CFENacional.

En 1992, el país tenía un problema en materia eléctrica. Estábamos por ser parte del mercado más grande y creciente del mundo, podríamos recibir nuevas empresas, industrias, inversiones; pero entre otras, una limitante era la falta de disponibilidad de energía eléctrica de costos competitivos y la falta de recursos de los monopolios gubernamentales (Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro) para desarrollar la infraestructura que pudiera satisfacer las necesidades de esa nueva industria. Entonces se reformó la ley para permitir varias formas de participación privada, una de ellas, el autoabastecimiento.

La cosa era simple: una empresa o una sociedad podría instalar una central de generación eléctrica para su consumo y que la central eléctrica estuviera en un lugar y el sitio de consumo (centro de carga, se llama técnicamente) o sitios de consumo estuvieran en otro u otros lugares. Para poder hacer esto, las empresas que usaran la red nacional de transmisión tenían que pagar una tarifa por el uso de la red (conocida como porteo). Así ellos podían satisfacer su demanda de energía a sus propios costos y CFE recuperaba los costos por el uso de su infraestructura.

Pero la cosa no paró ahí. En la primera década del siglo, el país tenía compromisos (y la obligación ética) de incrementar la generación de energía limpia. Entonces la solar era cara, estaba en pleno desarrollo; pero la eólica ya iba avanzada y aunque seguía siendo cara, no al nivel de la solar. Entonces se encontró que algunas zonas, como el Istmo de Tehuantepec, tenía un enorme potencial eólico. 

Pero de nuevo había dos problemas en uno: primero, CFE no tenía ni el dinero ni la experiencia para desarrollar los proyectos y tampoco había infraestructura para “sacar” toda la energía que se podía generar ahí y llevarla a donde se podía consumir. Entonces se abrió un esquema en el que los privados podrían pagar las líneas de transmisión, donarlas al gobierno e instalarse, así se construyó la línea de transmisión en la temporada abierta de Oaxaca. 

Una pausa aquí: cuando pagas transmisión (revisa tu recibo, todos lo hacemos) la tarifa de transmisión incluye tres cosas: operación, mantenimiento y construcción de infraestructura. Si ya pagaste nueva infraestructura, ¿es correcto que la pagues doble? Pues no y por eso tienen una tarifa de transmisión más baja, porque la pagaron por adelantado.

Imagina que llegas a una tienda a comprar papas y te quieren cobrar el refresco que ya traías. Una tarifa igual a los autoabastecimientos renovables sería justo así.

Este tipo de esquemas se acabaron con la reforma de 2013 (aunque la iniciativa enviada por el presidente diga que se crearon en esa reforma, craso error) y quienes tienen permiso de usar el esquema solo podrán usarlo por los años de vigencia que le queda a su permiso, sin poder prolongarlo, ampliarlo o tener un permiso nuevo en esta modalidad.

Hay que decir que a buena parte de CFE estos esquemas nunca les gustaron. Tampoco al actual director, que quería el monopolio estatal, ese que suele intentar disfrazarse con un “no constituirán monopolios las funciones que el Estado ejérzase manera exclusiva en…

De hecho, el actual director de CFE, junto con otros, presentó una controversia constitucional contra este esquema y la Suprema Corte de Justicia de la Nación no le dio la razón.

Y pues bueno, ahora con todo el poder (sobre todo la influencia sobre el presidente) le metió la idea de que estas sociedades son ilegales y entonces lo dijeron así en la iniciativa de reforma constitucional. No hay un solo juicio, denuncia ni resolución judicial que considere esto ilegal, solo una interpretación de alguien que NO está facultado para decidirlo así: el poder ejecutivo.

Y bajo ese argumento, el presidente no solo le quiere quitar el permiso de generación a quienes lo tienen e invirtieron legal y legítimamente en este esquema, sino que no les permitirá volver a generar.

Grave, ¿no?

Pero siendo honestos, si hay un contrato ilegal. Es un contrato que amplía la capacidad de generación de una empresa, considerando plantas nuevas como si fueran ya capacidad instalada, lo cual es obviamente contrario a la ley.

Y tan es ilegal que alguien se amparó en contra de los contratos y logró su suspensión.

Pero no, no creas que es un privado, son empresas de generación de CFE que ampliaron ilegalmente sus contratos sin concurso ni subasta, al costo que ellos quieran, para venderle a CFE suministro básico y que nos revenda, hace menos de un año. Curiosamente esa ilegalidad no fue nombrada en la iniciativa enviada por el presidente.

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