Danzonera Isora Club, las mujeres conquistan el mundo del danzón 
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Danzonera Isora Club, las mujeres conquistan el mundo del danzón 
Foto: Danzonera Isora Club

Un miércoles de noviembre de 2018, Natividad Cárdenas Morales asistió a bailar danzón al salón La Maraka, como cada semana. En esa ocasión no hubo quién la sacara a bailar, pero escuchando a la orquesta llegó una idea como destello a su mente: ¿por qué no crear una orquesta solo de mujeres? Así nació la Danzonera Isora Club. 

Naty, como la conocen sus amigos más cercanos, tiene el gusto por el baile desde el vientre. El mambo y el danzón son sus ritmos preferidos. Además, desde hace 10 años se dedica a investigar temas de género y derechos para las mujeres. Cuenta con una licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la UNAM, una maestría por la Universidad Carlos III de Madrid y un doctorado por la Universidad de Salamanca. 

La Danzonera Isora Club fue el lugar donde pudo fusionar dos de sus grandes pasiones. En marzo de 2019, las primeras integrantes de la orquesta comenzaron a ensayar para debutar el 1 de junio de ese mismo año en la alcaldía Azcapotzalco. Cárdenas Morales es la directora general del grupo, y el músico Erick Vidal es quien realiza los arreglos y dirige a las integrantes musicalmente. 

De cara al 8 de marzo, una fecha importante para la lucha de las mujeres, Natividad aceptó charlar conmigo minutos antes de que comenzara la presentación de su orquesta en el salón Tropicana.

¿Por qué el nombre de Isora Club?

“Nos tardamos como un mes en escoger el nombre. En la parte de atrás de un libro de danzón viene un compendio con el nombre de varios danzones. Estaba harta de no encontrar el nombre para la danzonera. Pensé en ponerle Madre selva, pero un viernes en la noche revisé las hojas finales (del libro), Leí Isora Club, por Coralia Lopez Váldez. Descubrí que en 1941 entró a un concurso de danzón en una radiodifusora cubana y ganó. Era la directora de la orquesta, fue una gran revelación”. 

¿Fue difícil encontrar a las músicas y que creyeran en el sueño?

“Las que comenzaron ya no están, hay expectativas erróneas. En el mundo de la música y el danzón se paga muy poco, no hay valorización de los elementos. Me he encontrado con promotores que los bailes y muestras no los cobran, no va en beneficio de nadie, va en detrimento del salario de los músicos. 

“Les prometí (a las músicas) que iba a buscar los escenarios donde cobran más. Hubo un malentendido, comenzaron a exigir cosas que no estaban dentro de mi alcance. Conseguir eventos donde pagan bien solo los tienen las instituciones gubernamentales, no pagaban inmediatamente y tenía que tener un fondo. 

“Ahora con las compañeras que estamos ya tenemos un trabajo más de equipo, incluso ellas meten a Isora en algunas convocatorias. Se atravesó la pandemia y hay que volver a empezar desde menos cinco, no de cero. 

“Yo que estoy viviendo esta lucha de las mujeres veo también como detienen tu avance. No hay esa solidaridad de juntar con otras danzoneras. Tenemos que enfrentarnos a la historia de las propias danzoneras, a que muchos no creen en el trabajo de las mujeres y a que están pagando muy poco”. 

¿Fue difícil hacerse de un público? ¿Cómo las ha recibido la gente conservadora o machista?

“El público danzonero es particularmente tradicionalista y no le gustan los cambios. A eso nos enfrentamos, y estoy contenta porque a pesar de los casi tres años trabajando hemos logrado que mucha gente se acuerde de nosotros. También que los arreglos del maestro Vidal, donde se incluye voz, le gusten a la gente. Hay otras personas a las que no les gustan, pero público hay para todo. 

“En este poco tiempo estamos pisando fuerte, estamos dejando una huella. Encuentro una gran evolución. Hay una cosa bien perversa, como que el 70% de los músicos están en las mismas danzoneras. Para que una danzonera tenga éxito debe tener un concepto, una inversión y una propuesta. Isora lo tiene y voy con todo derribando los obstáculos, pero también necesitamos del público. 

“Me gusta ser una mujer independiente, porque gracias a esto puedo hacer mis propias cosas, hacer mis inversiones y jugármela con mi danzonera. Y los resultados han sido muy buenos”. 

¿Han marcado un precedente para las mujeres músicas en el danzón? 

“He visto una evolución como no tienes idea. Para las compañeras que ya no están en Isora, veo que las invitan a otras danzoneras. A pesar de que hubo conflictos, verlas en otra agrupación me alegra mucho. 

“Las compañeras en la actualidad se enfrentan a otros danzones nuevos. Cuando las veo interpretando melodías nuevas como La flauta mágica, –muchas de ellas es su primera vez tocando danzón– veo el esfuerzo que ponían y cada vez son menos pesados para ellas”. 

Isora Club nació en un momento importante para el feminismo en México, ¿qué tan complicado fue llevar esta ideología al interior de la agrupación? 

“Yo, Natividad Cárdenas, me asumo como feminista. Y tengo dos compañeras dentro de Isora que se asumen así, el resto no. El feminismo ha estado bastante desprestigiado por gente ignorante que no sabe nada de lo que es. Una cultura donde las mujeres nos mandaron al espacio privado y no al público, y estar como intérpretes es una cachetada a la exclusión de las mujeres. 

“En el contexto de la cuarta ola del feminismo, hay varias propuestas, sale la danzonera y lo tomo como esta visibilización de las mujeres y exigir cosas dentro de la música. Sin embargo, algunas compañeras no lo consideran así, no se consideran feministas, solo como un trabajo conjunto entre mujeres. Pero no las presiono, el feminismo es libertad y búsqueda de muchas cosas como la igualdad. 

“Si las compañeras no se quieren asumir como feministas, no me importa, porque estamos trabajando con mujeres, porque nos están viendo y logrando trabajar en equipo. Que se asuman todas como feministas sería un logro, pero no es lo máximo, no estoy peleando por eso. 

“Lo que quiero es que la danzonera tenga espacio y que la agenda de gobierno y de cultura reconozcan a las mujeres. También que se abran espacios y podamos modificar la crueldad de pagar poco a los músicos”. 

¿Cómo ve a Isora Club en el futuro? 

“La veo consolidada, como una escuela de música y vida para las mujeres. La veo reconocida en diferentes países, la veo como un espacio donde las mujeres podamos crear e interpretar. El responsable (de hacer arreglos musicales) hasta el momento ha sido el maestro Vidal, y ha sido maravilloso, pero no estamos cerradas a que él sea el único, se les anima a las chicas. 

“Nos veo no sólo en el país, sino vamos a estar en otros espacios impulsando  la participación de las mujeres y que podamos estar en igualdad de condiciones con pagos justos. Exitosa, amorosa e impulsando la igualdad. Convirtiendo el camino para otras mujeres que quieran ser músicas e interpretar danzón”. 

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