La transición hacia ESG es una respuesta inevitable a los vacíos que deja la globalización
Espacio ESG

Es una entusiasta de la sustentabilidad y el impacto social y ha trabajado en los sectores privado, público y social. Es Maestra en Política Pública por la Universidad de Harvard, Licenciada en Economía por el Tecnológico de Monterrey, y está certificada en inversión ESG por el Instituto CFA.

Twitter: @mariana_reina

La transición hacia ESG es una respuesta inevitable a los vacíos que deja la globalización
Foto: Pixabay

La creciente demanda por la incorporación de un marco ESG en modelos de negocio ha sido impulsada en gran parte por la divulgación de los inminentes riesgos climáticos y por un reconocimiento de que la globalización tiene un lado negativo que la regulación no ha llegado a contener. 

Una estrategia ESG integra consideraciones ambientales (E por environmental), sociales (S por social) y de gobernanza (G por governance). Esto puede ir desde el impacto en la biodiversidad, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), respeto a derechos humanos, impacto de operaciones en comunidades locales y la estructura bajo la cual se maneja la empresa entre otras consideraciones. 

La apertura de los mercados a finales del siglo XX trajo –por lo general– crecimiento económico, interconectividad global y un aumento en el estándar de vida promedio. Sin embargo, al pasar las décadas vimos que no todo fue positivo, la apertura desmesurada llevó a una competencia entre países en vías de desarrollo para atraer capital global, lo cual incentivó a mantener regulaciones laxas para atraer inversión.

Esto llevó a una serie de escándalos ligados al modelo de producción global como el de Rana Plaza en 2013, donde fallecieron mil 134 trabajadores de la industria textil y en 2010 el reflector en la deforestación implicada en la procuración de aceite de palma en Indonesia para bienes de consumo. Y los escándalos continúan, en 2015 hubo un desborde de la presa de una compañía minera en Brasil que llevó a la muerte de 270 personas y este año salió un reportaje con imágenes gráficas sobre la grave contaminación en el desierto de Atacama en Chile por ropa fast-fashion.

El impulso del marco ESG es una respuesta a estos vacíos de la globalización, y un reconocimiento de que es necesario repensar el modelo económico global, ya que la manera en la que opera actualmente no es sostenible a largo plazo. Esto implica que ESG no será un nicho mucho tiempo más, pronto deberá formar parte de la estrategia de negocios a largo plazo independientemente de la geografía en la que opere una empresa. 

Los países que promuevan políticas pro-ESG, que “nivelen el campo de juego”, y faciliten las condiciones de sustentabilidad serán los que más se beneficiarán de esta transición. Esto incluye, dentro de lo más básico, crear un contexto que facilite el acceso a fuentes de energía renovable, de respeto a los derechos humanos y laborales y, como siempre, un estado de derecho fuerte y estable. 

¿Qué tan bien posicionado está México para beneficiarse de esta transición? Es complicado.

Las buenas noticias son que el país tiene dos importantes puntos a favor: ubicación geográfica y condiciones laborales.

México está bien ubicado geográficamente, las empresas multinacionales están buscando cada vez más tener operaciones cercanas a su sede principal y a sus principales consumidores. En gran parte esto es para evitar disrupciones a las cadenas de suministro y para reducir las emisiones de GEI generadas al transportar sus productos. Como vecinos de uno de los mercados mas grandes del mundo y con la firma del TMEC, México es una buena base para empresas estadounidenses y empresas que apunten a entrar al mercado americano. 

En términos de capital humano, en los últimos años ha habido una serie de reformas para reforzar los derechos de los trabajadores especialmente en términos de acción colectiva y regulación del outsourcing y de igual manera, el salario mínimo ha incrementado. Todo esto indica que México tiene un marco legal que va mejorando las condiciones laborales de los trabajadores. Esto es un beneficio, ya que si una empresa quiere proveedores locales para aumentar su impacto económico local como parte de su estrategia de negocios y su impacto social, tiene más certeza de que los trabajadores de sus proveedores cuentan con condiciones dignas. 

Sin embargo hay un gran detractor, el acceso a energías renovables. De acuerdo al IMCO, la iniciativa de reforma energética propuesta por el gobierno en turno eliminaría incentivos para generar energía limpia y daría prioridad a combustibles fósiles. Empresas internacionales e inversores cada vez enfrentan más regulaciones, especialmente de la Unión Europea y Estados Unidos, que buscan limitar las emisiones GEI para alcanzar las metas globales de emisión neta cero. Con todos estos cambios, pronto una infraestructura robusta de energía renovable será igual de importante que la infraestructura tradicional de carreteras, puertos y conectividad. Pero de aprobarse la reforma tal como fue presentada, incidirá fuertemente en la capacidad de que un negocio pudiera contener sus emisiones directas, específicamente las de alcance 2 asociadas al tipo de energía utilizada por la empresa.

Los beneficios que puede recibir México de esta inminente transición son innegables y pueden ir desde una inyección de inversión extranjera, la creación de empleos de calidad, innovación, y desarrollo sostenible. Sin embargo, difícilmente se van a materializar si no hay una visión a futuro en el país.

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