El engaño populista
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

El engaño populista
Foto: Especial

En 2021, Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó pérdidas por 224 mil millones de pesos y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por 95 mil millones de pesos. Es decir, solo en 2021 el agrónomo que dirige Pemex y el magnate inmobiliario que dirige la CFE permitieron que desaparecieran 319 mil millones de pesos del erario. Esto, en el gobierno que pregona austeridad y que ha ahorcado al sistema de salud o al sistema de seguridad pública con absurdos ahorros que solo provocaron la destrucción de ambos. Esto, en el gobierno que le exige al Instituto Nacional Electoral (INE) “apretarse el cinturón” para poder organizar, con sus propios recursos, la farsa de la revocación. Esto, en el gobierno que tiene sin presupuesto suficiente a los órganos del Sistema Nacional Anticorrupción, lo que permite absoluta impunidad. Esto, en el gobierno que bajó sueldos y prestaciones de servidores públicos de todo el gobierno federal, que tenían años de no tener un aumento real en su salario y los obligó a trabajar sin incentivo alguno.

Pemex es un elefante moribundo que tiene años sin crear riqueza real, pero las pérdidas de los últimos tres años son históricas y brutales.

Pero la CFE había conseguido reestructurarse como una empresa productiva y había logrado obtener utilidades reales que la ponían en un camino diferente.

El engaño populista es pregonar ahorros inexistentes en funciones fundamentales del gobierno, mientras se queman (literalmente) miles de millones de pesos en dos empresas que parecen el capricho personal del presidente en turno. El engaño populista es el estatismo setentero que rehúye a la competencia, a la tecnología, a las energías limpias, a la modernización administrativa y a la inversión privada, para intentar monopolizar el mercado energético del país. El engaño populista es apostar más de 12 mil millones de dólares (hasta hoy) en un proyecto sin rentabilidad clara proyectada, como es la refinería de Dos Bocas, solo porque el presidente quiere inaugurar una “gran” obra durante su sexenio, porque un día le enseñaron que la obra pública es el legado de los presidentes que se recuerdan. El engaño populista es exigir a los consejeros del INE que se ajusten el sueldo para poder organizar una revocación de mandato que solo se pide desde el gobierno, y que nadie más quiere, mientras Pemex y CFE pierden, solo en un año, el equivalente a 32 veces todo el presupuesto del INE para 2021. El engaño populista es perder, en un año, el equivalente a 8 millones de ciclos de quimioterapia para niños con cáncer, mientras le mientes a las familias de estos pequeños diciéndoles que el problema del desabasto de medicinas está por resolverse. Todo esto, en el año de mayores ingresos en la historia del presupuesto federal.

El gran engaño populista es hacerle creer a los gobernados que un presidente popular y supuestamente honesto es también un buen administrador de nuestros recursos, porque tiene buenas intenciones. No puedo hablar de sus intenciones reales porque no las conozco. Pero conozco, por vía de los datos oficiales, que es un pésimo administrador de nuestros recursos y un político mentiroso, que ha engañado a muchas personas presumiendo ahorros y austeridad inexistentes.

¿Te imaginas que le dirían los accionistas al administrador de su empresa si les dijera: “ahorré mil pesos en papel y perdimos 3 millones en el balance final, en nuestro año de mayores ingresos”? No creo que un solo accionista felicitaría al administrador por los mil pesos que no se gastaron en papel.

¿Por qué entonces permitimos que el administrador de nuestros impuestos nos mienta abiertamente con austeridades simuladas y ahorros ficticios? ¿Por qué permitimos que utilice el dinero público para caprichos personales y para comprar clientelas electorales? ¿Por qué permitimos que presuma esto como grandes logros? ¿Por qué permitimos que engañe a tantas personas con resultados inexistentes?

Hasta que no aprendamos a exigir cuentas de nuestro dinero, como si el gobierno mexicano fuera nuestra gran empresa, no tendremos el futuro que merecemos.

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