El miedo que nos tienen

Desde Justo Sierra O’Reilly hasta Michel Franco o Pablo Majluf. 

El miedo que tienen de que lxs de abajo, que por siglos hemos sido oprimidxs, negadxs, invisibilizadxs, perseguidxs, despojadxs, asesinadxs, nos levantemos en contra de ellos y apliquemos los mismos principios que sus conocidos, familiares lejanos (o cercanos), o aquellos héroes que se rehúsan a dejar atrás defendieron y llevaron acabo, los tiene en ascuas. 

¿Pero en verdad lxs que pedimos una digna representación en los medios de comunicación, o lxs que pedimos que se nos deje transitar en paz sin que se piense que somos presuntos criminales, o que se nos deje de ver como potentes ladronxs en los centros comerciales, o que dejen de pedir que cantemos el himno nacional para comprobar que sí somos ciudadanxs de este país, deseamos aplicar el “ojo por ojo”?  Por supuesto que no, pero aquí lo preocupante no es nuestra respuesta, porque como siempre, lo importante no es lo que nosotrxs digamos o argumentemos, lo importante es lo que ellxs guardan en su cabeza, y su actuar a partir de esos pensamientos. Ya saben, volverse a poner en el centro de la discusión.

Es que el miedo es inherente a todo ser vivo; es un método eficaz de sobrevivencia. A veces nos ayuda a avanzar o nos paraliza. Pero lo preocupante es cuando activa su modo “peligro extremo”, ante una situación que no es para nada peligrosa. 

O díganme, ¿qué peligro hay en un 85% de la población que, teniendo el poder de mayoría, lo único que pide es mayor representación y leyes que les beneficien de un modo justo? 

Y es que el miedo surge cuando no se tiene claro el terreno que se pisa. Pero no es que no hayamos sido claros en nuestras palabras, pues en reiteradas ocasiones hemos señalado que: “no es contra la gente blanca, sino contra la blanquitud”, “esta lucha nos beneficiará a todxs”, “no queremos sus espacios, pero sé, queremos que esos espacios se expandan”. Pero pareciera que ellos sólo escuchan: “Muerte al hombre blanco”. Ante eso, ¿qué podemos hacer? 

Lanzan un contraataque ante un primer ataque que nunca fue dado. Se defienden de algo que solo habita en su cabeza. Nos llaman nazis por señalar a un sistema que mata, nos llaman resentidos por decir que ya es hora de dejar de sentirnos inferiores y sentir orgullo de quienes somos, nos llaman fascistas por pedir que nuestra palabra valga y se escuche. ¿Quién realmente está enojado? ¿Y por qué deberían estarlo, cuando su burbuja no ha sido tocada? 

Que si el efecto Tenoch, que si Poder Prieto, que si Obrador y su mala influencia, que si queremos expulsarlos… El miedo que nos tienen es preocupante, porque evaden el verdadero problema colocando un enorme espejo encima de los escombros en donde solo se ven ellos, y en donde no importa nada más que su propio e inexistente temor. 

Descuiden, nosotrxs sí sabemos de qué lado de la historia queremos estar, y a pesar de que desde hace 500 años hemos vivido con temor, enojo, tristeza, resentimiento, sabemos qué camino tomar, y créanme,  no pensamos excluirlos. Pero como no todo se trata de ustedes: esta vez no pensamos excluirnos a nosotrxs mismos. 

Como dijo Tenoch Huerta en la presentación de su más reciente película, Wakanda Forever: “durante mucho tiempo nos enseñaron a sentir vergüenza de lo que somos. Pero esto se acabó”. ????????